ALGO FLOTA EN LA LAGUNA
La integración nacional criterio político para enfrentar la provocación facciosa
En un mundo interconectado a cada vez más bajo costo y mayor velocidad desde hace unas décadas hasta la actualidad, las particularidades nacionales de cada sociedad civil son traspasadas por las pulsiones de lo que se puede definir como una sociedad civil global. La cosa se viene cocinando desde hace unos siglos y Karl Marx observaba en el “Plan de la economía” de 1859 que es en el “mercado mundial, en el que la producción se plantea como totalidad, al igual que en cada una de sus fases donde estallan todas las contradicciones”. En consecuencia, la síntesis que supere o tan siquiera sobrelleve las contradicciones que enhebran los hilos de la historia tienen componentes nacionales y globales. Así es como en el fondo de la cuestión, la conciencia se ve arrastrada y la conciencia arrastra al comportamiento político de las clases y sectores sobre la base de que el precio más importante de la economía es nacional: el salario; en tanto el otro componente del valor agregado: la ganancia, se fija a escala global y con lo que queda del producto bruto una vez establecida la remuneración de los trabajadores.
En estos andariveles contorneados por las naciones y la globalidad queda planteada una forma de abordar la natural división de la sociedad argentina entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. Natural, porque este es un planeta en el que los países que parcelan su geografía contienen clases que disputan el ingreso nacional y principalmente clases de naciones (de más pobres a más ricas) que disputan el ingreso mundial. Los primeros expresan a los condenados de la tierra, los segundos a los condenadores. Lo que es normal y esperable y que tiene en la integración nacional el criterio por excelencia para manejar una contradicción imbatible en función del mejor interés colectivo, se desnaturaliza cuando un sector de Juntos por el Cambio se vienen deslizando hacia y enseñoreado con la provocación facciosa.
Las pocas nueces en términos de participación y el mucho ruido del impacto por la amplificación que hizo la trifecta de la movilización del lunes 12 de octubre y las declaraciones del ex Presidente Mauricio Macri, son las versiones más recientes que ponen en evidencia la irracional provocación. El desafío más prominente a las mayorías populares está en responderle a esa provocación creciente, aminorando su impacto deletéreo reencauzándola en el ámbito de la integración nacional. De cómo el hecho nacional maneje ese hiato artificial sobre la base de la fractura real interna de clases de cara a un mundo asimétrico, es desde donde se vislumbra la potencialidad de la salida para franquear las consecuencias coyunturales de la pandemia, en el marco de la superación del subdesarrollo.
Mirar para otro lado cuando el monstruo de la Laguna Negra deja el espejo de agua para atacar a sus víctimas terrestres no forma parte de ese prospecto. Tampoco bajar la guardia observando el panorama mundial porque en Austria, Alemania e Italia, el apoyo a los insignes de la extrema derecha europea que alguna vez fue ascendente ha disminuido durante la crisis de Covid. Esas agrupaciones se encojen a medida que avanzan las luchas y las rivalidades, consigna el Financial Times (14/10/2020). Que el ultra derechista Partido de la Libertad haya bajado de 31 a 9% en las elecciones municipales en Viena del domingo pasado para un catedrático de la universidad alemana de Mainz que cita el diario de negocios inglés, significa que las divisiones en la derecha más dura en Italia y Austria no deben velar el importante hecho de que no ha disminuido el apoyo general entre el electorado que le es afín en todo el territorio europeo, sino que se está difuminando entre un mayor número de actores. Algo similar a lo que le pasa ahora a Juntos por el Cambio. Las encuestas de estos días muestran que va perdiendo electorado. Esa pérdida la están capitalizando los llamados libertarios. La realidad no ahorra ninguna ironía.
Incluso, cuando una minoría cuyas caprichosas rabietas proferidas a grito pelado el 12 de octubre devienen en el reaseguro de que no se traducirán en mayor cantidad de votos, no invita a descuidarse en pos de la salud de la democracia. Si para el caso se pone en reversa el consabido apotegma de que la guerra es la política por otros medios es menester cotejar que Bruce Bueno de Mesquita, un politólogo de la Universidad de Nueva York, considera que "la voluntad humana importa lo suficiente como para que cuatro guerras de cada diez sean ganadas por el que, en estrictos términos militares, comienza siendo el lado más débil […] Los planificadores de defensa han utilizado durante mucho tiempo las computadoras para pronosticar los resultados de los conflictos al procesar datos sobre cosas como el número de tropas, las capacidades de armas, los suministros de municiones y el blindaje del cuerpo y del vehículo […] Los científicos del comportamiento ahora están aprovechando el poder de la informática moderna para resolver la cuestión […] cuantificando las variables psicológicas que determinan si las tropas huirán o se mantendrán y lucharán”, de acuerdo a lo que informa The Economist ("Cómo pronosticar la voluntad de lucha de los ejércitos", 03/09/2020).
