Angela Urondo Raboy

Hay tantos tipos de abuso como de abusadores, algunos evidentes y otros más sutiles, inexplicables, difíciles de evidenciar.

Cómo heredar un oficio: en el Día del Periodista, Angela Urondo Raboy recordó así a su padre.

Un nuevo poema de Ángela Urondo Raboy.

El teléfono decía que ya no era tiempo de juegos. Eso se había acabado. Todo se iba de pronto.

Intento abrir el grifo y desde lo profundo sale un quejido seco.

Quizás estamos locos. O enfermos de amor. Quizás el amor sea solo un fantasma. Un placebo. Una fábula. Una hipocondría. Un momento. Una flor. Una nostalgia, que de pronto…

Era a media cuadra del cementerio. Al finalizar cada sesión, me iba con mi sensación de vacío a caminar por la vereda de los muertos. Todo era hermoso e inútil. La ostentación…

Una nueva —y como siempre inquietante— ficción de Ángela Urondo Raboy.

Salto encima suyo, la pateo y la golpeo, pero mi cuerpo sin oxígeno no tiene fuerzas.

Era la voz del Lobo en cama de Abuelita. Era su olor, su jadeo al acecho en la espesura ciega del bosque. Intenté hacer silencio, parecer dormida.