A LOS TIROS CONTRA CUALQUIERA
Cómo es la cofradía policial de la mano en la lata que roba más que los pibes chorros
Policías de dos dependencias la emprendieron a tiros en las calles de sendas ciudades, en pos de recapturar a alguno de los once detenidos que escaparon por un portón dejado sin traba en una Comisaría con reiterados antecedentes de corrupción.
Apenas producida la fuga, un efectivo disparó en una zona muy concurrida. La Comisaría está en una Avenida, la 12 de Octubre, a una cuadra de la barrera, frente a la Cervecería Quilmes.
La imprudencia de ese primer tiroteador quedó registrada en un documento interno que la Seccional 3ª elevó a sus superiores como muestra de que intentaron impedir la huida:
“… el Ofl Subayte Leg. 201.376 JORGE FABIAN OMAR YOLAN; (… 27 años…), los persigue por 12 de Octubre hasta Aristóbulo del Valle, donde visualiza que un grupo de evadidos se suben a un Megane, gris, no vio patente, los corre y al no alcanzarlo le efectúa un disparo con su arma reglamentaria pistola Bersa Thunder Pro Nro. F27961, cree que no impactó en el auto ni en ninguno de los detenidos...”.
Se ve que los criterios policiales no han cambiado en tres décadas, desde que Pedro Klodczyk actuó de igual modo en la peatonal de la misma ciudad, según confesó a Ricardo Ragendorfer y Carlos Dutil para la revista Noticias (del 10 de agosto de 1996), a cuya foto de tapa tomada por José Luis Cabezas se le sobreimprimió el título Maldita Policía.
Peor fue lo que ocurrió en Berazategui, media hora después de la fuga.
Otros policías casi mataron a un niño de 8 años que iba con su padre en un auto del mismo color y formato, aunque de distinta marca.
En Ranelagh persiguieron a un Bora gris de un vecino que llevaba a entrenar a su hijo, le exhibieron un arma desde un auto particular, le dispararon, lo chocaron de atrás hasta hacerlo subir a la vereda y quebrar un poste. Sacaron al conductor a golpes, le rompieron el tabique, lo tiraron al pasto esposado a la espalda, de lo que se enorgullecieron exhibiendo la foto, y lo dejaron con tantas marcas en el cuerpo que no pudieron ser menguadas ni siquiera después de las 24 horas que tardaron en enviarlo a revisación médica.
En la noche de ese miércoles 6, desde la Seccional, una alta fuente (que no es el comisario) respondió a la consulta sobre si habían recapturado a alguien:
“Sí, a uno. Creo. Y otro en Quilmes”. Eran las diez de la noche.
Durante ese tiempo, trascendió en varios medios locales que se había recapturado a otro de los fugados. Sin embargo el periódico La Misión, de Ranelagh, dio la primicia de que el detenido no tenía nada que ver y que casi los matan por error, información que fue compartida en la web Centro Informativo Berazategui.
Miguel quedó con el tabique roto y varias lastimaduras cercioradas en reconocimiento médico al que fue acompañado por Gabriela, su esposa. La dueña del Bora dice que le pegaron al marido (en la foto se lo ve tirado en el pasto esposado a su espalda) y que quisieron “coimearla” para devolverle el auto roto. Cuando dice que le interesa “hablar con tu amigo”, se refiere al editor del periódico local:
Al día siguiente, El Cohete se comunicó con el celular 155795xxxx del comisario Sergio Gómez, que fue visto en el lugar. El titular de Berazategui 2ª, respondió con el siguiente audio en el cual desconoce que haya habido disparos y desmiente que hayan sido sus efectivos los perseguidores: “Actuó la Comisaría de Ezpeleta”.
En tal dependencia quilmeña se negaron a la requisitoria de El Cohete con el argumento de que “no tenemos autorización para hablar con la prensa”. Esa Comisaría 6ª fue puesta a cargo de un subcomisario, Cristian Arnaldo Gutiérrez, cuando el comisario Carlos Risso fue trasladado para estar al frente de Varela 2ª, el 26 de abril.
¿Quiénes y por qué estaban detenidos?
La dependencia tenía 52 detenidos penales, cuando su capacidad es para 12. Es sólo un caso de los tantos denunciados desde el Centro de Estudios Legales y Sociales.
Aunque algunos de ellos fueron señalados en los medios como “peligrosos delincuentes”, tal categorización quedaría contrariada por las imputaciones: dos estaban en la celda no por haber robado sino porque lo intentaron; otro porque andaba armado; un par más por lo mismo además de un “encubrimiento agravado”; cinco por robo (tres de ellos con agravamiento) y uno por venta de sustancias prohibidas por las autoridades sanitarias.
Este último es Adrián Muñoz, a quien fueron a buscar a la casa, donde no estaba, pero se llevaron a su madre, Susana Mirta Monzón, de 61 años, que también estaba denunciada por venta de drogas pero no habían tenido tiempo de buscarla.
