Capitales macristas con un desarrollo inmobiliario en banda roja de bosque nativo
Un fideicomiso integrado por empresarios y financistas ligados a la familia del presidente Macri y su entorno político más cercano reflotó un proyecto de desarrollo inmobiliario en Villa La Angostura, sobre la costa este del lago Correntoso, con envidiable vista a la cordillera de los Andes y el lago Nahuel Huapi. El lote de 87 hectáreas es una fracción del antiguo lote 9 reivindicado por la comunidad mapuche Paisil-Antreao como parte de su territorio ancestral, ubicado íntegramente en la zona de máxima protección de bosque nativo protegida por la legislación vigente.
Fideicomiso Lago Correntoso compró el campo a Radal SA en noviembre de 2010. En junio del año siguiente el volcán Puyehue entró en erupción, sumiendo a La Angostura y la región en una severa crisis económica, ambiental y social por la gran cantidad de ceniza caída. Un mes y medio después, cuando los vecinos caminaban sobre medio metro de ceniza y piedra volcánica, el gobierno local aprobó el proyecto de “urbanización lago Correntoso — nueva costanera”, que incluye el fraccionamiento en lotes, obras de infraestructura y edilicias. A fines del 2011 y a días de finalizar el período de gobierno, el Deliberante aprobó un paquete de proyectos de inversión privada entre los que se encuentra esta urbanización. Durante años permaneció aletargado, por encontrarse comprendido por las restricciones establecidas por la ley provincial N° 2780 de ordenamiento territorial de los bosques nativos.
Alberto Artemio López, concuñado de Macri; Alfredo Hilding Reganzani, ex interventor del grupo Greco durante la última dictadura cívico-militar; y Murat Nakat, directivo de Boca Juniors y miembro titular de Evaluadora Latinoamericana S.A., agente de calificación de riesgo, figuran entre los titulares de dominio del lote. El contador Luis Alberto Obezzi realizó la inscripción en el Registro de la Propiedad en Neuquén para el fideicomiso conformado en 2010. Cinco años después inscribió como fiduciarios de 21 fracciones a Jorge Roberto Torres, Pablo Natalio Dabas, Natalia Noemí Ganem, Pablo Damián Elías, Gustavo Javier Coria, Matías Damián López, Carlos Alberto Rossi, Juan José Licata, Pablo Andrés Torres García y Julián Santiago Arostegui. El arquitecto López, célebre por su obra “La Rosadita” de Menem y la pista de Anillaco, su colega Arostegui (en varias firmas vinculas al PRO) y Jorge Torres no constan en la mensura de subdivisión y fraccionamiento del lote que está agregada al expediente municipal de la obra consultado, aunque sí en la documentación de Catastro provincial.
Los monstruos de la razón inmobiliaria
A diferencia del pacífico Nahuelito (criatura fantástica del fondo del Nahuel Huapi), los monstruos de la especulación inmobiliaria y financiera impulsan proyectos que desatan las peores pasiones por las tasas de ganancias a costa de la naturaleza. En 2012, representantes del fondo fiduciario iniciaron ante el municipio un expediente para obras básicas de infraestructura: la apertura de un primer tramo de camino interno, tres viviendas familiares y una marina sobre la costa del Correntoso. El lote está en la ladera oeste del cerro Belvedere; su pronunciada pendiente lo hace impensable para la construcción de viviendas, con una costa de altísima dificultad para una marina de atraque y resguardo de embarcaciones.
Para iniciar esas obras resultó imprescindible un acuerdo con el propietario del lote lindero, el basquetbolista Emanuel Ginóbili, que tiene trunco su proyecto “Terrazas del Correntoso” en 12 hectáreas por el conflicto con la comunidad mapuche Paisil-Antreo que reclama ese espacio territorial. Ginóbili, o quien detente actualmente el control de ese lugar, acordó con el fideicomiso una servidumbre de paso iniciando en marzo del año pasado un importante movimiento de maquinaria pesada en el lugar.
En noviembre de 2016, el arquitecto Rubén Sidoni solicitó la autorización para la construcción de un camino y obras de arte en la “urbanización autorizada por Catastro provincial”, confundiendo la subdivisión de la propiedad en 21 lotes con una urbanización (planeada con un idéntico número de unidades), la que requiere una aprobación en juridicción municipal que todavía no está formalizada, según se desprende de la documentación disponible. El área de obras particulares sí aprobó la apertura de un camino de acceso de 2.700 metros, con un ancho de 5 metros, para lo que se voltearon con autorización en el primer tramo por lo menos 178 coihues, 37 cipreses y 2 arrayanes, especies nativas de bosque andino-patagónico. El eco en la montaña del ruido de estos volteos, sumado a la presencia activa de maquinaria pesada, alertó a gente mapuche de la comunidad lindera. A principios de este año, con un nuevo tramo del trabajo habilitado y ante la desinformación, se renovó la preocupación.
El ex intendente Ricardo Alonso (2007/2011) de la Unión Vecinal Angostura Comunal (Uvac) —partido local en el que confluyó un sector del peronismo con otro del MPN (Movimiento popular Neuquino)—, aseguró la plataforma institucional que ahora permite a este proyecto inmobiliario salir del letargo: monstruoso por la naturaleza de los capitales que quieren profundizar la expoliación de la naturaleza en territorio ancestral mapuche, como por las características del proyecto. En él, Artemio López es uno de los lazos visibles con el MPN en Neuquén; y Reganzani lo es con el período histórico de conformación de este período del capital en Argentina iniciado en la última dictadura.
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