VAMOS DE PASEO

Concejales PRO, actas adulteradas y ausencias sin aviso

 

Dos ediles bonaerenses dejaron mal parados a sus pares de Juntos por el Cambio, que por lo bajo se preguntan: “Con amigos así, ¿quién necesita enemigos?”. Se trata de Marcos Cuellas, de Berazategui, que con la excusa de ver hockey se fue a pasear por Europa pero para seguir cobrando la dieta no dejó que ingrese su suplente del ARI, y de Emiliano Catena, de Morón, que tiene ciudadanía estadounidense y viajó a Miami luego de presentar un pedido de licencia con firmas falsas según un peritaje caligráfico.

Catena era en 2017 el tercer candidato de la lista que respondía al intendente Ramiro Tagliaferro, que se impuso a la de Hernán Sabbatella. Cambiemos obtuvo seis bancas contra cuatro de Unidad Ciudadana y dos del massismo. Cuellas fue el segundo de los tres que ingresaron por Cambiemos en 2015, cuando Juan José Mussi “heredó” la intendencia de manos de su hijo, y consiguió ser reelecto hace un año.

 

 

Cobrar sin laburar

Catena pidió una licencia laboral con un mes de anticipación. Lo hizo a partir de calcular el plazo de reinicio de las sesiones presenciales del Concejo Deliberante. Cuando esa cita se adelantó debió presentar otro pedido con nueva fecha. El trámite se cumplió, pero las firmas no eran de la misma persona. Así lo aseguró la perito calígrafa Stella Maris Bononi, convocada por el programa televisivo Primer Plano.

Para entonces Catena había aprovechado su doble ciudadanía en pos de subirse a un vuelo de repatriación a los Estados Unidos, en pandemia y sin avisar. Su argumento fue que debía llevar a su hija de tres años a ver a la madre.

Por mentirle al Concejo, dejar a su bloque con una banca menos con tal de seguir cobrando más la adulteración de firmas, debió renunciar. Lo hizo por carta, dirigida al titular del Concejo, Jorge Laviuzza, desde el país del norte, caro a sus afectos. Su licencia fue anulada; la renuncia, aceptada en forma unánime y, su caso, encarpetado en una comisión investigadora. El desplazado le echó la culpa al periodismo. En particular, a Andrés Linares, director de Anticipos.

 

 

Emiliano Catena y el ex intendente Tagliaferro.

 

 

La situación en el distrito que gobierna Lucas Ghi es cada vez peor para los cambiemitas que poco a poco, desde 2019, se alejaron de Tagliaferro para formar monobloques en el HCD.

Otro edil del mismo bloque, Cristian Herrera, dijo a la prensa: “Él aspiraba a cobrar durante 25 días sin laburar. Si no hubiésemos pedido de sesionar hubiese seguido así, sin pedir licencia y sin avisar que se había ido del país”.

 

 

Hockey con goce de dieta

Marcos Cuellas nunca tuvo militancia política ni social en Berazategui, donde su apellido es conocido por una casa de sepelios de la que fueron dueños sus familiares. Su única pasión es el deporte, por el que entró en contacto con el santafesino Alvaro González, ex titular del bloque PRO de Diputados, actual vicepresidente de la cámara baja y padrino partidario que lo impuso en las listas de concejales de 2015 y 2019.

 

 

Marcos Cuellas con Rodríguez Larreta.

 

 

Cuellas también decidió irse del país sin avisar ni a su bloque, con la misma intención que su par de Morón: cobrar sin trabajar. Se fue de paseo a Europa con la excusa de participar de unas jornadas deportivas sobre las cuales habrá de informar al municipio. Nadie explicó cuál era la necesidad o la urgencia de hacerlo en medio de una pandemia. Cuellas sabe de qué se trata: en agosto posteó que tenía coronavirus. Igual que María Eugenia Vidal o sus legisladores bonaerenses Alex Campbell y Roberto Costa, superó la enfermedad.

Ya en septiembre, durante una sesión, su bloque se enteró por un pedido sobre tablas (es decir, que no pasó antes por ninguna Comisión). Así se desayunaron con la pretensión del joven de irse a una Academia Italiana de Hockey en Génova, con todo pago, ya que la licencia sería “con goce de dieta”, como prueba este documento:

 

 

 

 

A diferencia del moronense, que debía llevar a la hijita con su madre, en este caso “el objeto es poder establecer relaciones institucionales, adquirir conocimientos y poder aplicarlos”, ya que el hockey es importante “para mejorar la calidad de vida y la promoción de valores positivos; fortaleciendo así también los lazos comunitarios y generando ciudadanos con una conciencia social más consolidada”.

Sus pares no leyeron del mismo modo tanta nobleza de objetivos. El más afectado es Juan Carlos Cáceres, de la Coalición Cívica-ARI, que debería haber asumido como suplente y a quien el Concejo Deliberante no ha convocado para el reemplazo que marca la ley. Por ende, hizo una presentación administrativa ante el HCD para recordarle al presidente Gustavo Roesler la ilegalidad en que incurren. Su escrito contó con el asesoramiento legal de Santiago Espil, apoderado provincial del partido de Elisa Carrió.

Entre sus fundamentos, citan los artículos 19 y 88 de la Ley Orgánica de las Municipalidades y hasta el 25 del reglamento del propio HCD, que ordena que al momento en el que se otorgue una licencia “se procederá a la inmediata incorporación del suplente respectivo”. Citan un caso: el decreto 1/2019 en que HCD otorgó la licencia al intendente Patricio Mussi —reemplazado por el edil Carlos Balor— en que se convocó a la suplente Ana Espínola a sentarse en la banca. (Boletín Oficial Municipal 70, marzo de 2019.)

El del ARI no es el único sector de Juntos por el Cambio sin representación en el Concejo que patea el hormiguero puertas adentro de la coalición. También desde la nueva conducción del PRO local presidido por Angel Soto emitieron un comunicado en el que señalan las sospechas sobre las actuaciones del cuerpo y de sus correligionarios.

Quien fuera su cabeza de lista, Gabriel Kunz, denunciado por una sospechosa compra de camiones que prestaron servicios al gobierno de Vidal, ha faltado a las sesiones en más oportunidades de las que permite la ley. Desde su partido se preguntan por qué la autoridad del cuerpo no le ha aplicado la sanción correspondiente.

La misma sospecha se extiende a Zulma Vega (pata peronista de Cambiemos) quien gozó de alguna consideración debido a una enfermedad. No obstante tampoco cumplió con su presencia obligatoria en el recinto, ni pidió licencia. Sin embargo su firma aparece en documentos de fechas en las que no asistía.

La diferencia con el caso de Morón es que en Berazategui nadie convocó a una pericia caligráfica para corroborar si también aquí hubo una falsificación de documento público.

 

 

 

 

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