Manual contra la antipolítica

Entrevista al trío detrás de la Mesa de Autoayuda Kirchnerista (MAK)

 

“Demasiado viejos para ser de La Cámpora y demasiado rudimentarios para formar parte de Carta Abierta”, Sebastián Fernández (@Rinconet), su hermano Maximiliano Fernández (@El Bosnio) y Sergio Marino (@NagusInfo) se unieron en esta gran cruzada contra los lugares comunes de la política antiK. Sus propósitos simulan humildad: el retruque en un asado con amigos o en un cumpleaños con cuñados gorilas o para replicar comentarios en la cola del super o para reaccionar como se debe cuando Mariana Fabbiani, en el medio de la receta de una tarta souflé, sale con que se robaron un PBI entero.

 

 

 

 

Esos objetivos crecen a partir de una lectura atenta del libro. Presuntamente ocultos tras esos simpáticos alias (así firman el trabajo publicado por Autoría Editorial), no esconden su filiación kirchnerista. De resultas de esa identificación el Manual pasó a denominarse MaKnual. Alrededor del año 2008 (resolución 125, conflicto con el empresariado agrario, voto no positivo de Cobos), necesitados también ellos de respuestas, comenzaron a organizar unos encuentros que, con el paso del tiempo y especialmente a partir de la llegada del macrismo, desbordaron los límites de la necesidad de entender hasta alcanzar características de contención personal urgente. Asi nació la llamada Mesa de autoayuda K, inicialmente con el formato de una cena mensual, luego continuada en un blog, posteriormente ampliada en un programa de radio y, final inevitable, reunido en un volumen original y fascinante.

“Las cenas eran de discusión política, muy horizontales, pero siempre aparecía un pedido similar: necesitamos respuestas para defendernos cuando nos atacan”, cuenta Sebastián Fernández. Arquitecto de profesión, humorista, columnista de actualidad política en radio y en distintos portales, agrega: “El Manual funciona contra ciertas letanías políticas que a veces dejamos pasar solo para que la fiesta no se pudra. El economista Paul Krugman las llama ideas zombies, situaciones que la realidad demostró que están muertas pero que, por alguna razón siguen caminando. Da ejemplos, como: ‘Un país se administra como una casa’. Nosotros, en el libro, las llamamos bobolemas”. Especialista en tecnología, Sergio Marino sostiene que elaboraron los textos a la manera del nunca olvidado machete estudiantil, como ayuda memoria. “Nos importa la política y por eso perseguimos a la antipolítica, a los que largan frases como 'A mí nadie me regaló nada'. O los que siguen pensando que todo lo malo a su alrededor lo genera la política. Todo pensado para gente como uno, militantes pasivos, ciudadanos muy interesados en la cosa pública pero que no siempre concurrimos a actos partidarios, ni nos paramos en una esquina a panfletear o vamos a fiscalizar en las elecciones “, se enfoca. Y agrega el llamado Nagus: “Recuerdo que, en el 2015, entre la primera y segunda vuelta, montones de científicos se la pasaron militando a Scioli en colectivos y trenes. No pertenecían a una orga, pero salieron, motivados porque intuían lo que se venía”. Añade Rinconet: “Sentíamos una especie de violencia: en esa situación el verdadero violento nos explicaba que los violentos éramos nosotros. Un tipo, enfrente, te largaba que Cristina era una ‘yegua-chorra-montonera’. No existían tantas maneras de enfrentar ese momento difícil que, incluso, venía teñido de moralismo colectivo”. Vuelve a explayarse: “El debate es, claramente, por el sentido común. Mucho peor que sus offshore o que haya sido un ‘domador de reposeras’ (chicana muy simpática que usamos en las redes), lo verdaderamente horrible de Macri fue el programa que puso en marcha y que empobreció a las mayorías. Eso es lo que uno tiene que dejar en claro”.

