Cereales sangrientos
La empresa cerealera Vicentin, epicentro de un escándalo, tiene las manos manchadas de sangre
A la memoria de “Potongo” Camuglia
Vicentin hizo la lista de 22 delegados y activistas sindicales para que los grupos de tareas de la dictadura se pusieran en marcha. Efren Venturini estaba trabajando en la planta de Avellaneda, Santa Fe, en noviembre de 1976, cuando llegó un grupo de la policía y el Ejército. “Me encararon directamente. El jefe de personal les dice ‘éste es’”.
“Vicentin tuvo una gran defensa, porque era la empresa que daba trabajo. Entonces, hay gente laburante que lo votó a Macri porque trabajaba en Vicentin. Pero tiene las manos manchadas de sangre”, dice Efren. A comienzos de los '70 los aceiteros se organizaron y echaron a un viejo burócrata que se llamaba Estanislao Rosales. Omar Cigliutti, secretario general de aceiteros San Lorenzo (de la cerrada Molinos Río de la Plata), Roberto “Potongo” Camuglia, delegado despedido de Indo de Puerto San Martin, junto al destacado laboralista Omar Moreno y el que escribe, realizamos una visita a Resistencia y Reconquista, donde los aceiteros compartían el repudio a Rosales. El resultado fue el MONATA (Movimiento Nacional de Trabajadores Aceiteros), que se constituyó en el marco de referencia en la actividad sindical en el gremio. En Avellaneda (Santa Fe) un grupo de delegados jóvenes tomaron la posta, organizaron los paros y las huelgas contra las jornadas de dieciséis horas y los despidos, y en 1975 recuperaron su sindicato. Más de veinte delegados y activistas fueron señalados por la patronal de la empresa Vicentin. Fueron secuestrados, torturados y pasaron a formar parte de los miles de presos políticos del terrorismo de Estado. Camuglia desaparecido, muerto a garrotazos en el campo de concentración del batallón 121 de Fray Luis Beltrán, Omar Moreno exiliado en Francia. Cigliutti sobrevivió en la actividad ceramista y la industria aceitera comenzó una expansión gigantesca durante los años de Martínez de Hoz. Oscar Zarza y Aníbal Gall encabezaron el movimiento que recuperó el sindicato. Efren Venturini es uno de aquellos delegados que sufrió en carne propia el rigor de la patronal y fue desde la recuperación de la democracia un consecuente denunciante de la complicidad de Vicentin con el terrorismo de Estado. Los sobrevivientes de aquella veintena de delegados que ganaron el sindicato en 1975, señalados por la gerencia de recursos humanos de la época, hoy son los principales testigos en las causas de lesa humanidad en el norte santafecino. Vicentin se radicó en la zona de San Lorenzo, obtuvo su propio puerto y se proyectó al mundo. Efren Venturini, el delegado que por estos días aparece en los medios, es un testimonio vital para desnudar la trama de persecución sindical complicidad empresarial, especulación, fuga y traslado al estado de los pasivos autogenerados. De aquellas sangres derramadas, estas estafas planificadas.
Los choriplaneros de la estafa
El 14 de diciembre pasado estalló la crisis financiera en la Aceitera Vicentin, una de las cinco mayores exportadoras de granos del país. El “estrés financiero”, una especie de cesación de pagos, devino de un gran endeudamiento generado por la expansión de la empresa en la era macrista. La firma particularmente protegida por el propio ex Presidente, quien le otorgó 18.000 millones de pesos del Banco Nación, poniendo en riesgo la solvencia del propio banco según denuncia la Asociación Bancaria. Los pedidos eran rechazados por los gerentes y jefes pero otorgados por decisión de Javier González Fraga, a pedido del propio Mauricio Macri. Ellos deberán responder ante la Justicia por estas maniobras.
Son más de mil los trabajadores directos afectados a las tareas industriales de molienda y otro tanto de trabajadores indirectos ocupados por empresas contratistas de mantenimiento, transporte, comedores, vigilancia, camioneros, etc. Una hecatombe laboral que mantiene en vilo a las poblaciones de San Lorenzo, Puerto San Martín y Ricardone. Vicentin-Glencore posee dos plantas en esa zona: una en la localidad de Ricardone, a 10 kilómetros de San Lorenzo, y la otra en Puerto San Martin. La de Ricardone muele el 50% del total del girasol industrializado en el país. Diariamente ingresan en promedio 700 camiones de semillas. La otra planta, dedicada a la molienda de soja, procesa alrededor de 18.000 toneladas diarias y produce aceite, harinas, la lecitina para la industria alimenticia, caramelos y dulces, y el resto destinado a la producción del biodiésel.
Si bien los trabajadores siguen percibiendo sus salarios, la Vicentin se negó a abonar el último tramo del 7%, correspondiente al último del acuerdo salarial del 2019 y tampoco pagó el premio anual que parte de un valor de 50.000 pesos para las categorías inferiores y llega en las superiores a 90.000 pesos. El sindicato aceitero de Puerto San Martin encabezado por Pablo Reguera tuvo una audiencia el día martes con dos colaboradores directos del ministro Claudio Moroni y les solicitó que convoquen a la empresa a una audiencia para que dé explicaciones y certezas al universo de trabajadores sobre el futuro de sus puestos de trabajo. El aspecto más irritativo del comportamiento patronal es la ausencia de directivos responsables en las comunicaciones a sus empleados. Todo “baja a través de capataces y encargados”, la empresa nunca da la cara.
Alberto Padoán, presunto número uno de este entramado empresarial, fue durante años presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario. Uno de los principales aportantes del PRO, conocido en Reconquista y Avellaneda como un habilidoso trepador de la pirámide de la familia Vicentin, que al decir de los vecinos que lo vieron crecer parece una especie de “Isidoro Cañones”, de muy estrecha vinculación con los socialistas, especialmente con el ex gobernador Lifschitz, gozó de todos los beneficios de ambos gobiernos y en la hora de afrontar las deudas declara el “estrés financiero”.
Según el sitio especializado Infogremiales, “la sociedad entre Juntos por el Cambio y las cerealeras suma por estas horas un nuevo y escandaloso episodio. Es que tras el affaire Vicentin, que estalló la semana pasada, se descubrió que el gobierno de Mauricio Macri utilizó una intervención gremial para bajarle costos clave a uno de los sectores más beneficiados de su modelo económico, Bunge, Cargill, La Plata Cereal, Nidera, Pasa y Terminal 6 son algunos de los bendecidos. La Cooperativa de Trabajo Portuarios Limitada del Puerto General San Martín” fue manejada, por Hermes "Vino Caliente" Juárez y desde su detención está en manos de un hombre de Cargill, designado interventor por la Justicia federal. Solo la nacionalización de la firma (dado que la mayor deuda es con el Banco Nación) empezaría a hacer justicia después de tantos atropellos. La medida cuenta con un consenso creciente de muchos sectores, incluido el peronismo local. Según publicó en La Garganta Poderosa nuestro compañero de viaje Adrián Paenza: “Vicentin, con toda la deuda que tiene con nuestro pueblo, debería entregar la fábrica a las y los trabajadores. Deberían estatizar la empresa. No podemos permitir que un banco nacional entregue una porción tan grande de su patrimonio para los intereses privados”, señaló.
Realidades por goteo
Según comunicó CTERA con la firma de Sonia Alesso, al mediodía del jueves se volvió a reunir la Paritaria Nacional Docente, derogada en 2018 por el gobierno de Mauricio Macri, y restituida, gracias a la resistencia y la lucha de lxs trabajadorxs de la educación, en enero de este año. Los ejes del reclamo gremial son: “Aumento del Presupuesto Educativo. Aumento salarial. Aumento del FONID y del Fondo Compensador. Financiamiento para los Programas Socioeducativos, infraestructura y Plan Nacional de Formación Docente. Situación de lxs docentes jubiladxs. Supresión del cobro del Impuesto a las Ganancias de los salarios docentes”. En los próximos días serán convocadas las comisiones de trabajo acompañando el debate central sobre la remuneración de los maestros y la asistencia del gobierno nacional a las provincias que no llegan a abonar el piso salarial que se fije a nivel país.
No está fuera de la preocupación gremial la situación de la provincia de Chubut, que tiene acumulada una abultada deuda con los empleados públicos. A la crisis financiera que está viviendo se le suma una crisis política en ciernes, que tiene al gobernador y a su vice en posiciones enfrentadas, lo cual significa un riesgo de aprovechamiento de la penuria que viven los trabajadores para resolver internas de otra naturaleza. Los docentes están diciendo allí que en estas condiciones no comenzarán las clases en el mes de marzo. La deuda total del gobierno de Arcioni llega a los 480 millones de pesos. La paritaria nacional docente que se inauguró a partir de este jueves abarcará temas terrenales y prácticos que afrontar como en caso de los salarios de esta provincia.
Los dirigentes de ATE Capital encabezados por el Tano Catalano acompañan los pasos de la administración nacional muy de cerca: "Seguimos con la firme expectativa de reincorporar a técnicos y profesionales del ministerio de Agroindustria despedidos por Etchevere, otros en Biblioteca Nacional, en el caso del INTI volvieron a reingresar 150 trabajadores, a los que hay que volver a asignarles funciones y tareas. Estamos en una etapa de transición para reconstruir políticas de Estado, pero atentos también a los tiempos que, a nuestro juicio, requieren de mayor celeridad. Somos conscientes que no se pueden tener actitudes corporativas, que la prioridad es atender a los sectores más desamparados tras cuatro años de desmantelamiento, pero estas políticas públicas y las que se diseñen, requieren de trabajadores para llevarlas adelante.
También se pronunció la CGI de Télam tras las reincorporaciones y asignación de tareas a decenas de compañeros, sobre la vuelta de la pauta en Télam. Desde el lunes 3 de febrero, “se recuperan las funciones publicitarias en el sector y se distribuirán las tareas para todes les trabajadores que comprenden el área”, afirmaron en un comunicado los delegados del SIPREBA. (…) La pauta vuelve a ser parte de la estructura fundamental de la agencia, y se van a recuperar tareas que fueron quitadas por la gestión anterior. Télam sale del coma profundo gracias al respirador de la lucha de los trabajadores, y eso es reconocido en los hechos por la gestión de Bernarda Llorente.
En un clima de alivio generalizado por la partida del gobierno del PRO se empieza a sentir la impaciencia de varios sectores por las definiciones económicas, que deberían reactivar la economía y poner en marcha el aparato productivo. El ritmo de la renegociación de la deuda impide definiciones, entre otras cosas la aprobación del nuevo presupuesto nacional. La abrumadora mayoría que logró la votación para la renegociación de la deuda externa muestra una oposición en la que estarían predominando los sectores más racionales. Febrero y las sesiones extraordinarias tal vez le posibiliten a Alberto Fernández desplegar los ejes fundamentales de su política económica y social.
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