UN SUPREMO REPRESOR
Luis Genoud pretende volver a presidir la Corte de Justicia bonaerense el mes entrante
El juez Luis Esteban Genoud, de casi 75 años, es señalado desde la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia (MVJ) de Florencio Varela como un colaboracionista de la dictadura en al menos una detención ilegal.
Ese pasado lo persiguió durante décadas. Desde el 2000, en pos de que se refiriera a aquello, este periodista insistió, primero ante la joven chilena que oficiaba como su secretaria de prensa en el Senado provincial, y luego ante él mismo, al abordarlo en algún acto, pero nunca aceptó hablar de los años ‘70. La ocasión en que concedió una entrevista a otros dos cronistas les pidió que no preguntaran sobre esa época.
Genoud es, sobre todo, un político de rosca; exhibe una vocación permanente por tejer vínculos para quedar en la cresta: desde que era abogado se hizo elegir presidente del Círculo de profesionales en su ciudad; como legislador presidió el bloque de senadores provinciales del PJ; como juez alcanzó la titularidad de la Suprema Corte y del Consejo de la Magistratura bonaerenses; como apasionado del fútbol se encaramó a la presidencia del club Defensa y Justicia.
La única profesión en la que no pudo ser presidente, ni jefe de nada fue en la Policía. Tal vez por eso se alejó pronto. ¿O no?
La Bonaerense
Con casi veinte años, en 1966 egresó de la Escuela policial Juan Vucetich, en Berazategui. A partir del año siguiente y hasta 1969 fue subinspector en Lanús, según consigna la Comisión MVJ; una crónica de prensa (Lisandro Martínez, en La Defensa Digital) lo ubicó luego en la Comisaría 1ª de Avellaneda.
Cuando empezaron a caer policías en la primera línea del combate contra la guerrilla abandonó la Bonaerense.
Al mismo tiempo militaba en el peronismo, desde el ala derecha. No era el lugar más propicio para trepar, pero hacia 1972, de la mano de Miguel Angel Moletto, lograría entrar a la Juventud Peronista. Pronto fue un abanderado de la Tendencia revolucionaria. No obstante, conservó su vínculo con la fuerza policial.
La apertura democrática de 1973 abría nuevos horizontes en muchos sentidos.
El escenario era beneficioso para Genoud, quien hacía el periódico De Frente, integraba el Consejo del PJ y, flamante abogado, se sumaba al Sindicato Municipal. Una y otra organización actuaron solidarias en la huelga contra el interventor militar que ya se iba y, un mes antes de la elección del 11 de marzo, exigirán la renuncia del secretario de Gobierno, según testimonió el periodista Romeo Rosselli, por Radio del Pueblo.
Sus esfuerzos parecieron en vano porque las impugnaciones entre listas internas del PJ de Varela impidieron que pudiera presentarse a los comicios municipales. Eso acrecentó las chances de Juan Carlos Fonrouge, hermano de Alberto, inminente senador. Cuando aquel conservador ganó la Intendencia, Genoud se enroló en la oposición más activa.
El 19 de abril de 1974 padeció un tiroteo en su estudio, algo que también sufrió el presidente del Centro Comercial de Varela, ciudad donde cuatro días después estallará una bomba contra el Banco Avellaneda.
Una pertenencia común era el Comité de Protesta contra la Intendencia, en el que Genoud era reconocido como asesor legal, según publicó la revista El Caudillo –simpatizante de la Triple A–, cuyo director era otro varelense, Felipe Romeo. (Ver El Caudillo número 24, del 26 de abril de 1974, pp 14 y 15).
Cuando los tiros dieron contra su estudio, Genoud estaba con un peronista veinte años mayor que él, Nicolás Vaccaro, quien ostentaba haber sido miembro del Comando Operativo de la Resistencia dieciocho años atrás. Ese COR había participado en la emboscada contra la Tendencia Revolucionaria en Ezeiza el 20 de junio de 1973.
