Visibilizar la deuda
El gobierno intenta poner fin al legado de Macri, saldando el deterioro social y la deuda insostenible.
No sucedió. Nunca ocurrió nada. Incluso en el momento en que estaba sucediendo, no sucedía. No pasaba nada. No interesaba. Así describía Harold Pinter el método usado por los distintos gobiernos norteamericanos para borrar de la conciencia colectiva a los miles de muertes que su política exterior ha sembrado por el mundo (Arte, Verdad y Política, discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura). Sus palabras apuntan a la médula de la manipulación intelectual utilizada desde tiempos inmemoriales para borrar las huellas de las relaciones de poder que estructuran a las sociedades.
La dominación social se reproduce cuando, sumergida en el ropaje de lo cotidiano, parece existir desde siempre. Así, por arte de magia se invisibiliza, deviene algo natural, eterno, inmutable y alejado de todo cuestionamiento. En el mundo actual, este mecanismo ha logrado niveles inéditos de sofisticación: las palabras sustituyen al pensamiento y los soundbytes a las palabras. Todo esto se potencia con el desarrollo de una tecnología que impregna con aparatos “inteligentes” nuestra vida, atrapándonos en un mundo que naturaliza la violencia, el espionaje y la guerra. Las palabras, sin embargo, también sustituyen al pensamiento cuando construyen un relato que, vacío de relaciones de poder, cosifica a los actores sociales y al contexto, los fragmenta en mil pedazos y los arroja a los cuatro vientos. Así, el aislamiento en los confines del drama individual concreta el viejo adagio de todos los tiempos: dividir para reinar.
A lo largo de sus cuatro años de gobierno, Macri gozó de un blindaje mediático inédito en la historia reciente del país y construyó un relato donde súbitamente “pasan cosas” que, irrumpiendo de la misma nada, dan vuelta la vida de un país. Lo social desaparece de un relato que, centrado en la meritocracia, tiene por principal objetivo naturalizar la usura y el saqueo. La pobreza y el hambre, el endeudamiento, el enriquecimiento ilícito, las transferencias brutales de ingreso desde los que menos tienen hacia el poder económico concentrado, no existen. El macrismo, ahora en la oposición, perfecciona la técnica y aceita el cuento. Al mismo tiempo, levanta polvaredas atacando los flancos del gobierno y se encomienda a todos los dioses para ocultar su responsabilidad en el drama que vivimos.
Macri no bordó su relato en el vacío. Utilizó un entramado social que, desde los orígenes de la República, pretende imponer el dominio de los que son menos y tienen casi todo, sobre los que son muchos y tienen poco o nada. Esta es la grieta que recorre la historia nacional, y sistemáticamente ha llevado a la inestabilidad política y al estancamiento de la producción. La inteligencia de Macri ha sido llevarnos al callejón mas oscuro de nuestra historia, donde resuena el estallido de una catástrofe social impregnada por la trama oscura de un relato que la naturaliza.
Deuda interna invisible
El gobierno de Alberto Fernández intenta poner fin al legado de Macri saldando el deterioro social y la deuda insostenible que nos ha dejado. Sus prioridades son atender primero a las necesidades de los más postergados, poniendo fin al hambre y estimulando gradualmente el crecimiento económico para hacer frente a una deuda externa imposible de saldar. Ocurre, sin embargo, que la deuda interna y la externa son las dos caras de un mismo fenómeno: una estructura de relaciones de poder basada en la usura y el saqueo. Esta estructura se vuelve invisible cuando fragmenta al infinito a los actores sociales involucrados y disocia a las políticas implementadas de los objetivos perseguidos.
