PELÍCULAS ESCONDIDAS (15)
Un documental estadounidense de 1940 que está dedicado a nosotros, "people of" Buenos Aires
El cine comenzó a usarse como herramienta educativa muy poco después de ser inventado, como lo prueban las filmaciones del doctor Alejandro Posadas (1899) o la cinemateca del Colegio Nacional Buenos Aires, que hoy custodia el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, y que contiene decenas de cortometrajes didácticos para su uso en las aulas, filmados durante el período mudo.
En Estados Unidos la empresa ERPI (Electrical Research Products Inc.) fue pionera en la realización y distribución de cortometrajes educativos sonoros para las escuelas, desde 1930, en el formato reducido de 16mm. Inicialmente sus temas fueron exclusivamente científicos, a pesar de la creciente demanda por films sobre las ciencias sociales, porque, según el historiador Geoff Alexander, “la empresa temía que esos temas fueran controvertidos, se los acusara de hacer propaganda y eso produjera publicidad adversa”. Al parecer, una parte de ese temor desapareció con la guerra mundial y la política de la “Buena Vecindad” promovida por Roosevelt hacia las Américas, porque hacia 1940 ERPI empezó a producir cortometrajes para ilustrar sobre la vida cotidiana y la organización económica de toda la región, como Land of Mexico, People of Mexico, Peru – People of the Mountains, Chile – People of the Country Estates o Brazil – People of the Plantations, entre varios otros. En ese contexto se hizo Argentina – People of Buenos Aires, que se rodó efectivamente en Buenos Aires en agosto de 1940 y fue registrada en la Library of Congress en diciembre del mismo año.
El film no tiene director acreditado pero los títulos mencionan la colaboración de un señor Earle K. James, que también fue responsable de los films sobre Perú y Brasil. Por lo que parece, James nació en Chile en 1900, era bilingüe y se destacó en México y Estados Unidos como crítico literario, traductor y periodista especializado en temas latinoamericanos. Su esposa, Concha Romero James, fue una muy destacada funcionaria de la Unión Panamericana, una asociación de Estados americanos con sede en Washington, anterior a la actual OEA.
En 1940 era muy caro grabar sonido directo en exteriores, por lo que es comprensible la decisión de James (o de ERPI) de resolver los pocos diálogos del film por doblaje, durante su post-producción en Estados Unidos. Lo que no se entiende es por qué no se buscaron un par de argentinxs auténticos para hacerlo, ya que en el resultado se perciben acentos de toda la Patria Grande. A pesar de ese descuido, el film importa por sus espléndidas imágenes de Buenos Aires en 1940, ya que el material documental de calidad que se conserva de ese período en los archivos locales es muy escaso. Importa también, al menos para la historia del cine argentino, porque uno de sus personajes, el Señor Campos, está interpretado de manera anónima por Nelo Cosimi, actor y director con una larga filmografía en el período mudo, desde 1917. Trabajó a las órdenes del legendario José Ferreyra, interpretó a Juan Manuel de Rosas en Manuelita Rosas (Ricardo Villarán, 1925), y dirigió numerosos films, tres de los cuales aún existen y testimonian su habilidad para narrar con eficacia aún a pesar de presupuestos modestísimos: Mi alazán tostao (1923), La quena de la muerte (1929) y Dios y la Patria (1931). Durante la década del '30 siguió dirigiendo aunque con muy poca fortuna. En sus últimos años sobrevivió como actor, en papeles mínimos. Es de suponer que habrá agradecido mucho los dólares de ERPI.
La descripción que el film hace de la Argentina es la que desde siempre añoran nuestras clases más pudientes: un país que “exporta comida y materias primas e importa manufacturas”. La sociedad se presenta dividida en dos. Por un lado vemos al Señor Campos, que tiene una pequeña familia, vive en una casa muy modesta y trabaja en un frigorífico. Por el otro vemos al Señor Rodríguez, que es corredor de granos, compra autos (importados) por correo, y vive en el Kavanagh. Detrás del señor Campos y del señor Rodríguez, detrás de toda eventual prosperidad de la Argentina, está la pampa. “Sin la pampa muy pocos barcos visitarían el puerto de Buenos Aires; sin la pampa el frigorífico donde trabaja el señor Campos no funcionaría; sin la pampa el señor Rodríguez no tendría grano para comerciar”.
Ahora hay que encontrar la secuela, que lógicamente se titula Argentina – People of the Pampa.
Argentina – People of Buenos Aires (EUA-1940) producción de ERPI Classroom Films, en colaboración con Earle K. James. 10’.
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