Vaccaro habrá de admitir que “participé de la toma de la Intendencia el 14 de junio” contra el recién electo Fonrouge, a quien llamó “payasín de circo barato” y “aliado del gorila (gobernador Oscar) Bidegain.
En su intento por destituir al jefe comunal, Genoud y Vaccaro contaron entre sus aliados a José María Sacristán, de la JotaPerRA (como le decían a la centro-derechista Juventud Peronista de la República Argentina).
Genoud no pegó el salto luego de la diáspora imberbe que tendría lugar doce días después, en la Plaza del 1º de Mayo. No fue por la anatema de Perón que partió hacia el Ateneo de Reactualización Doctrinaria u otro sector ortodoxo. En verdad, nunca se había ido de la derecha.
Por eso, en 1975 integró la Comisión de Reorganización del Partido Justicialista junto a Vaccaro y Francisco “Chicho” Basile, otro que será denunciado en los juicios de lesa humanidad, según destaca la Comisión MVJ.
Entonces, con 28 años, aun cuando el Círculo de Abogados de Varela lo había elegido como su autoridad, Genoud dictaba clases de Instrucción Cívica en la Escuela Media 1. ¿Lo hacía porque estaba muy necesitado de dinero?
Sabía que los estudiantes no se preguntaban esas cosas; era visto como un joven carismático. También a sus vecinos les caía simpático y ganaba su confianza. Tal el caso “Pancho” Bartucci.
1976
Luego del Golpe, Genoud no tuvo dudas de dónde pararse.
De pie, en la puerta de su casa, fue abordado por los hermanos de Bartucci; Nelly encaró:
–Luis, hace dos días que Pancho no viene a dormir. ¿Qué podemos hacer?
–Con las cosas como están ahora, no puedo hacer nada.
Nélida lo miró por un momento:
–¡Mirá que Pancho me dijo que venga a verte si pasaba algo!
–Sí, te pudo haber dicho cualquier cosa, pero yo no puedo hacer nada.
–Bueno, decime qué hacer, que lo hago yo.
–Si querés, andá a la Comisaría y pedí una averiguación de paradero.
Nelly y su hermano subieron al auto rumbo a la Seccional que estaba a la vuelta, pero para cuando estacionaron y entraron se encontraron a Genoud adentro, que le decía “ésta es la chica” al oficial a cargo, ya que era sábado y el comisario no estaba.
–Te van a tomar declaración.
–Luis, ¿qué declaración si lo único que sé es que tomó El Halcón? Me contaron sus compañeros que lo vieron, sobre Mitre, tomar El Halcón a Varela, pero otra cosa no sé.
–Bueno, decí eso.
Nelly siempre dirá lo mismo: “Mi hermano Francisco se fue de casa a trabajar. Venía todos los días, tipo 14.30, a almorzar; se quedaba un rato con nosotras y después se iba a militar. El jueves 29 de julio no vino. Teníamos por consigna que si no llegaba a dormir, al otro día me telefonearía a la oficina. El viernes no me llamó. Mi mamá me dijo ‘qué raro; tampoco vino a comer’. El sábado a la mañana, mamá me despertó temprano y me pidió que fuera a Segba, adonde él era operario. Fui hasta Avellaneda y los compañeros sorprendidos me dijeron que el jueves había ido a trabajar pero el viernes no. Segba tenía un régimen muy estricto; no podías faltar, debías avisar y el médico iba a tu casa”.
Cuando Nelly salió de declarar, Genoud le preguntó si había firmado e inquirió respecto de dónde dormía Pancho. Después de mirarlo con dudas, ella respondió:
–En casa.
–No, dale; vos sabés bien que él tenía otro lugar.
Nelly miró al oficial parado al lado y se mantuvo en su verdad. Genoud insistió:
–No, vos sabés muy bien que él tenía otro lugar dónde dormir.
–No sé si mi hermano tenía otro lugar pero, si lo hubiera sabido, no te lo voy a decir a vos, ¡que sos un hijo de mil puta!
(escuchar aquí audio de la hermana de Bartucci)
Paredón y después
Desde ese último cruce de palabras, Nelly Bartucci verá a Genoud como un “traidor a los compañeros”, que hasta le habían hecho un asado cuando se recibió de abogado. “Genoud tuvo una mínima participación en la militancia de la JP de Varela, mínima porque, para mí, militancia era otra cosa y, lo de él… nada que ver”.
Durante la dictadura, el abogado Genoud se ofreció para redactarle el Código de Faltas al intendente de facto, prefecto Adolfo Antonio Hamilton, para quien trabajó en la Comisión de Festejos, Homenajes y Acción Comunitaria creada el 24 de mayo de 1979:
Así pasó sin sobresaltos la peor etapa del siglo, que se ensañó con cuanto dirigente peronista pudo incluir en “actas de responsabilidad institucional”, una lista negra con los nombres de quienes debían ser apresados.
Uno de esos perseguidos, el sindicalista textil quilmeño Angel Abasto, pasó a colaborar. No sólo no fue molestado sino que, a la salida del Proceso, era uno de los nombres de referencia –otro era Herminio Iglesias– que los militares le daban a los civiles nacionalistas para que contactaran a fin de sumar esfuerzos en pos de la transición que se venía. Es lo que Raúl Alfonsín dio a conocer como “pacto militar-sindical”.
Bajo ese macro-paraguas, Genoud participó de las internas del PJ en 1983. Perdió frente al sector de Julio Carpinetti, cuya historia ya fue relatada en El Cohete.
En 1986, el ortodoxo Genoud fue convocado por el cafierista Carpinetti, que posaba de progre para llegar a ser tres veces intendente. Así se sumó a la Secretaría de Gobierno. También con su sucesor, Julio Pereyra (jefe comunal desde 1992) fue secretario de Gestión Pública.
Aliado a ese poder territorial donde tallaba Graciela Giannettasio –ex vecina de Lomas, mimada de Eduardo Duhalde–, Genoud escaló. Su nombre empezó a sonar para ser convencional constituyente de 1994 y legislador, hasta llegar a encabezar la lista de candidatos a senadores provinciales por la poderosa Tercera Sección Electoral. Ganó esa elección de 1999, cuando su partido perdía la Presidencia de la Nación a manos de la Alianza.
Luego, todo el bloque del PJ lo eligió a él como presidente.
Empezó a acompañar al gobernador Carlos Ruckauf y a tallar en la toma de decisiones políticas que tendieron a esmerilar el mandato de Fernando de la Rúa.
Estas fotos –del archivo del autor– fueron tomadas mientras se insistía con entrevistarlo, a comienzos de este siglo, mientras el gobernador decía en los actos: “Desde la provincia le tiramos una soga al Presidente, pero Chacho Alvarez se la cortó”. O cuando Duhalde, el candidato perdidoso, le daba recomendaciones a la Casa Rosada como si en su Buenos Aires estuviese todo bien. En todas esas arremetidas estaba Genoud.
Luego de colaboraran en la debacle con que los poderes económicos apretaron a De la Rúa, también la Provincia vio huir a su gobernador. Con el reemplazo por Felipe Solá –y con Duhalde en la Rosada– Buenos Aires conformó un nuevo Gabinete en el que, desde el 7 de enero de 2002, Genoud pudo sentarse como Ministro de Seguridad.
El uniformado cuyos años en la Bonaerense apenas superaban los dedos de una mano, pasaba a ser el mandamás. Otra vez conseguía ser el jefe supremo, como en todos los ámbitos donde estuvo.
Desde allí elevó a Mario Alberto Mijin –“el Verduguito” en el CCD de Arana hacia 1977–, como subjefe de Seguridad Departamental en Lomas de Zamora.
Otro policía sindicado por matar y tirar los cadáveres de un par de jóvenes durante el Proceso fue Alfredo Fanchiotti, quien ya como comisario habrá de tener una activa participación como subalterno de Genoud.
El día de la emboscada, “Genoud, Fanchiotti y Vega informaron a (el gobernador) Solá sobre lo ocurrido y hablaron de manifestantes dispuestos a combatir y munidos de todo tipo de armas, incluidas armas de fuego” (La Nación, 29 de junio de 2002).
