Arde Buenos Aires

La ciudad es una isla de calor autoinfligido, sobreconstrucción descontrolada y destrucción de la biodiversidad

 

El lunes de esta semana comenzó con altas temperaturas en la ciudad y su área metropolitana en medio de una ola de calor que afectó a 13 provincias. Una ola de calor se define como un período excesivamente cálido en el cual las temperaturas máximas y mínimas superan, por lo menos durante tres días consecutivos y en forma simultánea, ciertos valores que dependen de cada localidad (percentil 90 del semestre cálido octubre-marzo).

El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta naranja por las altas temperaturas en distintas zonas del país, norte de San Juan, La Rioja, Catamarca, Misiones, norte de Córdoba, centro y sur de Buenos Aires. La ciudad de Buenos Aires también se encontró en nivel de alerta naranja. El Servicio Meteorológico tiene cuatro niveles para temperaturas extremas de calor: rojo, naranja, amarillo y verde. El naranja puede ser muy peligroso, sobre todo para los grupos de riesgo. Para este fin de semana, informó que un total de 19 provincias registrarán temperaturas superiores a los 30 grados.

En todo el mundo, el cambio climático está haciendo que las olas de calor sean más frecuentes, más largas y más intensas. El 2024 fue el año más cálido registrado en el mundo y superó por primera vez los 1,5° C respecto al nivel preindustrial. En le Argentina, 2024 fue el cuarto año más cálido desde 1961, con varias olas de calor que se registraron durante el verano.

En este contexto, en la ciudad de Buenos Aires, la temperatura máxima anual en los últimos 30 años aumentó casi un grado, exactamente 0,8° C, en parte como consecuencia del deterioro, la fragmentación y la destrucción de las grandes superficies verdes privadas y públicas, y del arbolado. En este mismo período se duplicaron las olas de calor. A modo de referencia, sólo en los últimos diez años en la ciudad se privatizaron superficies verdes equivalentes a 75 Plazas de Mayo.

 

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional. Estación Meteorológica Observatorio Buenos Aires (OCBA). Elaboración propia.

 

 

Fuente: El Clima en la Ciudad, GCBA.

 

 

Un elemento clave que ha contribuido al calentamiento acelerado de la ciudad es la ocupación del borde costero. Buenos Aires tiene una condición excepcional que es que los vientos ingresan desde el Río de la Plata a la ciudad, generando un recambio del aire que respiramos y refrescándola. La ocupación, cementación y la construcción de torres en el contorno ribereño constituye una barrera para que esos vientos frescos puedan ingresar y mitigar el efecto de isla de calor.

Otra situación no menor que contribuye al calentamiento local de la ciudad es la sobreconstrucción descontrolada y la ocupación y destrucción de la biodiversidad de los pulmones de manzana habilitada por el Código Urbanístico. Desde el año 2018, a la cementación de los espacios verdes públicos se sumó la destrucción de los pulmones de manzanas constituidos por los fondos de las parcelas privadas, principalmente en los barrios de casas bajas. Esto deriva de la autorización para construir cocheras subterráneas debajo de los pulmones de manzana y su achicamiento para permitir la construcción de edificios. La Legislatura porteña, luego de movilizaciones vecinales, volvió a reestablecer la dimensión anterior de los pulmones de manzana con la sanción de la ley 6.776, pero permanece vigente la construcción de los estacionamientos subterráneos que transforma a los pulmones de manzana en meras terrazas verdes.

En los últimos diez años se construyeron 10 millones de metros cuadrados. El equivalente a cinco veces Puerto Madero. Recientemente se anunció que comenzará pronto la construcción del nuevo Puerto Madero, denominado previamente Costa Urbana y ahora Ramblas del Plata, al lado de la Reserva Costanera Sur, que destruirá humedales y llenará con torres de 145 maestros de altura ese sector del contorno ribereño.

Las diferencias de temperatura, durante un día caluroso, pueden alcanzar entre los 15° y los 20° C si comparamos el centro y el sur de la ciudad con la zona de la Costanera y el norte.

