La población general no sabe lo que está ocurriendo. Ni siquiera sabe que no lo sabe.
(Noam Chomsky)
El telón de fondo de la política mundial lo constituye la campaña electoral estadounidense, donde los demócratas, encabezados por el nada carismático Joe Biden, han sumado a una mujer, negra e hija de inmigrantes como candidata a Vicepresidenta, buscando ganar adeptos entre el progresismo. Una bizarra convención republicana consagró a Donald Trump como candidato y designó a China como nuevo enemigo oficial. Acusaron por la crisis a comunistas, anarquistas, partidarios del aborto, veganos, inmigrantes, Venezuela e Irán, en un cóctel vacío de política que constituye una apelación al atraso político de la clase media blanca. Ante 1.500 invitados de gala y sin barbijo. el show de Trump tuvo brillos hollywoodenses.
¿Es posible que en medio de la peor crisis económica desde la Gran Depresión, provocada por el manejo irresponsable de la pandemia, Trump tenga amplia aprobación, sobre todo por su manejo de la economía? Aunque tiene una desventaja media de unos ocho puntos, sigue manteniendo un 42 por ciento de aprobación. Tal vez las encuestas sean engañosas, o tal vez el futuro ha llegado preñado de mensajes mediáticos sin respuesta. La consigna de la campaña, repetida como una letanía por muchos de los oradores, es: “Lo mejor está por llegar”.
Cuestión de pesos
El salario argentino promedio en el año 2011 era de 1.268 dólares; llegó a su pico en 2015 con 1.589, y comenzó el descenso en el '16 de 1.348; en el '18 de 966, en el '19 de 859, en mayo del 2020 de 863 y en junio de 2020 descendió a escasos 817 dólares. Paolo Rocca debería darse por satisfecho con su proyecto sobre la Argentina como factoría exportadora de tubos sin costura al mundo. Sin embargo, el pope del grupo Techint-Tenaris ha duplicado su discurso opositor y aparece en el tumulto de los enardecidos que quieren incendiar el país.
El abogado Julio Caballero, quien lleva adelante las discusiones paritarias en el nombre de Rocca, se encargó esta semana de trabar los acuerdos que la UOM ha realizado con el resto de las cámaras empresarias hasta fin de año. Se niegan a implementar una suma fija para el sector siderúrgico y pretenden hacerla efectiva solamente en las plantas que no registran conflictos (excluyendo ex profeso a Siderca de Campana, Siat de Valentin Alsina y la planta de tubos de Villa Constitución que mantiene el bloqueo del acceso, no permitiendo la entrada ni salida de camiones). No aceptan pagarle esa suma a los trabajadores suspendidos y a los que por razones de riesgo etario no concurren a cumplir tareas. Esa fue la chispa que incendió la pradera.
Rubén Urbano, secretario general de la UOM Córdoba, reconoce que la suma fija pactada es un gran alivio para los empobrecidos salarios de los metalúrgicos, pero insiste que a pesar de esto debió haberse discutido la paritaria porque el riesgo que esto conlleva es que a fin de año se discutan los valores salariales del año que viene y se pierda la inflación de estos 6 meses. Discontinuar las paritarias en el contexto de la pandemia es vivido como una amenaza para los dirigentes que vivieron como tales la década del '90 sin negociación colectiva.
Sumas fijas vs. porcentajes
Las paritarias de este año se van desarrollando en un clima de estancamiento de la economía con pocas actividades en modo normal y la mayoría semiparalizadas. En ese contexto de rebaja salarial de hecho, debido a las suspensiones, hay dos caminos:
- Los que optaron por sumas fijas no remunerativas o dibujos fiscales y de aportes desde donde arrancará el cálculo del año próximo. Respetan la obra social y la cuota sindical, liberando de obligaciones a los aportes a la seguridad social.
- Quienes se aseguran acumular porcentajes desde ahora (son pocos y de los sectores más dinámicos) en los básicos de convenios y aplicar cláusulas de revisión al final del período. Los porcentajes pactados oscilan entre un 23 y un 30% y su impacto depende del nivel salarial preexistente.
Estos datos son los que le permitieron al Presidente Alberto Fernández afirmar que el daño salarial fue menor en la pandemia que bajo el gobierno de Mauricio Macri.
