Garantizar la educación, con salud y vida

 

Ante el aumento acelerado de contagios de Covid-19, que ha generado que el sistema de salud se encuentre prácticamente al límite, particularmente en el AMBA, el Presidente de la Nación Alberto Fernández dictó el Decreto de Necesidad y Urgencia 241/21 que establece medidas generales de prevención a fin de restringir la circulación de personas para evitar la multiplicación de contagios. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que viene ejerciendo un rol fundamental en el combate a la pandemia junto a su ministro de Salud, Daniel Gollán, respaldó firmemente la decisión del Presidente.

Hasta aquí, nada diferente en términos legales y metodológicos de lo que se venía haciendo desde el año pasado para contrarrestar la propagación del virus, excepto por la actitud absolutamente irresponsable del Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, quien en un hecho gravísimo en términos institucionales primero desconoció el DNU y luego un fallo de la Justicia Federal que establecía su plena vigencia. Actuó corrido por la interna de Cambiemos, por el sector más radicalizado, negacionista, irresponsable y desestabilizador de esa alianza, que pretende horadar la legitimidad del gobierno nacional sin importarle en lo más mínimo el daño que le causa a la sociedad en su conjunto.

“Que se contagien los que se tengan que contagiar y que mueran los que tengan que morir”, les dijeron a los delegados del ingenio Ledesma cuando fueron a reclamar por la aplicación de los protocolos y la suspensión temporal de la actividad por el aumento de contagios en 2020. Algo similar le expresó el ex Presidente Mauricio Macri a Alberto Fernández, también el año pasado, cuando intercambiaron ideas acerca de cómo enfrentar la pandemia. En este caso, para ocultar lo tremendo y gravoso del planteo, los mismos que cuando fueron gobierno despreciaron, atacaron y dañaron a la Educación Pública y a las/os docentes intentan ahora imponer un falso debate, mintiéndole a la sociedad sobre el hecho educativo.

Por eso vale recordar algunos datos como la reducción de la inversión educativa en relación al PBI del 6,5% al 4,7%; la eliminación de la Paritaria Nacional Docente, del Plan Conectar Igualdad, del Programa de Formación Docente Continua; el intento de cerrar escuelas e institutos de formación docente; el anuncio de la construcción de 3.000 jardines de infantes que nunca construyeron; más de 10.000 faltantes de vacantes en CABA; y por la desidia del que fuera su gobierno en la Provincia de Buenos Aires, por un escape de gas, la explosión de la Escuela 49 de Moreno, en la que murieron Sandra y Rubén. Estas son sólo algunas de las medidas que tomaron en detrimento de la educación pública con la complicidad de corporaciones mediáticas que las relativizaban, ocultaban y/o minimizaban.

Hoy hacen lo mismo, mienten descaradamente, intentan imponer falsos debates amplificados artificialmente por varios “comunicadores independientes”, construyendo enemigos a quienes responsabilizar y pretendiendo erigirse como defensores de las escuelas abiertas, cuando en realidad siempre estuvieron abiertas gracias al enorme esfuerzo de docentes, directivos y toda la comunidad educativa. Hoy hay clases en todas las escuelas de nuestro país, con modalidad presencial, virtual y/o a distancia. La suspensión de la presencialidad sólo se estableció en el AMBA, junto a otras restricciones. Es un tema estrictamente sanitario.

A pesar de la enorme irresponsabilidad del jefe de gobierno y de la diatriba permanente y sistemática de las corporaciones mediáticas, afortunadamente la sociedad en su mayoría está cumpliendo con las restricciones dispuestas. Simplemente hay que acercarse a las escuelas, ver los comercios y observar la circulación de personas después de las 20 en la provincia y en la ciudad de Buenos Aires. Salvó deshonrosas excepciones, gran parte de la sociedad ha comprendido la gravedad de la situación sanitaria y que para poder revertirla hay que tener en consideración la evidencia científica, seguir las recomendaciones de los expertos, reparar en la experiencia acumulada a nivel mundial y cumplir las disposiciones de la autoridad. Aquellos que no lo hacen le están infringiendo un profundo daño a nuestra sociedad.

El gobierno nacional debe seguir tomando las medidas necesarias que las circunstancias requieran para seguir cuidando la salud y la vida y no permitir su incumplimiento, aplicando el imperio de la ley y la Constitución. Sólo de esta manera, con responsabilidad social y extremando las medidas de cuidado, vamos a ser capaces de derrotar a esta pandemia y salir adelante. Nuestro pueblo, sin ninguna duda, va a saber demandar a los profetas del odio, de la infodemia y a todos/as aquellos/as que supeditan la educación, la salud y la vida de las personas a sus propios intereses personales, sectoriales y/o partidarios.

 

 

* El autor es secretario adjunto de CTERA y secretario general de SUTEBA.

 

 

 

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