El primer recapturado fue Alan Xavier Villalba, quien tuvo la brillante idea de esconderse en su domicilio, por Solís e Yrigoyen, a tres cuadras de la Comisaría quilmeña donde estaba por tentativa de hurto.
A Villalba la agencia oficial Télam lo daba por detenido en jurisdicción de la comisaría Quilmes 5ª de La Cañada, y citaba a “fuentes judiciales”, lo que contribuyó a la confusión que llevó a algunos medios a contar doble esa recaptura.
La historia de Quilmes 3ª
Acumuló denuncias durante décadas, incluso por parte de sus propios efectivos, que denunciaron a sus jefes a raíz de variados delitos.
Esta Dependencia es la que, durante febrero, el gobierno provincial le prestó a la Cervecería Quilmes para una publicidad de su bebida; una anécdota, en comparación con el historial delictivo de sus jefes del que sólo se resumirá lo del último año.
- En enero la Comisaría había sido intervenida, luego de que se hallara sin rotular documentaciones de vehículos, teléfonos celulares, una escopeta y un sobre con cocaína. Su Jefe de Calle, Hugo Enrique Coll, fue apresado a partir de la denuncia de una familia boliviana allanada por “falsificación de marca”, a la que le exigieron dinero para no inventarle una causa por “trata de persona”. En su casa de Florencio Varela, el principal Coll escondía 680.000 pesos y 12.000 dólares, cinco armas de fuego largas y un revólver calibre 45 sin documentación. Su cómplice, el teniente Claudio Lugones, escapó de su casa en Berazategui. También fueron desafectados de la fuerza los oficiales Diego Damián Apella, Víctor Emilio Tévez, Jonatan Eduardo Ocampo y el Jefe de Judiciales de la Dependencia, subcomisario Nicolás Cristaldo, quien no quedó imputado.
En un primer momento trascendió que la extorsión había tenido lugar en presencia de la fiscal Ximena Santoro, “novia del Jefe de Calle Coll”, según el periódico Verdad e Investigación, pero después todo se arregló: los acusados de falsificar ropa de marca se desdijeron de sus dichos contra un miembro del Poder Judicial que actuaría contra ellos en esa otra causa.
No obstante, todo eso le costó el cargo al comisario del barrio La Colonia desde el 13 de abril de 2017, Juan Ramón Núñez (ex subjefe del Distrito Quilmes Oeste), en cuya casa guardaba armas no registradas, por lo que también fue desafectado.
En ese contexto fue que en Quilmes 3ª asumió Miguel Ángel Coch.
- En marzo de este año, en un hecho con enorme repercusión mediática, un comisario de la Bonaerense terminó muerto a tiros por efectivos de la Federal mientras esperaba a cobrar 200.000 pesos tras extorsionar a una mujer a cambio de no inventarle una causa. El fallecido Hernán David Martín venía de ser segundo jefe en Quilmes 3ª.
- En mayo, el ex jefe de calle de Quilmes 3ª Diego Sebastián Duarte fue condenado a 10 años de prisión por robar en dos viviendas que lo filmaron (tras lo cual fue desafectado su jefe, el comisario Esteban Carabajal) hacia agosto de 2016. En su casa escondía 74.000 dólares. La paradoja es que un año antes había sido distinguido por el intendente Francisco Gutiérrez, tras un operativo que evitó un robo.
- Hacia junio, cuatro policías de esa Comisaría fueron a juicio porque en 2012 habían extorsionado a un joven al que le exigieron dinero para no “armarle” una causa. Tres fueron condenados a cinco años de prisión: el ex jefe de calle Jorge Alberto Maderna, más los oficiales Oscar Antonio Fernández y Diego Gastón Bueno, quienes deberán cumplir la pena mediante monitoreo electrónico, aunque a Maderna se le dio por purgada la condena en virtud del tiempo de detención cautelar.
- En esta primera semana de noviembre, fueron separados de la fuerza…
El comisario Miguel Angel Coch (Legajo 20.493);
El subcomisario Ruben Darío Banegas (Leg. 27.235), segundo jefe;
El oficial Elías Nicolás Castillo (23 años, Leg. 418.634), de Berisso;
El subayudante Javier Matías Gómez; (23 años, Leg 416.362), de Solano, su función era cerrar la puerta;
El subayudante Jorge Fabián Omar Yolan, (27 años, Leg. 201.376) de Berazategui, quien disparó en la calle.
Nada de esto figura en la web del Ministerio de Seguridad, cuya solapa de Prensa tiene como última noticia una de noviembre de 2017 y, en el home sólo aparecen un par de actos encabezados por el ministro Cristian Ritondo durante la campaña para ser diputado nacional. Luego de la elección, no se actualizaron más noticias. Incluso la sección Conocé a tu comisario https://seguridad.gba.gob.ar/#!/mapa/comisarias está desactualizada desde hace meses (por caso, en Ranelagh no figura Gómez sino su antecesor Gastón Orlando Lega). No sería extraño que mientras leen esta nota, aún figure Coch como jefe de Quilmes 3ª.
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