Esta semana murió por desnutrición un bebe Wichí de siete meses, en el Chaco salteño. Fue la octava muerte por desnutrición en el mismo lugar y en lo que va del año. Para la Ministra de Salud de esta provincia, “no es de hoy que los chicos mueren en esta época del año”. Esto ocurrió “por muerte súbita. No está relacionado con la desnutrición, ni con la etnia, ni con el agua” (infobae.com 11 2 2020). Así, de un plumazo, naturalizó el horror de una muerte que nunca tendría que haber ocurrido. Una muerte cuyas causas quedaron subrepticiamente grabadas en imágenes televisivas de niños desnutridos, recogiendo en bidones de agrotóxicos el agua estancada que nutre a la comunidad Wichí. Así, más allá de las palabras, esta muerte reveló en un fugaz instante aquello que desde hace demasiado tiempo permanece en las tinieblas: la explotación de los pueblos aborígenes, potenciada por la deforestación salvaje y la apropiación de tierras para la ganadería extensiva y los agronegocios. Esta muerte nos interpela, colocando en el centro de la escena política el brutal sometimiento de los Wichís, su aislamiento y abandono y la indiferencia del país entero ante una situación abusiva que viene de muy lejos. Hay sin embargo, algo más: esta muerte trasciende al universo de los Wichís y apunta al drama que vive el conjunto de un país impregnado por una estructura de relaciones de poder donde los agronegocios ocupan un rol central, pero invisible. Rascando la superficie de relaciones sociales muy profundas, esta muerte apunta a fenómenos vinculados a la apropiación del excedente y de la riqueza del país, al control monopólico de mercados, divisas y tierras fértiles, a la desigual distribución del ingreso, la inestabilidad política crónica y la contaminación ambiental. Esta muerte revuelca sobre nuestro presente una discusión nunca planteada en toda su dimensión, centrada en rol de los agro negocios en la estructura económica y en la política del país, y sus consecuencias tanto presentes como futuras.
El fantasma del desabastecimiento
La creciente protesta de los productores rurales autoconvocados en las principales zonas agropecuarias del país apunta en la misma dirección. En lo que va del mes de febrero, estos se han movilizado tres veces (en las localidades de Saladillo, Santa Rosa y San Nicolás) para cuestionar las retenciones a las exportaciones y otros impuestos y anuncian la extensión de los tractorazos a otras regiones. Con activa participación de dirigentes macristas, las movilizaciones pretenden empujar a las organizaciones empresariales del sector hacia posiciones más extremas frente al gobierno. Se estima que este año “el campo” tributará cerca de 6.300 millones de dólares en concepto de retenciones. Sin embargo hay algo más: en esta lucha se teje el ataque a la política oficial por parte de un macrismo que busca imponer su legado a cualquier precio.
La disputa al interior de la estructura de poder asoma a la luz del día en otro escenario: el de la formación de precios. En el mes de enero se registraron aumentos en el precio de la harina y sus derivados en un contexto caracterizado por alta producción y exportación de trigo y precios de este cereal en el mercado interno, superiores a los que rigen en el mercado de Chicago. Los molinos dicen haber comprado solo 1,6 millones de toneladas de trigo y buscan explicar la suba del precio de la harina y derivados por su falta de acceso al trigo de calidad, como consecuencia de la compra de 13.8 millones de toneladas de trigo por parte de los exportadores, sobre un total de 19.5 millones de toneladas cosechadas. Así, el viejo fantasma de la retención de cosechas y del desabastecimiento interno sobrevuela las agitadas aguas del mercado interno y corre el velo que oculta la formación monopólica de precios en áreas estratégicas de la economía.
Estas circunstancias, conjuntamente con la debacle financiera de la empresa Vicentin, al borde de la quiebra y adeudando cerca de 1000 millones de dólares al Banco Nación y otros bancos oficiales, brindan la oportunidad para que el Estado intervenga a la empresa y adquiera una ventana única a los negocios que “naturalmente” reproducen a la actual estructura de poder por la vía de mecanismos invisibles de subfacturación de importaciones, desabastecimiento, retención en la liquidación de divisas, etc. La estatización de la empresa contribuiría a quitar a la formación monopólica de los precios mucho del barniz que naturalmente la vuelve eterna e inexpugnable.