Con el salario en dólares más bajo de los últimos 10 años, ¿qué explica el comportamiento arisco de los empresarios más poderosos de nuestro país? No es matemática sino política la explicación. La reacción a cada medida que anuncia el gobierno en favor de los más desprotegidos implica una desmesurada escalada verbal que le da contexto a la proclama golpista del ex Presidente Eduardo Duhalde. No es un discurso que realiza críticas juntavotos para la elección de medio término del año que viene o para acumular hacia las próximas presidenciales. El bando de los cultores del golpismo tiene el volumen de un rechazo frontal y la búsqueda de interrumpir el gobierno de Alberto Fernández.
Un destino manifiesto
La judicialización de la huelga de los algodoneros de Vicentin dispara cada día resoluciones más contradictorias. Mientras el juez Julián Ercolini embarga los fondos de la firma algodonera y Vicentin está siendo investigado nacional e internacionalmente por la enorme estafa pergeñada y ejecutada en tiempos del macrismo, la Justicia penal provincial acepta presiones diarias de la patronal para ordenar el desalojo de los acampantes en la puerta de la planta.
Esta semana el fiscal pidió el desalojo y el juez se lo negó. En ese contexto el apoyo recibido por parte de lo más granado del sindicalismo resistente, se expresó en palabras de Hugo Yasky, Pablo Moyano, Héctor Amichetti y Daniel Yofra y se materializó en la llegada de un camión de víveres a para alimentar a las familias de los obreros que llevan más de dos meses sin remuneración alguna, y reavivó el espíritu de los huelguistas que profundizaron las medidas de fuerza y esta semana bloquearon las otras plantas de Vicentin en Reconquista y Avellaneda. La medida consistió en impedir que lleguen camiones a la balanza de entrada, con la notoria complicidad de los camioneros que no hacían más que alentar la justicia del reclamo y enardecieron a los empresarios.
Después de la dictadura y tras 46 años de reinado a la sombra ominosa de La Forestal, (incluidos 37 de democracia), la banda desharrapada de los Vicentin mira rebelarse a los obreros como si fuera la primera vez.
Finalmente, el juez Santiago Banegas ordenó que el viernes 28 a las 6 de la mañana debía desalojarse pacíficamente la entrada al parque industrial para permitir el ingreso de los trabajadores del resto de las empresas y de los proveedores. El despliegue policial y la orden de despejar la entrada fue acatada por los huelguistas, pero a esa hora ningún trabajador se había hecho presente para entrar a cubrir puesto de trabajo alguno.
Se realizó el jueves una audiencia virtual con los abogados de AOT y SETIA; Javier Enrique Cabral por la firma Friar SA; Héctor Vizcay por Buyanor, Algodonera Avellaneda y Vicentin SAIC; y los dirigentes textiles Hugo Imhoff y Rubén Lemos (alineados con la patronal en el reclamo). Estuvieron también el jefe de la Unidad Regional IX, Luis Maldonado; y el abogado Iván Bordón en representación de los trabajadores en huelga, quienes presenciaron la audiencia vía internet. Eran más de 60, entre ellos sus delegados: Víctor Vargas, Sonia Zanel, Javier Cantero, Sergio Biasioni y Germán Debarbora.
Los Vicentin erraron los cálculos y la estafa gigantesca que diseñaron contra los productores, los trabajadores y el propio Estado está en punto muerto, comenzando su cuenta regresiva. Entre el “Todos somos Vicentin” y el “Yo no soy esa gente” la distancia se va achicando y la Justicia tiene ante sí el enorme desafío de cerrar esa grieta, aplicando la ley.
Amigos son los amigos
“Podíamos comenzar abriendo las escuelas ubicadas en barrios más vulnerables, le dijimos al ministro (de Educación, Nicolás) Trotta”, afirmó la ministra capitalina Soledad Acuña durante una conferencia de prensa en la sede del Gobierno porteño. Los “pasos progresivos” de Acuña fueron repudiados por docentes, padres y alumnos. Como en el Subte, como la falta de controles en accesos y terminales, como el amontonamiento en zonas comerciales, siempre acompañados por medios prolijamente cómplices, Juntos por el Cambio (PRO y cía.) tiene la política de maximizar riesgos para culpar al gobierno nacional por su gestión ante el coronavirus. Esa política tiene su máxima expresión en CABA.
En medio de explosiones de júbilo en las asambleas vía Zoom realizadas por numerosas escuelas, se recibió la noticia del rechazo del Ministerio de Educación Nacional a la propuesta educativa de CABA disfrazada de “protocolo de pandemia”. Acuña salió en cadena por los canales amigos a confrontar, basada en poco sutiles argumentos: “El regreso progresivo a clase es una necesidad imperiosa”, señaló la ministra porteña, quien aseguró que insistirán en el pedido. Trotta, en una videoconferencia con periodistas, aseguró que “se tiene que lograr el despliegue del sistema y no exponer a los chicos” a contagios de coronavirus, aunque subyace tal vez algo de su propia debilidad tras la explosiva renuncia de la viceministra Adriana Puiggrós, aliada de los gremios.
