No es para tanto

 

La posición argentina de convocar a abstenerse en la votación por la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) obtuvo el 31,23 por ciento de los votos emitidos en la Asamblea virtual extraordinaria realizada este sábado. Cosechó apoyo de Chile, México, Perú y Trinidad y Tobago, más los países de la Unión Europea: un total de 16 países. El número no alcanzó para postergar la elección dado que el único candidato en juego, Mauricio Claver Carone, obtuvo 30 votos. El representante de Estados Unidos logró la mayor parte de su apoyo en países extra-regionales, como Canadá y especialmente Japón. Perdió en América Latina. Y ganó con guarismos considerablemente menores al del actual presidente del BID, el colombiano Luis Alberto Moreno, quien había obtenido un 96,29 por ciento de la totalidad de los votos.

Claver Carone conducirá la presidencia del BID a partir del 1 de octubre durante cinco años. Es la primera vez que el organismo rompió una regla no escrita que, tradicionalmente, dejó la presidencia en manos de un latinoamericano.

La Asamblea se llevó a cabo en la sede del Banco Interamericano en Washington con voto secreto y, por primera vez, virtual debido a la pandemia. Participaron los países accionistas, incluido el delegado argentino Guillermo Francos. Cuando terminó la votación todos los delegados se acercaron a saludar al nuevo presidente como parte del protocolo. Claver Carone los esperaba en una oficina que ya estaba preparada. Los integrantes de la misión argentina al acercar sus saludos quedaron estupefactos. Al lado de Claver Carone estaba el empresario argentino Gustavo Cinosi. El hombre que hasta ahora había dejado de lado cualquier disimulo para actuar en forma abierta como agente del gobierno estadounidense, ahora contará con nuevo poder de fuego desde ese escenario.

La Cancillería emitió un pequeño comunicado tras las elecciones de ayer. El texto señaló números y agradeció “especialmente a los países regionales y extra-regionales que acompañaron su postura de abstención en la Asamblea Extraordinaria de Gobernadores que eligió al Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo”. Agregó una línea para decir que Claver Carone fue el único candidato, lo saludó en su nuevo rol institucional, y marcó agenda propia: “Nuestro país, como socio relevante y estratégico del BID, continuará bregando por una agenda de inclusión social y desarrollo humano sostenible de la institución, que exprese los intereses de América Latina y el Caribe”.

Las elecciones del BID se convirtieron para Estados Unidos en un escenario de confrontación con China. En junio, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos lanzó la candidatura del actual asesor de Seguridad Nacional para América Latina en la Casa Blanca, Claver Carone, a la Presidencia con el pretexto de ayudar a la recuperación económica de la región tras la pandemia. Tal como lo señaló en este espacio, Ariela Ruiz Caro, eso en realidad escondía el verdadero propósito de la candidatura que era frenar la creciente presencia de China en el organismo y mantener una trinchera de poder republicano ante la eventual derrota de las elecciones presidenciales de noviembre.

China se convirtió en miembro del BID en 2008. Y Luis Alberto Moreno ha resaltado en múltiples oportunidades el potencial de ese país para ayudar a mejorar la calidad de la infraestructura de la región. Ha dicho, inclusive, que “China es un socio esencial para la institución y para la protección de los beneficios sociales y económicos de América Latina”.

Argentina postulaba para el cargo al secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, y cuestionó la candidatura de Claver Carone. Pero no pudo reunir la mayoría necesaria, retiró a su aspirante y decidió abstenerse. La postura sin embargo no parece haber perdido del todo: los resultados muestran acuerdos importantes.

El BID está integrado por 48 países. Claver Carone sacó 30 votos y la abstención 16. Hubo dos países que no votaron. Uno fue China.

El poder del sufragio en las elecciones del BID es proporcional al capital suscripto por cada país. Estados Unidos cuentan con el 30% y Brasil, por ejemplo, con el 11% del poder de voto. Claver Carone obtuvo 66 % de los votos. Pero sin Estados Unidos, el voto entre quienes lo votaron y quienes se abstuvieron empieza a verse parejo: 36 por ciento para Claver Carone y 31 por ciento para la abstención. Si, además, se tiene en cuenta que 20 por ciento del 36 por ciento de apoyo provino de sólo tres países --Brasil, Japón y Canadá-- el apoyo por fuera cae a 15,5 por ciento.

Otros detalles muestran resultados interesantes en la región. Sin contar a Estados Unidos, el voto de abstención obtuvo 24 por ciento de adhesión en América Latina contra 21 por ciento del candidato norteamericano. Es decir, perdió.

La comunidad política, diplomática y académica de la región había rechazado la designación del candidato norteamericano. Ex presidentes, ex cancilleres, el Grupo de Puebla y la Mesa de Reflexión Latinoamericana habían exigido en un comunicado la postergación de la elección “por tratarse de un proceso que ha generado notables y justificadas inquietudes” y “en un momento de inflexión internacional sin precedentes”. Sin una base de legitimidad renovada y sin acuerdos programáticos consensuados, quien asuma la dirección, dijeron, “verá mermada su capacidad institucional para apoyar a los países en la ardua tarea de reconstrucción económica y social tras la pandemia”.

La elección deja esa agenda pendiente. Los números están diciendo que Estados Unidos conduce un organismo con un parejo campo de fuerzas.

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