En ese artículo se señala que “un líder en el campo de la investigación de la moral de combate es Artis International, un grupo de expertos en Arizona que cuenta con el apoyo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos”. Uno de los cofundadores e investigadores de Artis es el antropólogo franco-norteamericano Scott Atran, un afamado analista en cuestiones de terrorismo de Medio Oriente y especializado en religiones. En un reportaje concedido hace unos lustros a Mètode, un sitio de la Universidad de Valencia, ante el comentario: “Es curioso que un pueblo como el palestino, educado, emprendedor, trabajador, ambicioso, tenga una clase política persistentemente incompetente”, el antropólogo Atran respondió: “A veces me recuerdan a la Argentina. También son el pueblo probablemente más creativo, original, educado de América del Sur… ¡pero aún mandan los peronistas! Y las desgracias que acarrea una dirección política torpe y parasitaria son terribles”. La base está y como quién dice falta encontrar el roto para el descosido.
Celulares y hongos
Una vez el movimiento nacional se distrajo de Cambridge Analytica y los efectos reales que estaban causando su arsenal tecnológico. Está pagando las consecuencias. Artis y el antropólogo Atran fueron traídos a la palestra para resaltar que hay que tener siempre en el radar a las nuevas herramientas con que cuenta la guerra psicológica. Recurrir a la guerra psicológica es absolutamente necesario e imprescindible para la derecha reaccionaria porque electoralmente sólo puede triunfar si logra alienar de sus verdaderos intereses a una parte sustancial del electorado al que indefectiblemente sus políticas van a perjudicar en gran forma.
Al fin y al cabo la misma The Economist en la nota refiere un estudio de los economistas Sergei Guriev, Nikita Melnikov y Ekaterina Zhuravskaya, según el cual “la fe en el gobierno declina cuando llega Internet a los celulares” (10/10/2020). La revista inglesa da cuenta de que la mayoría de los 4.100 millones de personas que ahora están en línea se conectaron después de 2010. El trabajo del trío examina lo que pasó antes y después de ese año mediante el análisis de las encuestas de Gallup, para medir cómo cambió la fe en el gobierno, los tribunales y las elecciones durante la transición. “En general, la confianza del electorado en sus líderes disminuyó después de obtener 3G. Sin embargo, la magnitud de este efecto varió. Fue […] más grande en los países con navegación web ilimitada que en los que censuran Internet […] Un patrón similar surgió en las urnas. Entre 102 elecciones en 33 países europeos, el porcentaje de votos de los partidos en el poder cayó en un promedio de 4,7 puntos porcentuales una vez que llegó el 3G. Los mayores beneficiarios fueron los partidos clasificados como de derecha populista, aunque esto puede deberse simplemente a que estaban en la oposición cuando los votantes se volvieron contra los partidos en el poder, más que por su ideología”.
En su habitual columna The Shift (El cambio) del New York Times, Kevin Roose enfoca esta problemática desde las teorías conspirativas a las que supone como formando parte de una crisis de autoridad de mayor dimensión creada por Internet (07/10/2020). Consulta a Martin Gurri, un ex analista de la CIA, teórico de los medios, autor del sonado ensayo The Revolt of the Public (La revuelta del público): “Las redes sociales, e Internet en general, han erosionado la autoridad de los medios de comunicación de larga data […] y la han reemplazado por comunidades vitales de insurgentes digitales que están unidos en torno a intereses compartidos […] Cada grupo crea sus propios estándares probatorios y procesa la información a su manera. No existe una realidad consensuada en la que todos puedan estar de acuerdo porque la idea de una realidad única y compartida fue un artefacto del siglo XX, cuando la mayoría de la gente obtenía información de un puñado de grandes fuentes […] La incertidumbre siempre genera desconfianza, y en la era de las redes sociales la autoridad está en manos de personas que pueden transmitir su mensaje de manera efectiva, incluso si esos mensajes son falsos o engañosos”. Con cierta ambivalencia escéptica, Roose descree que “la autoridad y la experiencia sean reliquias de una época pasada […] Pero esta semana al mirar alrededor de mis feeds, es difícil no preguntarme si él [por Gurri] tiene razón en que Internet, y la erosión de la autoridad que ha permitido, nos han convertido a todos en teóricos de la conspiración”.
