CUANDO DE ESTUDIAR SE TRATA

La ministra Acuña y la verdadera formación “sobreideologizada”

 

En los primeros días de la presente semana se conoció un video que mostraba a la Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires expresando algunas consideraciones en relación con la formación docente y las instituciones que se ocupan de formar maestros y profesorxs. Sus reflexiones dedicaron algunos minutos a describir lo que según su punto de vista es el perfil personal-profesional de quienes en el pasado y en el presente han abrazado la carrera docente. No me parece oportuno reiterar dicho monólogo ya que ha sido tratado y/o respondido por numerosas personas, incluyendo maestrxs, profesorxs y especialistas en el tema.

Luego de escuchar algunas veces las expresiones de la Ministra y de leer artículos de opinión de la misma, me he permitido arribar a conclusiones que seguramente estarán teñidas de una alta subjetividad, contrariando seguramente aquella pretendida objetividad que le propuso a nuestra historia y a la educación un positivismo caduco, que lamentablemente tiene todavía una buena cantidad de seguidores en nuestro sistema educativo.

En relación con aquello de la “sobreideologización” a la que refiere la funcionaria, o las alusiones a las “bajadas de línea” que los supuestos militantes de una causa transmiten a sus alumnxs, me gustaría saber qué es lo que la Ministra entiende por ideología, como para entender qué quiso decir. A modo de orientación podría decirle que en general no hay tema alguno que se pueda transmitir sin ideología. Cada persona tiene la suya y cuando habla, piensa o enseña la pone en juego sin excepción.

La ideología sintetiza un conjunto de valores, representaciones y creencias que definen la manera en que un individuo, un grupo, un sector social o un pueblo asumen, viven y piensan el mundo. Es algo así como el cemento que da cohesión, armonía y sentido al conjunto de los elementos que conforman la vida individual y social.

Me ha parecido que lo que la Señora Ministra alude como sobreideologización no es otra cosa que un docente dando su clase, con mayor o menor pasión desparramada por el aula. Pero siempre con el foco puesto en el cumplimiento de los planes y programas de estudio. Podrá haber diferencias entre unxs y otrxs, pero nunca “bajada de línea” o exageración parcializada de los temas que se traten en cualquiera de las disciplinas obligatorias de un diseño curricular, previamente determinado y además supervisado.

Sin embargo, cabe aclarar que las instituciones educativas deben respetar la libertad de cátedra, lo que no habilita a nadie para deslizar acusaciones de militancia a quien no se expresa como su gobierno quiere y aunque la puerta del aula permanezca cerrada Tampoco cabe el hecho, y menos a esta altura de nuestra historia de padecimientos, de salir a cazar brujas haciendo un llamamiento público a la movilización de las familias para que denuncien a lxs docentes militantes de sus hijos. Eso es propio de las dictaduras.

Además la Señora Ministra ha estudiado en diferentes instituciones, incluida alguna de su ciudad natal con su correspondiente carga ideológica, pero aun así ello no justificaría que se le hagan observaciones semejantes a las escuchadas en el referido audio. Pertenece además a la Fundación Grupo Sophia, institución de clara tendencia neoliberal destinada a la formación política de cuadros políticos del neoliberalismo, que desde su creación en 1994 ha sido financiada por organizaciones como Techint, Banco Mundial, Deutsche Bank, Citibank, FMI, McDonald's, etcétera, que no se caracterizan justamente por su defensa de la escuela pública.

Pareciera ser, a juzgar por algunas de las pertenencias que nos muestra el recorrido personal de la Ministra, que quien sí muestra una formación sobreideologizada es ella misma, ya que es integrante de una ONG que pretende influir ideológicamente en la educación desde perfiles poco o nada afectos a la escuela pública.

En el audio se descalifica desde argumentos efectivamente sobreideologizados y discriminatorios a los docentes, y por supuesto se critica a las instituciones de formación docente, que según la Ministra “no enseñan a pensar” cuando en realidad lo que esconde es su intención de cerrarlas y dejar el camino abierto a la UNICABA (Universidad de la Ciudad) creada hace unos años.

Por otra parte, si de “enseñar a pensar” se trata –en términos democráticos–, ni la Fundación Sophia ni el Ministerio de Educación de la Ciudad han dado muestras efectivas de que semejante tarea se encuentre entre las metas de su política educativa. Sí en cambio promueven un pensamiento que desde su ideología apunta a la formación homogénea de individuos obedientes y desprovistos de cualquier atisbo de pensamiento crítico, negando además cualquier expresión participativa de lxs jóvenes en la escuela o fuera de ella.

Ejemplo de ello es la primera medida tomada en 2008 por el entonces Ministro de Educación de la Ciudad, Mariano Narodowski, que consistió en modificar por decreto la reglamentación de la Ley 223 de Convivencia Escolar a fin de limitar la participación de los alumnos en los Consejos de Convivencia, organismo que junto a los Centros de Estudiantes constituyen verdaderas expresiones democráticas en la Escuela Secundaria.

Tampoco se conocen antecedentes de un llamado a la participación de los alumnxs de las escuelas secundarias. En general y cuando se convocó a los estudiantes las reuniones fueron meramente informativas para comunicar decisiones previamente tomadas por y en el Ministerio de Educación, dicho lo cual no se termina de entender por qué la ministra se ha referido justamente a “enseñar a pensar” cuando es el mismo Ministerio que dirige el que no promueve dicha capacidad y si lo intenta termina “bajando las líneas” que sus usinas ideológicas le dictan.

Para terminar, la elección de la carrera docente responde en general a un compromiso social, en este caso a desarrollar a partir del hecho de educar. Resulta necesaria tal aclaración ya que los argumentos y afirmaciones escuchados en relación con quienes aspiran a ser docentes o a quienes ya lo son o lo fueron denotan cierta carga de racialidad y desprecio, algo no esperable de nadie y menos de una funcionaria a cargo de la Educación.

La paradoja de educar es justamente que educando también se aprende. Reflexionar al respecto es algo que le propongo a la Señora Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí