ADIÓS, NARANJA
La música que escuché mientras escribía
Después del partido caliente entre los combinados de fútbol de la Argentina y los Países Bajos, uno de los principales programas de televisión de Amsterdam despidió a su equipo con una interpretación musical del más famoso tango de Astor Piazzolla, Adios Nonino, al que los conductores Niels van der Laan y Jeroen Woe adosaron una letra alusiva. La Nación publicó el video en su momento, y vale la pena.
Pero esa nota no identificó a los músicos que interpretaron el tema. El bandoneonista Carel Kraayenhof fue conocido en todo el mundo hace veinte años cuando 55 millones de personas lo escucharon tocar la misma pieza de Pantaleón en la boda de Máxima Zorreguieta.
Kraayenhof es neerlandés pero vivió muchos años en Buenos Aires, lo que lo distingue de tantos músicos europeos que se animan con el tango y no salen bien parados. Vale la pena escucharlo.
Aunque cueste creerlo, es autodidacta. Empezó tocando música folclórica irlandesa, escocesa e inglesa en acordeón, hasta que descubrió el bandoneón, que le cambió la vida. Su página oficial cuenta que creó las orquestas Tango Cuatro, Viento del Sur y Sexteto Canyengue. El mismísimo Piazzolla lo convocó en 1987 como solista de bandoneón en Broadway para Tango Apasionado, y Osvaldo Pugliese lo invitó a venir a la Argentina con el Sexteto Canyengue, que en 1996 se presentó en el Festival de Jazz de Montreal.
El Sexteto Canyengue también grabó con Yo-Yo-Ma, quien no me parece que comparta la sensibilidad de Kraayenhof para el tango, pero es una celebrity global. Fijate qué distinto suena cuando el fueye toma el mando.
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