La ciudad de Buenos Aires tiene menos de la mitad de espacio verde y arbolado público por habitante que lo recomendado. Pero además ese déficit no se distribuye uniformemente.

En las villas porteñas tenemos 100 veces menos espacios verdes que los recomendados y mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como parámetro saludable contar con un árbol cada tres habitantes, en el Barrio Villa 20 hay un árbol cada 80 habitantes, en el Barrio Scapino hay uno cada 70 habitantes y en el Barrio Albariños hay uno cada 600 habitantes, por citar ejemplos.

 

Recuerdos de la sombra.

 

 

Ola de inutilidad

La pregunta es qué está haciendo frente a esta situación el jefe de Gobierno Jorge Macri, contando la ciudad con un presupuesto que duplica el de ciudades importantes europeas, si se considera la distribución per cápita.

A. Hace 30 años que la Legislatura porteña tendría que haber sancionado un Código Ambiental. Hace un año, a partir de una acción colectiva de amparo que presentó el Observatorio del Derecho a la Ciudad, la justicia ordenó a la Legislatura sancionarlo. Jorge Macri no sólo no envió el proyecto de Código Ambiental a la Legislatura sino que volvió a impulsar la modificación del Código Urbanístico habilitando cientos de excepciones para construir torres a través de la herramienta urbanística denominada “Capacidad Constructiva Adicional” y sosteniendo el mismo modelo de sobreconstrucción.

B. En un acto absoluto de cinismo, hace un par de días el gobierno porteño anunció un homenaje a Carlos Thays, paisajista creador de los espacios verdes más icónicos de la ciudad. Se enaltece su obra cuando cada uno de los espacios verdes creados por Thays sufrieron agresiones por parte del gobierno del PRO.

  1. Jardín Botánico: el GCBA lo privatizó para el espectáculo lumínico Secret Garden, violando leyes y poniendo en riesgo la flora.
  2. Parque Tres de Febrero: también privatizado para megaeventos musicales. Además, el GCBA permite que los boliches ocupen el parque para fiestas a cielo abierto. Concesionó parte del parque para el emprendimiento Ámbito Gigena.
  3. Parque Lezama:quiso enrejarlo pero la organización ciudadana pudo frenarlo.
  4. Plaza de Mayo: la puesta de valor de la Plaza de Mayo implicó la instalación de rejas ilegales, sacar las baldosas históricas de los pañuelos de las Madres, y cementar aún más la plaza.

C. A fines de diciembre de 2024, nuevamente el juez Guillermo Scheibler dictó una medida judicial donde confirmó que el gobierno porteño incumple tanto la ley 3.263 de protección del arbolado público como la sentencia dictada el 24 de febrero de 2021 en el expediente “Heras, Claudia c/GCBA s/amparo ambiental”, acumulado al expediente “Flores, Virginia c/GCBA s/amparo ambiental”, ambas iniciadas en 2017.

D. Hace algunos días, el GCBA anunció una red de 64 Refugios Climáticos en las 15 comunas de la ciudad. De acuerdo con el gobierno local, los refugios climáticos son “espacios donde los vecinos pueden refrescarse y resguardarse por un momento durante los días de calor”, y que no cuentan con ninguna atención médica.

Al analizar estos “refugios” se observa que están conformados por algunos edificios públicos, museos, bancos y bebederos de plazas. Por ejemplo, uno de los refugios es un centro cultural que sólo abre los lunes y jueves de 10 a 14. Muchos bancos de plazas son ofrecidos como refugios climáticos. Una particularidad de esos bancos están habilitados hasta las seis o las siete de la tarde. Por supuesto, todo sin criterio ni enmarcado en ningún Plan. El Plan de Acción Climática de la ciudad nadie lo discutió y nadie sabe que fue aprobado. No existe documento legal con menor eficacia que dicho Plan.

 

Refugio climático, antiguamente conocido como banco de plaza a la sombra.

 

 

 

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