Un error de cálculo —y un sobrecosto a pagar— de dimensiones olímpicas
Gerardo Werthein (foto principal) se transformó en una de las principales talking heads de la 132ª sesión que el Comité Olímpico Internacional (COI) realizó en PyeongChang, como aperitivo a los Juegos Olímpicos de Invierno en que Argentina está representada por seis deportistas (ver link). En esta ciudad ubicada a sólo 70 kilómetros de la frontera con Corea del Norte, el empresario que es presidente del Comité Olímpico Argentino (COA) tomó dos veces la palabra.
Una, de manera inesperada, para responder de manera vehemente, casi como un vocero oficial del presidente Thomas Bach, a las críticas del canadiense Richard Pound —el miembro más veterano del COI—, quien pedía a la entidad mayor dureza en la lucha contra el dopaje y consideraba que “el COI no solo ha fallado en proteger a los atletas, sino que ha hecho posible que los atletas infieles prevalezcan contra los atletas limpios”.
Por la tarde, más moderado, en la presentación del estado de situación de los Juegos Olímpicos de la Juventud (YOG por su sigla en inglés) que Buenos Aires albergará desde el 6 de octubre. Tras destacar las ideas renovadoras en cuanto a la ceremonia inaugural (será en las calles y no en un estadio), el concepto de parques deportivos (los asistentes a cada uno de los polos tendrán entradas globales que permitirán ingresar a todos los estadios de la zona en la misma jornada) e innovaciones. Y, al pasar, avisó que las obras están dentro de lo presupuestado.
Nadie entre el centenar de miembros que lo escuchó cuestionó sus dichos sino que fue despedido con aplausos. ¿Mintió Werthein? No, sólo que sus números no son los mismos con los que ganó la elección de la sede hace cinco años. En la sesión celebrada en julio de 2013 en Lausana (Suiza), la candidatura de Buenos Aires liderada por Werthein y Mauricio Macri —por entonces Jefe de Gobierno de la Reina del Plata— sedujo a los votantes con un programa de gastos que contemplaba un desembolso total de u$s 231 millones de dólares que —según la estrategia argenta cotizarían a $4,50 en 2018— daban un estimado de gastos de $1.040 millones (ver link).
Esos números eran difíciles de sostener no sólo porque se chocaban con la cruda realidad (aquel 4 de julio el dólar oficial cotizaba $ 5,36 y el Blue se estiraba a $ 7,95 y en franca tendencia alcista), sino porque el pasamanos de poder en la Ciudad hizo que la nueva gestión de Horacio Rodríguez Larreta obligara a barajar y dar de nuevo. El nuevo Lord Major decidió reformular el perfil urbanístico de Buenos Aires y disponer de las tierras del Tiro Federal y el Cenard para nuevos emprendimientos inmobiliarios, un negocio que superará los u$s 2.000 millones cuando esté terminado. Para eso debía mudar las instalaciones del complejo deportivo de Núñez al sur de la Ciudad, lo que encareció exponencialmente los costos. La cota prometida en 2013 se había pasado, por lejos, en 2016 cuanto la Ciudad ya había desembolsado $ 1.315.373.943.
En el ejercicio 2017, las arcas oficiales destinaron otros $ 1.622.819.658 para obras y gastos de organización, elevando el gasto prometido inicial más del 300%: pero faltaban conocerse las cifras que esperaba destinar la Ciudad en el año de la realización de los YOG. El presupuesto del año 2018 establece que el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte dispondrá de $ 143.439.056 para completar las obras de base mientras que la Unidad de Proyectos Especiales Juegos Olímpicos de la Juventud (UPEJOL), dependiente del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología, tendrá $ 2.427.532.531 para afrontar todo tipo de estipendio, elevando la suma reservada a los YOG a $ 5.509.165.188, al menos cuatro veces más de lo prometido inicialmente.
¿Se cierra la cuenta ahí? No. Lamentablemente para los contribuyentes porteños, en la lista de gastos hay que incluir gran parte de los $ 607.890.910 que dispuso la Corporación del Sur en estos tres últimos ejercicios, ya que muchos de los gastos de los Juegos se vehiculizaron por esa vía para no engrosar los números de la UPEJOL, como —por ejemplo— los más de $ 165 millones que costaron los arreglos del estadio Mary Terán de Weiss para convertirlo en una de las instalaciones de entrenamiento de los YOG.
Además los Juegos dejarán un legado no tan grato como las obras de infraestructura. En mayo de 2016, la Legislatura aprobó Ley N° 5.541 que autorizó a solicitar un crédito de u$s 160 millones a la Corporación Andina de Fomento (CAF). Ese empréstito —a diez años y con una tasa anual que ronda el 7,5%— deberá ser abonado en 2026 lo que deja (milagros del interés compuesto, tejemanejes financieros y comisiones y demás gastos adicionales que esta clase de negocios conllevan) una deuda acumulada para la Ciudad que supera los 300 millones de verdes; o sea, otros $ 6.000 millones de pesos si se amortiza con un dólar actual, rondando los 20 pesos. Una simple suma deja en claro que el costo mínimo para llevar adelante Buenos Aires 2018 excederá los $ 11.500 millones, un sobrecosto que excede el 1.000%, dejando muy atrás a lo que era un récord en competencias olímpicas: los JJ.OO. de Montreal 1976, excedidos en un 720%.
Werthein (y Macri) no mienten… ahora. Lo hicieron hace cinco años.
* Este artículo apareció originalmente con la firma de Ernesto Rodríguez III (@EPHECTO) en el sitio www.olimpicosargentinos.com.ar
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