En los primeros seis meses de ese periodo se había elaborado la inteligencia montada en Guernica sobre los militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, que culminará dos semanas después con el doble crimen del 26 de junio. Aquel espionaje fue conocido por la periodista local Clara Britos, cuyos aportes trascendieron en una nota que Horacio Verbitsky publicó el 4 de agosto de 2002.
La masacre aceleró los tiempos políticos; Duhalde adelantó las elecciones y Néstor Kirchner se hizo de la Presidencia en 2003, año en que Genoud abandonó Seguridad.
Otro clima
Con el impulso que el nuevo gobierno dio a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, en 2004 Genoud pudo ser denunciado por Nélida Bartucci en los Juicios por la Verdad.
Al mismo tiempo, el abogado se abroquelaba como representante del duhaldismo en la Suprema Corte Bonaerense. Allí, en 2008-2009, logró la Presidencia.
Desde ese sitial, Genoud intervino para beneficiar con la cárcel abierta de Baradero a Fanchiotti (Miradas al Sur, 11 de agosto de 2010), “vecino de Varela y amigo personal de Genoud” según la Comisión MVJ, ya en los tiempos en que en el Instituto Santa Lucía desaparecieron diez estudiantes (Libro de Néstor Denza y Rafael Britez: Los Pibes del Santa, 2012).
En 2012 Fanchiotti fue condenado a perpetua por su autoría material.
El intelectual Genoud tuvo mejor suerte. El 16 de junio de 2015 se alzó con otra presidencia, la del Consejo de la Magistratura de la Provincia (por Acuerdo 3760).
La difusión mediática impulsó a Familiares de Detenidxs Desaparecidxs y a la Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi a “escracharlo” en su casa de Varela el 22 de septiembre, cuando marcharon por la ciudad, luego de lo cual hablaron José Luis Calegari, del Centro Angelelli, y Leonardo, hermano de Darío Santillán.
Al mes siguiente fue objeto de un juicio ético en las escalinatas del Palacio de Justicia, en La Plata, con testigos como Nelly Bartucci, Roberto Martino, María Ester Mazza y Leo Santillán. Fue hallado culpable por el tribunal popular compuesto por Nora Cortiñas (de Madres-Línea Fundadora); el psicoanalista Alfredo Grande y Pablo Pimentel (de la APDH-La Matanza).
Debió soportar otro escrache en la puerta de su casa el 19 de setiembre de 2016, en el marco de la Campaña “A 40 años… si no hay Justicia, hay Escrache”.
Como muchos políticos, también estuvo ligado a un club de fútbol del que sería presidente, ¿qué otra cosa? Tal el caso de Defensa y Justicia, de donde salió el barrabrava Cristian Favale, imputado como asesino de Mariano Ferreyra.
Sigue en la Suprema Corte como vicepresidente, a la espera de ascender para reemplazar a Daniel Fernando Soria el mes entrante.
Pero hace treinta días trascendió por la agencia Diarios Bonaerense (DIB) que, junto con otra ministra del Tribunal, se vacunó contra el Covid-19 luego de mentir que era “personal de salud”.
Por eso, la Asociación Judicial Bonaerense (AJB) pidió su renuncia o destitución: “Hilda Kogan y Genoud han demostrado no estar a la altura del comportamiento ético que exige el ejercicio de la magistratura”. El Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la Provincia también le endilgó “el mayor reproche” y pidió a esos jueces que “sin más dilaciones, remuevan dudas en salvaguardia del prestigio de las instituciones”.
Genoud, de 74 años, recibió las dosis el 21 de enero y el 11 de febrero, antes del inicio del operativo para mayores de 70 años. Se la aplicó en un nosocomio de Alta Complejidad cuyo Consejo Administrativo está a cargo de Mariel Mussi, hija de Juan José, quien fuera ministro de Salud mientras el varelense era senador. El Hospital se llama El Cruce, debido a su ubicación. En Varela, claro.
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