A estas preocupaciones se suma la inquietante pregunta que hace el catedrático de Oxford Eddie Jacobs en la Scientific American: “¿Qué pasa si una píldora puede cambiar sus creencias políticas o religiosas?” (11/10/2020). Se refiere a un nuevo tratamiento de salud mental que utiliza el compuesto psicodélico psilocibina que se extrae de los hongos. Jacobs subraya que “las dosis clínicamente relevantes de psilocibina pueden inducir poderosas experiencias místicas más comúnmente asociadas con períodos prolongados de ayuno, oración o meditación. Podría decirse, entonces que no es sorprendente que pueda generar cambios duraderos en los pacientes: los estudios informan una mayor pro sociabilidad y apreciación estética, además de fuertes cambios en la personalidad, los valores y las actitudes hacia la vida, que incluso llevan a algunos ateos a encontrar a Dios […] Es más, estas experiencias parecen ser una característica, más que un error, de la psicoterapia asistida por psilocibina, y la intensidad de la experiencia mística se correlaciona con el alcance del beneficio clínico […] un estudio de psilocibina para la depresión resistente al tratamiento informó que su uso disminuyó las opiniones políticas autoritarias en los pacientes. Ese ensayo clínico también detectó otro efecto que se había informado previamente en participantes sanos: el uso de psilocibina conduce a aumentos en el dominio de la personalidad de la apertura, en sí mismo un predictor de valores de izquierda”. La autorización para psilocibina se espera que arribe para 2022 y se utilice para hacer más digeribles los días finales de los adultos mayores.
Trabajo político
Por supuesto que ninguna píldora puede hacer el trabajo político de crear un sentido común que haga efectiva una sociedad argentina definitivamente integrada que deje atrás como un recuerdo muy desagradable el odio gorila. Nada puede sustituir la experiencia de compartir la vida en los sectores, colectivos que abren las orejas únicamente ante las crisis, momento en que los miembros del movimiento nacional, debidamente organizados y comprometidos con el crecimiento económico y la democracia, alientan a ser parte del programa de transformación. Pero, obvio, ese programa de transformación debe existir, debe estar consensuado, debe ser parte de la cultura que marca el camino del porvenir.
Los escollos para articular tal programa son muy importantes y realzan todos los problemas que las redes sociales generan para alimentar el fascismo de nuestro tiempo. Uno de ellos, muy recurrente es que la aritmética histórica de grandes sectores del movimiento nacional no suele contabilizar cinco números: 1958, 1959, 1960, 1961 y 1962. Estas omisiones no son simples descuidos históricos, sino serias molestias para obviar que el capitalismo sin aumentar los salarios es incapaz de invertir y es menos capaz todavía de incrementar los salarios con la única meta de volver racionales las inversiones. Sólo la conciencia política puede hacer funcionar el capitalismo en medio de sus contradicciones, aumentando el poder de fuego de las clases trabajadora y haciéndole pagar al mercado mundial los eventuales sobre salarios argentinos. Por las debilidades y cortedades de esa conciencia es por donde se filtra la irracionalidad propia que se ve alimentada por los odios y fantasmas de la sociedad civil global.
En términos de opinión pública y publicada, los avances tecnológicos hicieron posible y barato lo que antes era inalcanzable, aunque se estuviera dispuesto a pagar el oro y el moro. En cierto sentido son neutrales. Pueden servir para un fin u otro y si hasta ahora la derecha los utilizo con gran éxito eso se debe en primer lugar y antes que nada –en el caso argentino— a la falta de trabajo político del movimiento nacional. Mide nuestras insuficiencias para delinear la forma indefinida de ese algo que flota en la laguna y que con sus rayos enloquece a los seres humanos que pasan cerca.
--------------------------------
Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí
Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí
Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí