Fumata blanca
Acuerdo en Diputados para ganar tiempo y amplificar la inmunización colectiva antes de las elecciones
El acuerdo unánime para aplazar un mes el calendario electoral resultó una carambola que neutralizó los efectos negativos del golpe asertivo que la sentencia del máximo tribunal le propinó al gobierno de Alberto Fernández. El oficialismo en Diputados logró remontar al filo de la semana y reencausar la actividad parlamentaria por otros 30 días hábiles, e intentar descomprimir la tensión política reinante. Todos los espacios convinieron en la necesidad de ganar tiempo para amplificar la inmunización colectiva con la vacunación, y que la elección se postergara “sólo por única vez”.
Si bien no hay quien pueda atribuirse las glorias por descongelar las comunicaciones que venían muy entrecortadas, lo cierto es que la política se impuso a la especulación. Ante los augurios mediáticos de una profundización de la grieta por la pandemia, lograron superar con muy, muy poco margen, una semana adversa para el oficialismo y desgarradora para la sociedad. Las cifras de muertes y contagios no dan tregua. Y un consenso transversal en la dirigencia política para enfrentar los estragos que está dejando el virus, transmite calma.
Durante un mes las negociaciones con cada uno de los representantes opositores incluyó un menú de visitas –virtuales y presenciales– del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, intercambio de mails y mensajes, comunicados que circularon por los medios y las redes sociales. Todo eso concluyó en un texto que comenzará a debatirse la semana próxima, luego de que mañana se renueve el protocolo de sesiones remotas en Diputados, y de que el Ejecutivo envíe su proyecto de ley.
La última vez que sesionó la Cámara baja fue atípicamente un sábado, el 27 de marzo, cuando se aprobó la modificación del piso de ganancias para trabajadores en relación de dependencia. Desde ese día la relación entre la dirigencia de Cambiemos y Sergio Massa se resintió un poco y hubo que buscar quién desbloquee. Así es que el Ministro Wado pasó al centro de la escena y asumió un rol protagónico canalizando directamente los contactos. Reviviendo las dinámicas de acuerdos parlamentarios que experimentó entre 2016 y 2019, cuando fue diputado y tenía su oficina en el tercer piso del Palacio, arriba de la que ocupa Mario Negri.
Mientras algunas voces opositoras reprochaban “a las autoridades del cuerpo” la inexistencia de convocatoria al dialogo, cargando las tintas sobre la presidencia, justificaron su ausencia en varias comisiones. Repitieron, en cada set televisivo, que no apoyarían ningún cambio en las “reglas de juego”. Pero una estratégica división de tareas al interior del frente gobernante logró sortear esos obstáculos y traccionar a todas las fuerzas políticas hacia un mismo objetivo: disminuir los contagios.
Con los bloques de la oposición consensuamos un proyecto para postergar las PASO al 12 de septiembre y las elecciones generales al 14 de noviembre. Por indicación de @alferdez trabajamos junto a @SergioMassa para realizar las elecciones cuidando la salud de las y los argentinos. pic.twitter.com/FQptlftBqG
— Wado de Pedro 🇦🇷 (@wadodecorrido) May 7, 2021
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En dos encuentros presenciales, la mesa nacional de Cambiemos saldó sus contradicciones sobre la conveniencia o no de posponer unas pocas semanas las PASO y finalmente emitió un comunicado argumentando que “no apoyarían una suspensión” y que no era posible “un nuevo corrimiento en las fechas”.
Esas demandas estaban en la bandeja de entrada de la casilla del Ministro Wado desde el 25 de abril, con el asunto “ cláusula cerrojo”, exhortando a incluir taxativamente en el articulado de la ley el impedimento de nuevos corrimientos. Pero coincidentemente con la publicación de la sentencia judicial por la disputa de la presencialidad en las escuelas, el martes 4 envió la respuesta que el radical Negri esperaba. Con la electricidad en el ambiente, el Ministro Wado y el diputado cordobés intercambiaron ideas y fueron acercando posiciones para mover unos días el almanaque.
La síntesis a la que finalmente arribaron fue reenviada el jueves desde una casilla del Ejecutivo con copia a la Presidencia de la Cámara; y de ahí, a la hora del té, ingresó en las bandejas de entrada del resto de las direcciones que forman el grupo Labor Parlamentaria @HCDN.gov.ar, con el link al zoom para conectarse a la reunión el día siguiente. En simultáneo llegaba al WhatsApp de presidentes de los bloques, que incluye sólo dos diputadas, Alma Sapag y Beatriz Ávila –el resto todos varones–, la convocatoria al encuentro el viernes a las 17, enviada desde el celular del propio Massa.
Señales contradictorias
Mientras se tejía el acuerdo por las PASO, el oficialismo necesitaba ratificar el Decreto de Necesidad y Urgencia 287/21 que firmó el Presidente con nuevas medidas de cuidado. Promediando la semana y bien temprano a la mañana se convocó a la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo que preside el diputado oficialista santafesino Marcos Cleri. Esta comisión es la única de todas en el Congreso que puede reunirse haya o no sesiones habilitadas. Es porque debe analizar la validez de los DNU en un plazo perentorio: 10 días. Así lo establece la Ley 26.122 aprobada en 2006 y que la reglamenta. Por eso, sin demoras, el dirigente de La Cámpora Santa Fe –que además impulsa la modificación del régimen de biocombustibles y que espera dictaminar pronto– dio inicio a la reunión con el quórum solamente de nueve representantes del oficialismo. Juntos por el Cambio, que ocupa las siete bancas restantes, decidió no participar y así no convalidar el decreto. La oposición se aferró una vez más a la posición asumida ante la visita virtual del ministro de Justicia Martín Soria para presentar sus propuestas de modificación al Ministerio Público Fiscal y al de la Defensa, en una actitud negadora que remite más bien al “no lo veo, no existe”, que a confrontar con argumentos.
Con el peso de la decisión judicial adversa a la vista de diputados y diputadas, y para correr la situación sanitaria de la confrontación electoral, la jefatura de gabinete se comprometió a redactar a contrarreloj otro proyecto de ley que ingresará en estos días al Congreso. Pretenden así consolidar una serie de criterios de clasificación y parámetros objetivos que establezcan niveles de alerta en base al número de ocupación de camas y la circulación viral. La iniciativa apunta a sumar el respaldo de muchos más espacios políticos a las medidas restrictivas y reducir la emisión de tantos decretos.
Pero 33 horas después de vaciar la Bicameral de Trámite Legislativo para no acompañar medidas de cuidado y poder así cuestionar la legitimidad del dictamen a raíz de la caducidad del protocolo remoto en Diputados, se produjo un cambio de conducta como efecto del avance en los acuerdos por las elecciones. Al mismo tiempo que los mensajes iban y venían del celular del Ministro Wado al de Mario Negri, con participación de su bloque en la Bicameral de Servicios de Comunicación Audiovisual, se designaban autoridades –en representación de la oposición– para ocupar sus lugares en el directorio de Radio y Televisión Argentina (RTA) y el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM).
Estos movimientos del subsuelo palaciego dejaron sus marcas en la superficie de la actividad parlamentaria, que se minimizó en sólo tres reuniones. Las ausencias y presencias en las comisiones; la convocatoria a víctimas de la violencia institucional para continuar con reuniones de carácter informativo, garantizando el cumplimiento de una agenda previamente acordada; mostraron los ecos del acercamiento entre bloques mayoritarios.
Si se trazan dos líneas de tiempo imaginarias paralelas, donde una representa las reuniones de comisión de la semana que pasó y que son de acceso público; y la otra grafica el tráfico de mensajes entre los bloques, los eventos simultáneos de las dos dimensiones van dejando a la vista los puntos de contacto que provocaron modificaciones en el rumbo de las posiciones asumidas.
A las urnas en primavera
Juntos por el Cambio exige que sea el Ejecutivo quien envíe el proyecto. Afirman que “la responsabilidad no puede recaer en la iniciativa de un legislador individual” porque se trata de “un acuerdo transversal interpartidario”.
