En busca de una definición de inteligencia en la que podamos coincidir
Todo lo que sigue es controversial. Voy a exponer una serie de ideas como punto inicial de un potencial ‘debate’, pero le pediría que me conceda esta licencia: yo no sé bien lo que pienso en estos temas (como en la mayoría). No tengo una posición tomada, y aunque en algunos casos podría ofrecer algunas conclusiones que obtuve a lo largo de los años, han sido tan dinámicas que las que podría escribir hoy, seguramente diferirían con las que hubiera dado hace una década (para que la diferencia sea bien pronunciada), pero no estoy seguro siquiera que serían las mismas de hace una semana.
Si usted está dispuesto a no pelearse conmigo, ni a creer que me conoce porque lee lo que pienso (o lo que me parece que pienso) respecto de algunos temas, entonces... siga leyendo. Si no, créame: no vale la pena que pierda el tiempo.
Dicho todo esto, hay un tema ‘recurrente’ en mi vida, un tema al que vuelvo una y otra vez: ¿qué es la ‘inteligencia’? Si bien la literatura es abundante y se ha escrito muchísimo, al día de hoy no somos capaces de ponernos de acuerdo en lo que significa ‘ser inteligente’ o definir bien el concepto “inteligencia”.
De todas formas, no crea que en lo que sigue encontrará la respuesta. No, mi objetivo es otro. Mi intención es tratar de empezar al revés: encontrar algunos puntos en los que todos estaríamos dispuestos a coincidir.
Me explico. Por un instante, despreocúpese de la definición. Piense (y escriba) un listado con los atributos que usted cree que una persona inteligente (según su opinión) debería tener.
Más abajo aparecen los puntos que yo escribí en mi lista. Si todos los humanos hiciéramos lo mismo, podríamos practicar la intersección de todas las listas y fijarnos en qué cualidades estaríamos de acuerdo... y usarlas, en todo caso, como punto de partida para elaborar una definición o de cualquiera análisis serio que se haga sobre el tema.
Aquí quiero hacer una pausa. Mejor dicho, necesito hacer una pausa... que es muy importante, al menos para mí.
Hay gente que intenta distinguir o detectar un grupo de humanos que nacen genéticamente con ciertas ventajas sobre otros. Esa élite, sería la que compondría el grupo ‘inteligente’ de la sociedad. De acuerdo con esa interpretación, uno trae esa cualidad ‘de fábrica’.
Peor aún. Hay un refrán que —creo— los ‘representa’:
Lo que Natura non da, Salamanca non presta.
Dicho de otra forma:
La mona, vestida de seda, mona queda.
Quienes así piensan no me representan. Démosle a todo niño las mismas oportunidades, salud, educación, alimentación, afecto y los veremos florecer en toda su diversidad. Después, cada uno verá qué hace con sus destrezas.
Al día de hoy, la brutal inequidad en la distribución de la riqueza material (e intelectual) es la que genera estas diferencias entre los humanos.
Ahora sí, retomo la idea con la que empecé. Los que siguen son atributos que fui recolectando yo. Antes de leerlos, no se prive de hacer usted su propio listado y eventualmente, compárelos después. Si no, use los que yo escribí como disparadores [1].
1) Una persona inteligente tendría que “pensar antes de hablar”.
2) Una persona inteligente tendría que “escuchar más de lo que habla”.
3) Una persona inteligente tendría que “leer”. (No todo el mundo lee y no es una acusación sino solo una descripción. Escuchar es ciertamente muy útil, pero el montante de información que uno adquiere leyendo, es incomparable con lo que uno escucha. Y si bien mirar televisión o películas suele ser muy útil también, por ahora leer es un hobby que funciona como el ‘as de espadas’: mata todo).
4) Una persona inteligente tendría que “no molestarse cuando alguien le señala un error. Debería poder aceptarlo con naturalidad, sin avergonzarse. Simplemente, cambiar”.
5) Una persona inteligente tendría que “no quejarse cuando se tropieza con un problema, sino abocarse a buscarle una solución”.
6) Una persona inteligente tendría que “tener sentido del humor. No debería tener problemas en ‘burlarse’ de sus propias deficiencias o falencias”.
7) Una persona inteligente tendría que “cuestionarse la existencia de un ser superior”.
8) Una persona inteligente tendría que ‘ser curiosa y tratar de entender por qué pasa lo que pasa. Justamente, esa curiosidad debería ser su mejor combustible”.
9) Una persona inteligente tendría que “tener espíritu crítico”.
10) Una persona inteligente tendría que “vivir dudando”
11) Una persona inteligente tendría que “valorar su tiempo y respetar el de los otros”.
12) Una persona inteligente tendría que “ser creativa en la búsqueda de soluciones”.
13) Una persona inteligente tendría que “tener sensibilidad social”.
14) Una persona inteligente tendría que “combatir la arrogancia interna”.
15) Una persona inteligente tendría que “no estar preocupada por lo que ‘van a decir’ los otros”.
16) Una persona inteligente tendría que “cuestionar las estructuras, negarse a formar parte un rebaño que solo asiente. Resistirse a la obsecuencia”.
17) Una persona inteligente tendría que “tener una lógica impecable e implacable. Valorar más el escepticismo que la fe”.
18) Una persona inteligente tendría que “intentar salirse de su ‘tribu’, de su zona de confort”.
19) Una persona inteligente tendría que “tener una alta capacidad para deducir —una vez que tiene los datos suficientes— y ser capaz de fundamentar sus opiniones. Debería tener a su disposición el lenguaje adecuado para expresarse”.
20) Una persona inteligente tendría que “buscar ‘conexiones’, causas y efectos y ser capaz de hilvanar razonamientos complejos”.
21) Una persona inteligente tendría que “observar los acontecimientos como ‘situaciones dinámicas’, mutantes, en donde lo único permanente es el cambio. Más que aprender ‘hechos’, debería concentrarse en los procesos que desembocan en ellos”.
22) Una persona inteligente tendría que “adaptarse a nuevas circunstancias rápidamente y tolerar los cambios, por más bruscos que sean”.
23) Una persona inteligente tendría que “tener pocas estructuras o cambiarlas frecuentemente, no debería someterse a posiciones rígidas o inmóviles, debería tener la plasticidad suficiente para ser y no ser al mismo tiempo”.
24) Una persona inteligente tendría que “copiar lo mejor del otro, pero sobre todo, debería ser capaz de ponerse en el lugar de ese ‘otro’ o usar los zapatos de ese ‘otro’”.
25) Una persona inteligente tendría que “poder ‘optar’ no ser todo lo que dicen los 24 puntos anteriores y sentirse bien de una forma o de la otra”.
Una persona inteligente tendría que, por sobre todas las cosas... ¡ser capaz de ser feliz!
Y una observación más. Recuerdo una frase que creo es pertinente incluir acá, y piense cómo la puede aplicar en su caso personal:
“Si usted está en una habitación donde están reunidas personas que hacen lo mismo que usted y usted es el mejor, entonces está en la habitación equivocada”.
No puedo escribir nada que mejore esa idea pero estoy seguro que sí puedo empeorarla si intento ‘aclararla’.
Para terminar (este principio), es muy posible que algunas (o todas) las 25 características que figuran acá arriba sean acertadas según su criterio o quizás no, pero en cualquier caso, el objetivo no era ni es hacer una descripción exhaustiva y abarcadora de todos los factores que deberían emerger o adornar a una persona ‘inteligente’, sea lo que sea ‘ser’ inteligente.
Si usted hiciera una lista de atributos que deberían cumplir las personas inteligentes y yo hiciera la mía, la mayoría de los 25 míos deberían estar entre los suyos (y viceversa), pero más aún: si hiciéramos la intersección de las listas de todas las personas a quienes les consultáramos, deberíamos encontrar un muy buen número que figuren en todas ellas. Si lo logramos, no habremos definido la inteligencia, por supuesto, pero nos habríamos puesto de acuerdo en un grupo de condiciones que deberíamos proveer a todo niño vivo, haya nacido donde haya nacido.
Justamente, habrá sido un buen signo de inteligencia [2] masiva de toda la sociedad, si pudiéramos compendiar un grupo de atributos que deberíamos garantizarles a todo niño recién nacido. Y esta misma lista (o cualquier otra) debería ser lo suficientemente dinámica como para cambiar de acuerdo a las condiciones de contorno y adecuarla según las necesidades temporales, culturales y geográficas.
Ahora sí, y como siempre, le toca a usted.
[1] Aunque sea una obviedad, me gustaría dejarlo asentado acá: las ideas no son mías sino que son el resultado de haber leído mucho sobre el tema. Ultimamente he visto varias recopilaciones que me parecieron interesantes, y es por eso que aprovecho para incluirlas acá, pero no me gustaría quedarme con el crédito que ciertamente no me pertenece.
[2] Alberto Kornblihtt me hizo una observación muy pertinente, que transcribo: El problema que veo en el texto, que obviamente expresa valores que comparto 100%, es que lo que vos puntualizás respecto de la inteligencia (punto por punto) corresponde además a una persona íntegra y honesta. A mi criterio no son todas asignables a la inteligencia. Por ejemplo, alguien puede tener capacidad de resolver problemas no planteados previamente (definición habitual de inteligencia) y usar esa capacidad (no su saber, sino su inteligencia) para el mal. La inteligencia puede ser usada para el bien o para el mal. Lo que creo que te preocupa más es definir si quienes son inteligentes lo son porque heredaron genes que les permiten serlo o porque tuvieron mejores oportunidades (ambiente) que quienes no lo son. No hay duda que esto último es lo que predomina y hay algunos estudios al respecto.
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