Una deuda externa insostenible e ilegítima
Las declaraciones de CFK el fin de semana pasado encuadraron los acontecimientos de la semana relacionados a la reestructuración de la deuda. La Vicepresidenta reclamó una quita sustancial de la deuda con el FMI, porque se contrajo “ violando el Estatuto. Ahora escucho que no se puede hacer una quita al capital del Fondo porque su Estatuto lo prohíbe. También prohíbe que se den préstamos para que se fugue el dinero. ¿Por qué vamos a hacer valer una prohibición y otra no? ¡Apliquen el Estatuto entero!” (ámbito.com 8 2 2020).
Hacia el lunes el gobierno enfrentaba una situación crecientemente tensa en torno al vencimiento el jueves de un Bono Dual (A24) por 113.000 millones de pesos. El crecimiento especulativo del valor de los bonos bajo legislación local desde diciembre y la concentración a corto plazo del pago de los mismos (850.000 millones de pesos entre febrero y junio, de los cuales 113.000 millones correspondían al Bono Dual) se sumaron a las presiones sobre el gobierno en torno a la negociación, creando una creciente incertidumbre que se reflejó en el fracaso del canje del Bono Dual intentado la semana anterior, cuando el gobierno solo pudo colocar un 10% del bono que iría a sustituirlo. Esta incertidumbre se potenció al fracasar un nuevo intento de colocación de otros dos bonos, para evitar la fuerte emisión que el gobierno tendría que hacer el jueves 13 para no incurrir en un default.
El reciente desenlace del pago de la deuda de la provincia de Buenos Aires envalentonó a los acreedores extranjeros que responden por cerca de un 70% del Bono Dual. Uno de ellos, Templeton, aumentó durante la semana pasada su participación en el bono, superando el 20% de las tenencias totales y convirtiéndose así en el principal arbitro de la operación. Junto con otro fondo, BlackRock, se incorporó al canje propuesto por el gobierno pero con la exigencia de que la colocación sustituta del Bono Dual tendría que ser una opción en dólares de pago a corto plazo. Si fuera en pesos, tendría que tener una tasa de interés ajustable por arriba de la inflación. Esta imposición de condiciones cada vez mas onerosas llevo al gobierno a anunciar su decisión de pagar los intereses del Bono Dual el jueves y postergar el pago de su amortización para el 30 de septiembre. Sólo las personas con tenencias menores a los 20.000 dólares quedaron exceptuadas de este reperfilamiento (ámbito.com 11 2 2020).
El miércoles, el ministro Martín Guzmán reconoció ante el Congreso que la Argentina está haciendo grandes esfuerzos para pagar con sus reservas los intereses de la deuda, pero “que esto se acaba y queda poco tiempo”. Sostuvo además que la prioridad en la renegociación “será la sostenibilidad de la deuda” y que “todos tenemos que definir de qué lado estamos. Nosotros estamos del lado de la gente. …No vamos a permitir que fondos de inversión extranjeros marquen la pauta de la política macroeconómica”. Por otra parte, también sostuvo “que el FMI es responsable de la crisis de deuda que vive la Argentina” y definió su responsabilidad en los mismos términos usados poco tiempo antes por CFK (ámbito.com y pagina12.com 12 2 2020).
Hacia el jueves, el vocero del FMI desmentía los dichos de CFK reiterando que el FMI no violó sus estatutos con el préstamo otorgado a la Argentina, y que la quita de la deuda argentina no era posible. CFK le respondió con un Twitt en el que mostraba el Estatuto y disparaba: “Los argentinos y argentinas sabemos leer”. Casi al mismo tiempo, Alberto Fernández comunicaba que la critica de CFK al FMI “es muy pertinente” (cronista 13.2 2020).
