La buena Inteligencia
Para ejecutar su geopolítica con rapidez y solvencia, el Estado precisa Inteligencia adecuada
Las noticias de estos días permiten realizar el ejercicio de vincular sucesos del ámbito internacional y del escenario nacional, que nos llevan al punto de señalar la importancia que tiene la Inteligencia en los sistemas democráticos.
Me refiero a la escalada del conflicto entre Norteamérica y la República Islámica de Irán, a raíz del asesinato –por parte de EE.UU— del general Qassim Suleimani, a quien se acusaba de terrorista.
Así, la conjugación de frases y palabras como “Conflicto EE.UU.-Irán” y “Terrorismo” obliga a los argentinos a pensar muchísimas cosas, entre las que claramente se encuentra el sistema de Inteligencia.
Sin perjuicio de la triste y nefasta historia de los servicios de Inteligencia en nuestro país, el sistema político debe realizar un sincero esfuerzo por diseñar definitivamente un verdadero Sistema de Inteligencia Nacional.
Necesidad de contar con Inteligencia y conceptualización.
George Washington sostenía que: “la necesidad de contar con buena Inteligencia es una obviedad y no necesita argumentarse”.
Con la expresión Inteligencia nos referimos fundamentalmente a la recopilación y análisis de información útil para la toma de cualquier tipo de decisión.
De allí que todos los sistemas democráticos requieran de sistemas de Inteligencia, en tanto se refiere a la información importante necesaria para la formulación e instrumentación gubernamental que permita mejorar los intereses de seguridad nacional y enfrentar las amenazas a aquellos intereses provenientes de los adversarios potenciales. [1]
Se entiende entonces la necesidad de contar con sistemas de Inteligencia, dado que cualquier Estado requiere de información y su correspondiente análisis para cumplir adecuadamente sus funciones esenciales.
Históricamente se definió a la Inteligencia como la actividad del campo de la conducción institucional que brinda el conocimiento necesario, generalmente reservado o secreto, en tiempo oportuno y sometido a análisis, para que se tomen decisiones acertadas y anticipadas.
En aproximación, se puede conceptualizar la Inteligencia como la actividad consistente en la reunión, clasificación, análisis y distribución de la información necesaria por los gobernantes para la toma de las decisiones.
De tal modo, dado que resulta una actividad del campo de la conducción institucional, el rol de la Inteligencia es de carácter anticipativo, de cara al futuro.
A lo largo del tiempo, el concepto de Inteligencia ha evolucionado en función de las necesidades a las que ha de responder la seguridad, en tanto que ya no se limita a detectar y evaluar las fuerzas y capacidades del adversario, sino también se centra en el análisis y conocimiento de su cultura, motivación, perspectivas y objetivos.
Desde otro ángulo, se ha definido a la Inteligencia como el procedimiento resultante de la recolección, evaluación, análisis, integración e interpretación de toda información disponible, concerniente a uno o más aspectos de las naciones extranjeras o de las áreas de operación que resulten inmediata o potencialmente de significación para la planificación.
En relación a los Estados, a causa de su naturaleza y del desenvolvimiento en esferas de poder más complicadas, la Inteligencia se refiere a la información importante para la formulación e instrumentación gubernamental que permita mejorar los intereses de seguridad nacional y enfrentar las amenazas a aquellos intereses provenientes de los adversarios potenciales. [2]
La Inteligencia debe actuar identificando amenazas, objetivos, medios e intenciones –especialmente— más allá de las apariencias. Todo ello con la finalidad de reducir las incertidumbres y lo aleatorio inherente a cualquier confrontación, y con la vista fija, como es habitual y consustancial, en permitir o facilitar la adopción de eficaces, eficientes y exitosas decisiones y acciones de índole geopolítica. No cabe la menor duda de que un Estado será capaz de ejecutar su geopolítica con rapidez y solvencia si, y sólo si, dispone de una adecuada Inteligencia. [3]
En esta línea conceptual, la actividad de Inteligencia del Estado encuentra sustento en las previsiones del Preámbulo de la Constitución Nacional, en tanto manda a: “consolidar la paz interior” y “proveer a la defensa común”, y en los artículos 75 —incisos 16, 25, 28 y 29— y 99 –incisos 1, 12, 15 y 16—.
Todo ello concuerda con el artículo 2 de la ley 27.126 [4], en tanto establece que se entenderá por Inteligencia Nacional a la actividad consistente en la obtención, reunión, sistematización y análisis de la información específica referida a los hechos, riesgos y conflictos que afecten la Defensa Nacional y la seguridad interior de la Nación.
Un Sistema de Inteligencia Nacional armónico y coordinado permitirá al Estado contar con una herramienta sumamente necesaria en estos tiempos de conflictos, cual es la producción de Inteligencia Estratégica que permitirá prevenir riesgos, amenazas, conflictos y situaciones que afecten la seguridad exterior e interior de la Nación, como así también analizar y estudiar escenarios en el futuro ya sea en el corto, mediano o largo plazo.