Angélica Graciano, del gremio docente UTE de Capital, señaló: “Gobiernan la ciudad hace doce años, nunca se ocuparon de garantizarles la conectividad a los niños y niñas y ahora dicen que es mezquindad política y gremial”. El conjunto mayoritario de la comunidad educativa y las autoridades de los colegios habían firmado distintas notas desaconsejando la “vuelta a clase” para los alumnos pobres y los “cibercolegios”. Prefieren que “los chicos vayan a las escuelas y se contagien antes que dar computadoras y poner wifi en las villas”, remató Eduardo López desde la CTA Capital.
Los 75 años de Clarín sirvieron para recordar la ominosa presencia de la gran patronal conducida por Héctor Magnetto en el concierto empresario del país. El monopolio de medios es indispensable aliado y socio principal de Paolo Rocca en los planes de exclusión de los trabajadores del reparto de la riqueza. En el gremio de prensa los reclamos no se detienen. El viernes pasado se realizó un apagón de monitores en prensa escrita y reclamos en radios y canales de televisión. Además, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) realizó una actividad junto a la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) en la puerta del diario Clarín para reclamar una urgente y legítima recomposición salarial para todo el país. "Desde Fatpren estamos con las discusiones abiertas de paritarias y tenemos la voluntad de conseguir el aumento lo antes posible. Pero si seguimos sin cerrar, ya acordamos con todos los sindicatos del país que profundizaremos las medidas", dijo Carla Gaudensi, secretaria General de Fatpren.
Chubut al borde del abismo
Con una escalada de contagios por coronavirus en expansión en la región de Comodoro Rivadavia, se encienden las alarmas. Según el jefe de guardia del Hospital Regional Hernán Abad, “la pandemia vino a poner más de manifiesto aún el déficit que ya teníamos. Antes faltaban camas, esto lo que hizo fue empujar un poquito más la situación. El Hospital Regional tiene apenas tres camas para respiratorios y seis para pacientes no respiratorios”. Sobre el atraso en el pago de los salarios, aseveró: “Tratamos de pensar que no ocurre, pero a fin de mes la deuda está. Hace un montón que venimos con los sueldos atrasados. Es mucha presión, cuando uno habla de la vocación médica... Uno dice, esto es un problema, es un malestar extra a una situación ya de por sí bastante estresante”.
La provincia de Chubut continúa en una virtual cesación de pagos y son cotidianas las protestas de docentes, estatales y gremios en general. La crisis del precio internacional del petróleo agrega un ingrediente patagónico, y la caída del turismo liquida emprendimientos en toda la región.
Una marcha masiva en la ciudad de Rawson realizada con la desesperación del no pago de salarios llevó a que se produjeran altercados entre docentes y empleados públicos, que reclamaban el pago de haberes de junio, julio y el aguinaldo, con otros sindicalistas adictos al gobierno que se opusieron a la marcha sin ofrecer soluciones. La situación no para de deteriorarse y el reconocimiento merecido a los trabajadores de la salud se manifiesta en el destrato del no pago de sus remuneraciones habituales.
Los protagonistas de la confrontación social ocupan el centro de la escena. Los trabajadores defendiendo salarios y puestos de trabajo, ora apoyados por sus sindicatos con mucha fuerza o abandonados a la buena de dios otras veces. La realidad se va despojando de su ropaje y se nos muestra al desnudo. La represión es reclamada por las patronales más brutales y la Justicia actúa de manera despareja.
El sindicalismo, cuya esencia es la representación de estas contradicciones, emociona y decepciona con la misma facilidad, dependiendo de quién tiene la palabra. Cuando estas peleas se profundizan, el sistema democrático en su conjunto debe dar la respuesta que se exige. Los ministros de Trabajo tienen todas las herramientas a su alcance para poner en caja a las patronales más cerriles. Cuando no lo hacen, las amenazas del poder real sacuden al propio sistema.
O el gobierno impone su autoridad y el ministro Claudio Moroni interviene con firmeza, o el poder económico terminará por imponer su lógica de explotación y muertes que subyace tras el desplazamiento laboral anárquico de la actividad en tiempos de pandemia. El movimiento obrero se enfrenta a su propio destino de unidad y resistencia para generar las representaciones que se necesitan en esta patriada.
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