Así, poco a poco la compleja reestructuración de la deuda se va decantando. En este proceso se ha abierto una ventana al carácter ilegitimo e insostenible de la deuda contraída por el gobierno de Macri. Esto contribuye a visibilizar la estructura de relaciones de poder que dio origen a la deuda y la perpetúa. Esto último permitirá aglutinar al país en torno al apoyo a una solución que asegure el crecimiento con inclusión social.
Coronavirus y “orden económico” global
La propagación incontenible del coronavirus en China ha introducido un elemento imprevisible, en una coyuntura económica marcada por un decaimiento del crecimiento económico global y una creciente fragilidad financiera. Estimaciones recientes de un asesor de la Organización Mundial de la Salud —que coinciden con las de otros científicos de renombre internacional— indican la posibilidad de que dos tercios de la población mundial se infecten, y por lo menos cien millones de personas mueran antes de que se pueda controlar al virus (bloomberg.com 13 2 2020; zerohedge.com 13 2 2020).
China es la segunda economía del mundo, y su producción industrial está altamente integrada a cadenas de valor global. Su sistema financiero atraviesa serias dificultades.(zerohedge.com 11 2 2020). Desde el mes de enero la producción y las finanzas chinas están paralizadas debido a los cierres forzosos de fábricas, empresas y lugares públicos, a la reclusión obligada de millones de personas en sus hogares para evitar el contagio y a la cuarentena impuesta a los sospechosos de contraer el virus. La parálisis de la economía china empieza a afectar seriamente al comercio internacional y a las cadenas de valor global.
En los Estados Unidos, esta situación impacta sobre el precio de las acciones de grandes empresas norteamericanas con inversiones en China y amenaza especialmente a las grandes corporaciones tecnológicas cuyo rendimiento explica buena parte del S&P 500 (cnet.com 11 2 2020.zerohedge.com 2 2 2020). En su última presentación ante el Congreso, Jerome Powell, Presidente de la Reserva Federal, admitió que monitorea la situación del coronavirus pues puede provocar serios trastornos a la economía china y al conjunto de la economía global. Admitió, además, que las bajas tasas de interés que rigen en el mundo limitan la capacidad de los bancos centrales para capear la recesión (zerohedge.com 11 2 2020). Los Estados Unidos son particularmente vulnerables pues el valor de los activos financieros privados es 5.6 veces el valor de su PBI, por lo que un cimbronazo en la bolsa puede desencadenar inmediatamente una recesión (zerohedge.com, 12 2 2020).
Por otra parte, en septiembre de 2019 el sistema financiero estuvo al borde de un colapso debido a una crisis de liquidez en el mercado de pases interbancarios. Esto obligó a la Reserva Federal a inyectar diariamente liquidez, fenómeno que dura hasta el presente. Luego de la crisis de septiembre, se llegó a la conclusión de que la demanda insaciable de los fondos de inversión para fondear actividades cada vez más riesgosas y la reticencia a suministrar fondos al mercado de pases por parte de alguno de los cuatro grandes bancos que lo proveen de liquidez, constituyeron los detonantes de una crisis que todavía no ha sido resuelta. El bajo nivel de las tasas de interés incentiva a los fondos de inversión a involucrarse en inversiones cada vez más arriesgadas convirtiéndose así en el principal riesgo sistémico. La epidemia del coronavirus no solo amenaza a la economía global, sino que afecta especialmente a los fondos de inversión que hoy constituyen el eslabón mas vulnerable ante una crisis financiera internacional (Reuters.com 26 6 2019; bis.org , 8 12 2019).
El gobierno encara una reestructuración de la deuda muy difícil. La debacle causada por el coronavirus en la economía y las finanzas internacionales y la posibilidad de que perdure por un buen tiempo, parecen aconsejar que se transiten las negociaciones con pies de plomo, lentamente y aprovechando la capacidad de maniobra que pueda brindar el debilitamiento de los acreedores internacionales ante el desmoronamiento de la ingeniería financiera que montaron con tanto esmero.
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