En diciembre de 2020, con un día de diferencia y de forma consecutiva, ingresaron los primeros proyectos para modificar las PASO. Uno encabezado por el médico tucumano Pablo Yedlin, en representación de muchos gobernadores peronistas, sugería la suspensión de las primarias y no su postergación. El otro de Carla Carrizo –radical porteña del espacio de Martín Lousteau– para posponerlas un mes, y pasarlas del 8 de agosto al 12 de septiembre. Además sugería acortar el tiempo de campaña electoral entre las internas y las generales. De ahí se nutrió la idea que fueron modelando entre mensaje y mensaje el Ministro Wado y el correligionario cordobés.
Con el debate ya rodando en medios y despachos, el entrerriano Marcelo Casaretto decidió formalizar el borrador que esbozaba los acuerdos alcanzados y lo convirtió en un texto que ingresó esta misma semana. El diputado oficialista no incluyó la cláusula cerrojo que exige Juntos por el Cambio para inmovilizar posibles nuevas postergaciones. Todo un paquete de proyectos que permite convocar a la Comisión de Asuntos Constitucionales para tener a la vista un amplio abanico de propuestas.
Lo que el oficialismo no pudo evadir en la reunión del viernes fue la reiterada demanda por modificar el sistema electoral. El interbloque Federal, donde confluyen expresiones del peronismo no oficialista junto con socialistas y partidos provinciales, insistió en avanzar en la boleta única de papel. Si bien eso no será incorporado en el proyecto sobre las elecciones de este año, reiteraron la oportunidad de asumir compromisos para abordarlo en otro período legislativo. Sostienen que es más transparente para los partidos minoritarios porque “se evita la desaparición de boletas” y además “se ahorran recursos económicos y materiales”.
Sacar la pandemia de la grieta
El oficialismo maximizará los esfuerzos en la semana que se inicia para pulverizar la grieta enquistada en las medidas de cuidado por la pandemia. Arranca con el pie derecho una seguidilla de reuniones que le facilitarán convocar a sesión más temprano que tarde. Sabe que hay disposición si se requiere modificar la Ley 27.573, que establece los parámetros de contratación para la adquisición de vacunas contra la Covid-19 y facilitar las negociaciones con laboratorios que aún no abastecen al país. Pero más allá de tener superados los escollos en el retraso del acto electoral, aún le toca recorrer mucho camino para conseguir los votos en el resto de los proyectos.
Pese al rechazo asegurado de varios bloques opositores, los proyectos a la segmentación del impuesto a las ganancias para empresas y de Consenso Fiscal están listos para bajar al recinto. Con la suma de los diputados que representan a provincias gobernadas por opositores se compensa la pérdida de votos con la que llega. Uno de los principales desafíos que falta superar es el régimen de biocombustibles. Si bien el proyecto comenzó a recorrer los despachos tras la primera reunión informativa, habrá que introducir modificaciones en el articulado sin alterar su espíritu, que segmenta la producción. A las críticas que dejaron a su paso las cámaras empresarias del campo, respaldadas y representadas por las bancas de Cambiemos, se buscará contraponer voces de productores locales y expertos en energías vegetales. El otro desafío es dictaminar finalmente el etiquetado frontal, que viene siendo estudiado con minuciosidad mientras se siguen zanjando los cuestionamientos de armonización con legislaciones regionales, como excusa principal para demorar su aprobación definitiva.
En lo que va del año Diputados sólo pudo sesionar en dos ocasiones: el 11 de febrero y el sábado 27 de marzo. En el medio la oposición forzó una sesión especial que fracasó por la ausencia de 12 integrantes del bloque de Juntos por el Cambio. Pretendían imponer una agenda propia de proyectos que no tenían dictamen, es decir no tenían consenso para ser debatidos en el recinto. Pero el panorama despejado a última hora del viernes augura la recuperación del ritmo productivo que supo imprimirle esta gestión al primer año en que le tocó conducir el espacio de mayor conflictividad política de todos: la Cámara de Diputados.
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