Con pasado de militancia universitaria en el alfonsinismo y en la Coordinadora, empresario en el rubro telecomunicaciones, Maximiliano Fernández tuvo a su cargo (“Fui el pibe ILVEM –ironiza—, era el que escribía más rápido”) de volcar al papel la inicial versión del libro. Explica de este modo su participación. “Cuando asumió Néstor, a quien no voté, empecé a asombrarme. Hasta por herencia familiar siempre creí que el peronismo era el problema, el hecho maldito. A riesgo de quedar mal con mi abuelo o correr el peligro de que mi padre me borrase de la herencia familiar, a los cinco segundos las medidas que ese tipo tomaba volvieron a hacer vibrar mis sueños alfonsinistas. Los sueños se parecían a cuando en el Obelisco escuché recitar el preámbulo de la Constitución. Allí empecé a salir del placard. Luego apareció Cristina. Su frecuencia es la de la ilustración, habla como en un texto, ¡cómo no me iba a gustar! Con ella como Presidenta empieza una fascinación, pero lo que me termina generando incondicionalidad y transformando el entusiasmo en religión es (el vicepresidente Julio César) Cobos operando como Judas Iscariote”.

En pos de aclaraciones que no oscurecen, Nagus aporta: “El militante activo es el tradicional, el que participa de una organización política, el que concurre a las marchas. El pasivo es el caso de mi mamá, en la cola de un banco, refutando a otro jubilado: ‘No es tan así como usted dice. Le voy a contar lo que mi hijo explicó en la radio y yo entendí’. El Bosnio aclara: “Todas las formas de militancia son importantes. El mensaje de la antipolítica es: ‘Callate, no hables en la cola de la verdulería, para eso están los del Congreso o el Presidente de la Nación'”.

Tuiteros, pasajeros frecuentes de las redes sociales, polemistas, y, como si fuera poco, kirchneristas, Rinconet, Nagus Info y El Bosnio escribieron este manual con inteligencia, amplio conocimiento político y con una clase de humor que les permite reírse bastante de ellos mismos. Dicen: “El verdadero desafío consiste en opinar desde la más tenaz ignorancia, ya que, sabiendo, opina cualquiera”. Los tres hacen público su reconocimiento al trabajo esclarecedor de la editora Silvia Itkin.

 

 

Frases frescas

“Dime que crimen combates y te diré a qué clase social persigues”.

“Es clientelista quien regala colchones a posibles electores. Pero es un estadista quien recibe al FMI”.

“Si para ganar elecciones realmente bastara con un pancho y una Coca, Coto o Mc Donald’s pondrían los Presidentes en la Argentina”.

“¿Por qué personas que juzgan violento al griterío parlamentario o al tortazo de Camaño pueden explicar los vuelos de la muerte o la represión policial?”.

 

 

 

La condición pasiva

Los autores acuerdan que, en esta tierra, la condena antipolítica viene de lejos. Puntualiza El Bosnio: “A Hipólito Irigoyen los ilustrados lo acusaban de darle trabajo a negros y descerebrados y por eso, despreciaban, diciendo que su gestión olía a catinga. Cuestionamientos similares escuchamos durante los años K". En análisis y planteos diversos en la lectura se aprecian destellos del Arturo Jauretche de Los profetas del odio, pero también  genes de John William Cooke, Perón y Evita, Irigoyen y Alfonsín, aunque, como aclara El Bosnio, “nada hubiera sido posible sin Néstor primero y, sin la chica que nos gusta tanto, después. Cruzado permanentemente por buenas, oportunas y liberadoras preguntas (en ocasiones sin respuestas definitivas) el libro no se estaciona en una verdad absoluta y tampoco recae en inútiles estigmatizaciones. Antes que eso, se reserva la ilusión de ganar para su causa a quienes alguna vez pensaron y dijeron cosas como ‘dictadura stalinista’, ‘banda de chorros improvisados’, ‘las buenas leyes eran todas robadas’ o ‘Derechos Humanos solo para fines electorales’. El libro tiene tres partes. Los hitos de la gestión kirchnerista (políticos y económicos, ampliación de derechos, legislativos, internacionales y el rubro De todo un poco); Las claves (integrado por 44 ítems, entre otros Virtud, poder, honestismo, prédica y lobby, populismo malsanamente humano) y Preguntas frecuentes o FAKs (Dictadura K, ¡sontodoschorrosson!,Caso Clarín, FMI y 32 interrogantes más).

