Apuntes de una investigación en proceso
El lobby, actividad no regulada en Argentina, es un fantasma que deja huellas cuyo rastreo es necesario para comprender la génesis de algunos procesos de disputa por el territorio en la región. En el caso del proyecto de urbanización de la costa este del lago Correntoso, faldeo oeste del cerro Belvedere, en Villa La Angostura (sur de Neuquén), podemos identificar dos grandes líneas de conflicto y de análisis: por una parte, el despojo y fraccionamiento del antiguo lote 9 de la colonia agrícola-pastoril Nahuel Huapi, que incluye la fracción de 87 hectáreas de este proyecto; y, por otra, el reciclado y (re)articulación de distintos sellos empresarios y flujos de dinero en proyectos que tienen a la naturaleza como eje de acumulación de capital. En la experiencia histórica y social concreta esas dos líneas de construcción de poder confluyen, aunque resulta útil individualizarlas para su análisis y debate en este conflicto.
Villa la Angostura, que dice ser “aldea de montaña”, ha recibido durante los últimos 15 años proyectos desmesurados en escala y perspectiva, que devienen espejitos de colores para la población local y opacidad para las instituciones del estado. En 2007 Cerro Bayo S.A. y EIDICO S.A. presentaron oficialmente un megaproyecto que incluía tres urbanizaciones en las laderas de los cerros Bayo y el falso Belvedere afectando a unas 1100 hectáreas, algo así como el 17% de la superficie total del ejido municipal. Una de esas urbanizaciones era “Chacras del Correntoso”, de 21 lotes de dos hectáreas en promedio y una marina de acceso a la costa.
En ese momento Cerro Bayo S.A. estaba en manos de Diego Radivoy Magnani, María Florencia Lira y Alejandro Milhas (de maratónico y triste paso por Bariloche), quienes aparecieron como cara visible de los compradores del tradicional centro de sky de mediana envergadura. En 2009 se formalizó un cambio en el directorio apareciendo Pablo Andrés Torres García, Julián Santiago Arostegui (arquitecto, esposo de Lira) y Rodrigo Segovia. En cuanto a EIDICO, siempre ha sido de proximidad macrista (recordar la construcción de un barrio privado en Bella Vista sobre terrenos propiedad del actual Presidente y su familia).
El megadesarrollo se paralizó por la fuerte resistencia y movilización de base que impidió la intervención en masa al bosque nativo en altura, en suelos de pronunciada pendiente e impacto en innumerables arroyos.
Por otro carril, entre 2008 y 2010 la empresa Radal inscripta en Neuquén compró y escrituró a su nombre la propiedad de las 87 hectáreas con acceso a la costa este del lago Correntoso que permanece intacta en ese tramo, con una masa compacta de cipreses y coihues que está totalmente comprendida por la ley provincial 2.780 de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos de Neuquén. A fines de 2010 Radal vendió la fracción al fideicomiso conformado por el contador Luis Alberto Obezzi, quien formalizó la operación al año siguiente en el Registro de la propiedad inmueble de Neuquén, según las copias a las que accedimos para esta investigación.
El 4 de junio de 2011 estalló el volcán Puyehue a escasos kilómetros. En medio del caos los lobbystas acudieron a sus operadores en el gobierno del ex gobernador Jorge Sapag, quien a su vez lo hizo con el gobierno local, en ese momento en manos de una coalición variante vecinalista que oscila entre el tradicional MPN (Movimiento Popular neuquino) y el PJ. En trámite express, el gobierno local aprobó un paquete de proyectos “de emergencia” que incluyó la “ampliación de la costanera y urbanización del lago Correntoso”, cuya legalidad dudosa hubiera sido impugnada si la Justicia hubiera actuado de oficio u ofrecido garantías de imparcialidad a los vecinos y concejales que ofrecieron resistencia. El segundo semestre de ese año acumuló tanta ceniza y piedra volcánica como resoluciones, ordenanzas, decretos, expedientes que conforman el andamiaje institucional que legitima a los operadores económicos y políticos del proyecto. Con el trabajo sucio hecho por funcionarios municipales y provinciales del momento, los concejales en pleno (con una sola, dignísima excepción), en la escribanía de Neuquén a cargo de María Paula Kohon se traspasó la propiedad de Radal a Fideicomiso Lago Correntoso el 10 de noviembre de 2011. Quince días después, Rodrigo Segovia (miembro de los directorios de Cerro Bayo SA y Central Urbana SA), firmó como apoderado el convenio urbanístico con el ejecutivo de Villa La Angostura.
Viejos y nuevos operadores de negocios
Según el Registro de la Propiedad Inmueble de Neuquén, son propietarios de las 21 fracciones del lote de 87 hectáreas:
- Alberto Artemio Rossi, arquitecto, esposo de Claudia Zoraida Awada, hermana mayor de la esposa del presidente Macri; gestor oficioso de obras públicas para VLA por lo menos desde fines de los ’90, con negocios propios en Neuquén desde 2002; funcionario del gobierno porteño durante la gestión Macri;
- Murat Nakas, Evaluadora Latinoamericana S.A. (calificadora de riesgo), miembro de la comisión directiva de Boca Juniors;
- Matías Damián Lopez, ex funcionario del gobierno de CABA durante la gestión Macri;
- Alfredo Hilding Reganzani, ingeniero, interventor por la dictadura cívico-militar del grupo Greco y director de la intervención de YPF;
- Carlos Alberto Rossi, responsable en la gestión ante Catastro de provincia, propietario de un complejo de cabañas en La Angostura;
- Jorge Alberto Torres, Cerro Bayo SA (controlada por la desarrolladora inmobiliaria Proideas);
- Pablo Andrés Torres García, cara visible de Cerro Bayo SA en la región;
- Pablo Natalio Dabas, socio de Guadalmina SA con Jorge Alberto Torres; Brokers SA con Dabas;
- Julián Santiago Arostegui, arquitecto, otra cara visible de Cerro Bayo SA en la región;
- Juan José Licata;
- Natalia Noemí Ganem;
- Pablo Damián Elías;
- Gustavo Javier Coria; y,
- Norberto Omar Dabas, socio de Jorge Alberto Torres en varias firmas.
El suelo frágil de la ladera del cerro Belvedere tiembla, no como durante el estallido del volcán pero lo suficiente como para que el eco se propague durante todo el día. Con martillo neumático cortaron la roca para avanzar en el camino interno que inició en la cota 889 dentro del predio propiedad de Emanuel Ginóbili, fracción que administra el fideicomiso Terrazas del Correntoso y está en conflicto con la comunidad mapuche Paisil-Antreao que reivindica ese territorio tradicional. De acuerdo a la copia de los planos disponibles y la documentación científica del área, el camino de acceso de 2700 metros aprobado se ubica entre los 890 y los 910 metros sobre el nivel del mar. Un cálculo simple indica que para llegar al lago deberán descender aproximadamente 130 metros hasta la marina proyectada. El combo de dinero, audacia, lobby y desapego total a las leyes vigentes hace posible desarrollos inmobiliarios de esta naturaleza.
Fruto de la movilización en la provincia, a fines de 2011, se aprobó la ley de Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos (OTBN), en concordancia con lo establecido por la Ley nacional 26.331 de Presupuestos Mínimos para la Proyección Ambiental de los Bosques Nativos. Estableció importantes restricciones a la expansión de futuros desarrollos urbanísticos. Este está en la zona roja.
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