En este punto cabe recordar que “la defensa de la libertad y la democracia exige la existencia de los servicios de Inteligencia. Asimismo, en un Estado democrático, las actividades de estos servicios no pueden representar una amenaza para la seguridad individual y colectiva, interrumpiendo en nombre de la seguridad nacional el despliegue normalizado de los derechos, por lo que deben mantener neutralidad política, actuar de acuerdo con una legislación específica respetuosa con los principios del ordenamiento constitucional de un Estado de Derecho y rendir cuentas de su actuación”. [5]
Desde una óptica global o de las relaciones internacionales, se puede estudiar la seguridad de un Estado a partir de sus intereses vitales, relación que plasma Frederick Hartmann al considerar “la seguridad como la suma total de los intereses vitales de un Estado”. [6]
De allí que surge la necesidad de producir Inteligencia [7], y que esa Inteligencia sea estratégica.
La geopolítica
Volviendo a los temas del atentado a la AMIA, el Memorándum de Entendimiento con la República Islámica de Irán y el caso Nisman, resulta necesario analizar la participación de agencias de Inteligencia extranjeras y cómo ese accionar influyó en las acciones llevadas a cabo por el servicio de Inteligencia nacional.
Resulta imperioso que el Sistema de Inteligencia Nacional produzca inteligencia acorde a los desafíos geopolíticos que hoy el mundo ofrece a la inserción de la Argentina [8] y terminar con lo señalado por el profesor Saín en cuanto a que “la visión y la agenda de la Inteligencia norteamericana han estado omnipresentes en el espionaje criollo durante todos estos años". [9]
Interesante resulta el abordaje realizado por el profesor Pedro Baños Bajo [10], quien subordina el concepto de Inteligencia al concepto de Geopolítica [11].
Explica Baños Bajo que “geopolítica podría ser, de este modo, el ejercicio de la actividad cuya finalidad es influir en los asuntos de la esfera internacional, entendida esta ocupación como la posibilidad de influencia a escala global, evitando, al mismo tiempo, ser influidos. Podría definirse incluso como la actividad que realizan aquellos que aspiran a regir los designios mundiales, al tiempo que tratan de impedir que otros actores internacionales lo hagan sobre los suyos propios, procurando que nadie tenga capacidad para injerirse en sus decisiones". [12]
Qué duda cabe de que en este panorama de escala planetaria, donde la complejidad y la confusión no dejan de aumentar, se hace cada vez más imprescindible para los decisores geopolíticos disponer de Inteligencia precisa y, muy especialmente, con una enorme capacidad de vislumbrar acontecimientos futuros. [13]
La misión de la Inteligencia es proporcionar al gobierno información útil, seguridad, y procedimientos no convencionales, para contribuir a que se adopte y ejecute la mejor decisión, previniendo y disminuyendo los riesgos.
La información para la seguridad, en un sistema democrático, requiere una adaptación sucesiva a los cambiantes desafíos que implica un mundo crecientemente hostil y conflictivo. Competencias que hasta hace poco eran exclusivas de los Estados se privatizan, tales como ejércitos y servicios de Inteligencia, en sistemas paraestatales e, incluso “desterritorializados”. Conocemos nuevas formas de guerra, nuevos tipos de golpes de Estado, fenómenos que ahora se denominan respectivamente guerras asimétricas o pluridimensionales y golpes blandos. El campo de batalla es la mente de las poblaciones, para que acepten ir mansamente adonde no les conviene. Son nuevas amenazas con renovadas tecnologías para el prosaico propósito del coloniaje. Las distinciones tajantes entre problemas locales y problemas internacionales hoy no pueden hacerse, y las viejas estructuras informativas, con modelos heredados de la Guerra Fría bipolar, deben desaparecer porque son inadecuados.[14]
Por último corresponde intentar un intento de explicación sobre qué es la inteligencia estratégica.
La Inteligencia Estratégica presta una atención especial a la vigilancia de la aparición de indicios y la monitorización de la modificación de indicadores de riesgo, con el fin de detectar su conversión en amenazas; así como el descubrimiento de todo aquello que pueda significar una oportunidad de éxito para la organización. La Inteligencia Estratégica se halla, por tanto, muy vinculada con la prevención y la prospectiva. En el caso concreto de los Estados, la Inteligencia Estratégica advierte de amenazas inmediatas a los intereses vitales de la seguridad nacional y evalúa las tendencias de interés para el gobierno, ayudando a los gobernantes a diseñar e implementar la política exterior y las políticas de seguridad y de defensa nacional. [15]
Explica José Carlos Vega Lamas que en el marco de la “Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa”, las autoridades políticas nacionales establecen la forma de alcanzar los Objetivos Nacionales y definen los Objetivos de Seguridad y Defensa. Y que, en dicho nivel, la inteligencia deriva de la información obtenida sobre la zona de interés, en respuesta a las necesidades planteadas por los gobiernos nacionales a través de toda la gama de actividades militares, diplomáticas, políticas y económicas, llevadas a cabo tanto en el ámbito nacional como internacional”. [16]
Es de esperar que el Decreto 52/2019 firmado por el Presidente de la Nación recupere el espíritu de la Ley 27.126 (modificatoria de la Ley 25.520) y del Decreto 1311/2015 que fijo las bases de la Nueva Doctrina de Inteligencia Nacional.