 

 

 

 

En la página 163 hacen una defensa del programa 678. Rinconet toma la palabra: “Lo que convirtió en importante a ese ciclo fue la virulencia con que se lo atacó… No era el presupuesto lo que enfurecía, sino que empoderara y diera ideas a tantas personas”. Concluye El Bosnio: "Lo raro es que también de nuestro lado se lo ataque tanto. Durante la campaña electoral, a Alberto Fernández le preguntaron si iba a volver 678. La pregunta es, viendo lo que está del otro lado, ¿cuál es el negocio de resignar un programa como ése? La influencia de los medios es una realidad. Son los que en una elección te dan o te quitan los dos o tres puntos que te hacen perder o ganar”. Justamente, uno de los prologuistas del libro integró aquel panel. Edgardo Mocca, escribe: “La época produce estos manuales. Su secreto está en la capacidad de generar desconfianza frente a los argumentos cerraditos, bondadosos e inocentes que parecen irrefutables”. El otro prólogo lo firma Amado Boudou. Escribe desde la prisión de Ezeiza en donde está recluido: “Leyendo este Manual se potencian las ganas y la necesidad de participar y multiplicarnos en miles de espacios y situaciones para desafiar al sentido común dominante y la razón economicista (neoliberal) que articula el discurso imperante en nuestro tiempo”.

El cronista sugiere en la charla que el concepto de “militancia pasiva” también le cabe al enorme fenómeno de activismo feminista de los años recientes. El Bosnio recoge el guante. “Cuando empezamos con el libro no había estallado la ola feminista. Aunque estamos lejos del fútbol y de las bromas de vestuario, los que escribimos tenemos aspectos machirulos, porque crecimos en que era natural que en una reunión las que debían levantarse para ir a preparar el café eran las mujeres. Ahora tenemos claro que la antipolítica es el patriarcado de la plutocracia. Lo que este Manual intenta es mostrar lo tóxico de la antipolítica y plantearle formas de resistencia”.

 

 

 

Frases Frescas (II)

“El objetivo final de los promotores de la antipolítica no es la destitución a la usanza militar, sino limar la fuente de legitimidad de los políticos con sus representados”.

“Las ONGs gozan de una valoración positiva inexplicable… Florecen ONGs con nombres simpáticos, sobre transparencia o libertad, que reciben fondos de fortunas que lucran con la falta de transparencia y libertad. Los casos más emblemáticos fueron las ONGs financiadas por el fondo de Paul Singer”.

 

 

 

 

“En la época previa al periodismo de guerra los mediadores solían no mentir, porque arriesgaban su buen nombre… Hoy son moneda corriente los casos de periodistas que narran un hecho que no existió o que citan frases nunca dichas”.

 

 

 

La cena está servida

La Mesa de Autoayuda K se reunió los primeros miércoles de cada mes en el restaurante del Círculo de Salvavidas, en el barrio de Palermo. Seguramente esos intercambios rescataron del mar de las incertidumbres y de las provocaciones a muchos comensales, empezando por los organizadores. Con frecuencia les tocó aclarar que el principal objetivo de esas tertulias era la discusión política y no los reparos morales. Dice Nagus: “Cumplir con las reglas morales es parte de lo que la antipolítica nos inoculó. Si necesito operarme del corazón juzgaría al doctor Favaloro por su calidad de cardiocirujano sin ponerme a pensar si liquidó sus impuestos en tiempo y forma”. Y suma: “Nadie posee una moral más férrea que un fundamentalista. Sus principios son inamovibles… No los vende ni por la valija de Antonini multiplicado por las veces que el diario La Nación mencionó el caso. En política democrática esos principios no son valores, sino amenazas”. Redondea Nagus: “Lo de las cenas fue super cambiante. En el 2016 la gente necesitaba compartir con pares y hacer catarsis; después, por bastante tiempo, dominó la idea de que sería imposibles desplazarlos del poder: clima de gran bajón. Hace dos años se empezó a vislumbrar la posibilidad de la unidad y de que algo podía cambiar. Ahí empezamos con las reuniones que llamamos de márgenes, con invitados como Daniel Arroyo y Teresa García, Felipe Solá y Agustín Rossi, Alberto Fernández y Carlos Tomada”. Rinconet (que continúa aportando al ciclo Navarro 2023 por El Destape Radio) y El Bosnio anuncian que los platos y las copas volverán a llenarse con lo que, en su prólogo, Boudou llama "empanadas frozen y vino ‘a partir del primer miércoles de marzo. La contraseña para entrar será la de siempre: '¡Qué desmejorado que está El Bosnio!’" Y las exigencias, escasas: “No criticarnos mucho, pero tampoco halagarnos demasiado". Y el trío (que sigue con la MAK Radio por El Destape Radio los viernes a las 21) avisa: “Sepan que, si los indignan temas como la encuesta judicial o las denuncias morales, la Mesa de Autoayuda K no es el lugar para ustedes”. Chan.

 

 

 

 

 

 

 

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