La pandemia acelera el estallido de conflictos inevitables, pero abre la oportunidad de una transformación social a condición de avanzar en la dirección correcta y con la participación ciudadana en el control de la gestión.
El nuevo régimen financiero deberá disponer la función del banco central de direccionar el crédito y reglamentar los mecanismos para fijar la tasa de interés de acuerdo a las necesidades sociales y productivas.
Hasta ahora, las medidas de emergencia se ha desarrollado por el lado del gasto público. Es momento de que el Congreso avance en la mejora del sistema tributario y se profundicen las medidas de distribución de recursos hacia los sectores más afectados.
Si el 70% de los titulares de los 400.000 millones de dólares de activos de argentinos en el exterior pagaran el impuesto a los bienes personales, el Estado dispondría de más de 5.000 millones de dólares anuales para enfrentar la emergencia.
Es fundamental que las respuestas a esta emergencia sanitaria reconozcan que los servicios de salud sexual y reproductiva son esenciales, así como los derechos de las personas para tomar decisiones libres y autónomas sobre sus cuerpos.
De la relación entre temperatura y contagio del Servicio Meteorológico Nacional a la cocina, costura de barbijos y producción de alcohol, las Fuerzas Armadas despliegan sus instrumentos humanitarios de un nuevo tiempo de guerra.
No puede prevalecer la ley 22.250 —que priva de estabilidad a los trabajadores de la construcción— sobre la normativa de emergencia, que prohíbe todos los despidos.
El gremio de la Carne va este lunes a un paro nacional en protesta contra la represión en Quilmes, donde fue herido con balas de goma el secretario general de esa Federación obrera.
Se dan condiciones para una depresión global, porque la actual crisis se desarrolla sobre economías que nadan en un mar de deudas, debilidad de inversión y crecientes desequilibrios.
Hoy en nuestro país, por deserción de las corporaciones, el Estado ya ha ocupado el rol central en lo político, en lo sanitario, en lo económico y en lo productivo.
La Argentina científica logró salir suficientemente ilesa del ataque descomunal del gobierno de Macri. Y hoy sabemos hacer lo que hace falta para cuidarnos lo mejor posible en esta situación.
La epidemia —por ahora— de baja intensidad resulta amenazada por sus sectores más privilegiados, que exigen continuar agrandando su “bolsa” y no les importa la vida de las personas.
Un primo de Patricia Bullrich no quiere abandonar el directorio de la Corporación Interestadual Pulmarí. Está como representante del ministerio de Defensa pero el ministerio le pidió la renuncia y no quiere irse.
Hoy queda en evidencia la barbarie que ofrece la sociedad patriarcal-capitalista como presente y futuro para la humanidad; podemos decir con el danés Hans Christian Andersen: “El rey está desnudo”.
Tal vez haya llegado la hora de contagiar un virus que nos obligue a pensar una sociedad alternativa basada en formas de solidaridad y cooperación para el día después.
La autonomía de las Fuerzas Armadas es relativa: el tutelaje intenta mantener a Bolsonaro en un lugar figurativo peroevitar su caída. José Dirceu, figura influyente del gobierno de Lula, señala que es Bolsonaro juega para el golpe.
Bolsonaro fue un candidato de ocasión para acabar con el gobierno del PT, sostenido por una poderosa convergencia tetralateral, que su intolerancia, necedad, falta de tino, chabacanería e irresponsabilidad ha puesto en crisis.
Los factores económicos e ideológicos que el neoliberalismo ha demonizado para imponer sus propios relatos y prácticas, asoman como alternativa superadora de esta coyuntura mundial crítica originada en la pandemia.
Covid-19. Una petición mundial que se acerca al millón de firmas espera del G-20 una respuesta acorde a nuestros tiempos. La tercera ola podría ser la más letal. Argentina podria mitigarla.
El gobierno de la provincia de Neuquén resolvió que toda la zona sur tendrá como centro sanitario cabecera del Covid-19 una clínica privada de San Martín de los Andes. La política de los hechos consumados.