[1] Shulsky, Abraham N. Guerra silenciosa: comprensión del mundo de la inteligencia. Washington D.C., Roy Godson (ed), Intelligence and National Security Library, Brasseÿs. Febrero 1995.
[2] Shulsky, Abraham N. Guerra silenciosa: comprensión del mundo de la inteligencia. Washington D.C., Roy Godson (ed), Intelligence and National Security Library, Brasseÿs. Febrero 1995.
[3] Pedro Baños Bajos. “Geopolítica e Inteligencia” en La Inteligencia como disciplina científica. Actas del Primer Congreso Nacional de Inteligencia. Madrid, 22-24 de octubre de 2008. Fernando Velasco, Diego Navarro, Rubén Arcos- editores, pág. 27.
[4] Sustituye el inciso 1 del artículo 2 de la ley 25.520.
[5] Esteban Navarro, Miguel Ángel, “Necesidad, funcionamiento y misión de un servicio de Inteligencia para la seguridad y la defensa", en Ministerio de Defensa, Estudios sobre inteligencia: fundamentos para la seguridad internacional, Instituto Español de Estudios Estratégicos y Centro Nacional de Inteligencia, Madrid, Cuadernos de Estrategia, N° 127, junio de 2004. P.79. citado por Marcelo Saín, La Casa que no cesa, pág. 79. Editorial Octubre. Bs. As 2016.
[6] Hartmann, Frederick, Las Relaciones Internacionales, Instituto de Publicaciones Navales, Buenos Aires, 1989.
[7] “…la necesidad de que el Estado Nacional cuente con una capacidad de producir inteligencia de manera autónoma en el marco del respeto a la Constitución y a los tratados internacionales que garantizan los derechos de todos los argentinos”. Intervención del Senador Nacional Marcelo Fuentes, en ocasión de tratarse la creación de la Agencia Federal de Inteligencia en el Senado de la Nación (versión taquigráfica período 132, 24 reunión -11 Sesión Especial, del 12/2/2015, pág. 7.
[8] Intervención del Senador Nacional Marcelo Fuentes, en ocasión de tratarse la creación de la Agencia Federal de Inteligencia en el Senado de la Nación (versión taquigráfica período 132, 24 reunión -11 Sesión Especial, del 12/2/2015, pág. 6.
[9] Marcelo Saín. La Casa que no cesa, pág. 30. Editorial Octubre. Bs. As. 2016.
[10] Pedro Baños Bajos integrante del Departamento de Estrategia y Relaciones Internacionales. Escuela Superior de las Fuerzas Armadas. Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional.
[11] Pedro Baños Bajos. “Geopolítica e Inteligencia” en La Inteligencia como disciplina científica. Actas del Primer Congreso Nacional de Inteligencia. Madrid, 22-24 de octubre de 2008. Fernando Velasco, Diego Navarro, Rubén Arcos- editores.
[12] Pedro Baños Bajos. “Geopolítica e Inteligencia” en La Inteligencia como disciplina científica. Actas del Primer Congreso Nacional de Inteligencia. Madrid, 22-24 de octubre de 2008. Fernando Velasco, Diego Navarro, Rubén Arcos- editores, pág. 26
[13] Pedro Baños Bajos. “Geopolítica e Inteligencia” en La Inteligencia como disciplina científica. Actas del Primer Congreso Nacional de Inteligencia. Madrid, 22-24 de octubre de 2008. Fernando Velasco, Diego Navarro, Rubén Arcos- editores, pág. 27
[14] Inserción solicitada por el Senador Nacional Catalán Magni Marcelo Fuentes, en ocasión de tratarse la creación de la Agencia Federal de Inteligencia en el Senado de la Nación (versión taquigráfica período 132, 24 reunión -11 Sesión Especial, del 12/2/2015, (O.D nº 952/14 pág. 6.
[15] José Luis González Cussac –Coordinador- Inteligencia. “Parte Primera. Inteligencia: concepto y práctica”. Miguel A. Esteban Navarro y Andrea V. Carvalho. Editorial Tirant lo Blanch. Valencia, 2012. Pág. 28.
[16] José Carlos Vega Lamas. “La función de la Inteligencia en los niveles estratégicos, operacional y táctico. Perspectivas históricas” en El alma de la Victoria. Estudios sobre Inteligencia Estratégica. Pág. 152. Diego Navarro y Fernando Velasco (eds.). Plaza y Valdés Editores. Madrid. España. 2009.
- Artículo elaborado sobre la base del libro La Inteligencia, las investigaciones y la inteligencia criminal, del mismo autor, de pronta aparición.
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