COQUI Y EL MUNDO DEL REVÉS
La policía de Chaco frustró la provocación de un funcionario que pretendía reprimir una manifestación pacífica
Un ex policía devenido funcionario de Seguridad de Chaco generó una situación surrealista el viernes cuando pretendió encabezar un operativo represivo que no existía como tal y forzó al jefe de esa fuerza a pedirle que se retirara porque su sola presencia implicaba una provocación para los manifestantes. El insólito episodio lo protagonizó Gustavo Olivello, un sargento ayudante con varios antecedentes en hechos de violencia a quien el gobernador Jorge Capitanich designó al frente de una vaga Subsecretaría de Prevención de Seguridad en el Abordaje Territorial. “O se va el jefe de policía o me voy yo”, prometió ofuscado ante las cámaras tras el frustrado intento de arrasar con quienes bloqueaban el tránsito. Cuando lograron que se retirara, la manifestación continuó con normalidad.
El nombramiento de Olivello en septiembre generó el inmediato rechazo de organizaciones sociales, políticas, sindicales y estudiantiles chaqueñas. “Hemos confiado en usted”, le recordaron a Capitanich en una Carta Abierta. “No nos humille a quienes ponemos el cuerpo día a día en garantizar los derechos conquistados y las políticas de este gobierno”, le pidieron, y advirtieron que el ex policía era un representante de “todo lo que creíamos acabado y de todo lo que nos falta cambiar”.
El 30 de septiembre un operativo dirigido por Olivello confirmó los peores augurios: la policía reprimió una manifestación frente a la Casa de Gobierno, disparó balas de goma, detuvo a dos personas y agredió físicamente a la subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia, Nayla Bosch. “A la luz de los hechos volvemos a exigir la renuncia del citado Subsecretario, porque su presencia en el Gobierno del Pueblo del Chaco pone en serio peligro la vigencia de los Derechos Humanos en nuestra provincia”, advirtió entonces el Manifiesto Argentino Chaco, y le pidió a Capitanich que “retome el camino por el cual fue elegido”.
En octubre, otra vez bajo el mando de Olivello, la policía reprimió con balas de goma y gases lacrimógenos a integrantes de Pueblos Originarios y criollos que reclamaban por el derecho a al tierra. Capitanich recibió entonces una carta del CELS, que le pidió que reviera la designación. “Resulta un contrasentido” que para gestionar conflictos sociales se designe a quien como policía “protagonizó diversos hechos de violencia”, advirtió el organismo, que recordó su orden de detener a un fotógrafo cuando registraba a una mujer golpeada por esa fuerza en 2010, una razzia sin justificación que derivó en 17 detenciones en 2013 y los disparos con postas de goma a corta distancia del propio Olivello contra una periodista que ayudaba a mujeres golpeadas por policías en 2014. “Son antecedentes suficientes para impugnar su idoneidad”, destacaron Paula Litvachky y Manuel Tufró, directora ejecutiva y del Área de Justicia y Seguridad del CELS respectivamente.
El jueves se repitió la represión en el microcentro de Resistencia y el operativo a cargo de Olivello terminó con nueve mujeres detenidas. Que Chaco no volviera a ser noticia el viernes por criminalizar la protesta social lo evitó paradójicamente el jefe de policía, Ariel Acuña, que frenó a Olivello cuando pretendía ponerse al frente del operativo y le ordenó retirarse bajo amenaza de detenerlo. “Este corte de calle está ocurriendo porque el jefe de Policía lo está permitiendo”, pataleó el funcionario ante las cámaras. “Le digo al gobernador: o se va el jefe de Policía o me voy yo”, completó su acting. “Él sabía que no debía estar presente aquí por expresas indicaciones del gobernador”, explicó luego Acuña. “Le dije que se vaya porque incita a la violencia. Y lo que él diga o haga es problema de él. Yo estoy cumpliendo una orden del gobernador que es quien manda en la provincia”, añadió, según reseñó Chaco Día por Día
Los pedidos de renuncia de Olivello siguen esperando.
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