Aunque tarde, habrá justicia

No hay impunidad que sea eternamente impune (Eduardo Galeano)

 

El 4 de abril de 2007 y luego de más de 30 días de huelga docente en Neuquén, ante una protesta en la ruta 22, el Cabo Primero Darío Poblete asesinó por la espada al maestro Carlos Fuentealba. El operativo policial desproporcionado, inédito y criminal, fue ordenado y supervisado por el ex gobernador Jorge Omar Sobisch.

La reacción del pueblo de Neuquén fue inmediata y más de 30.000 personas colmaron las calles en el marco de un Paro Nacional de la CTA y de la CGT el 9 de abril a solo cinco días del crimen y cientos de miles se movilizaron en todo el país exigiendo Justicia.

Desde ese momento, se inició una campaña nacional encabeza por CTERA e internacional de la mano de la la Internacional de la Educación (IE), que instaló el reclamo de justicia y logró a 14 meses del hecho el juicio al autor material. Poblete fue condenado a prisión perpetua por sentencia Judicial del  del 8 de julio de 2008 que lo encontró responsable del delito de Homicidio calificado con dolo directo, agravado doblemente por abuso en su función como policía y por su alevosía.

El juicio puso en evidencia el rol del ex gobernador Sobisch. Se ventiló en las audiencias que Sobisch había convocado a una reunión para organizar el operativo y que en su nombre, estuvieron presentes en el desarrollo del operativo, los jefes de la policía provincial y el Subsecretario de Seguridad. No podemos dejar de mencionar que Sobisch contrató como asesor de seguridad a Eugenio Burzaco, quien elaboró el Plan de Seguridad Integral de la Provincia con una fuerte impronta represiva y de control policial de la protesta, generalizada por aquellos años, contra las políticas de ajustes aplicadas por su gobierno. Hoy es el segundo de Patricia Bullrich en la Nación.

A partir de la condena a Poblete en la Causa Fuentealba I, se inició la segunda etapa del juicio, el conocido como Fuentealba II que tenía como finalidad investigar y condenar las conductas de los jefes policiales, integrantes de los grupos especiales que participaron del operativo, funcionarios políticos y del ex gobernador. Esa causa fue demorada, bastardeada y cajoneada por jueces y fiscales que la tuvieron a cargo. Finalmente luego de 9 años, en septiembre de 2016, con el argumento del agotamiento de los plazos y sin haber realizado una sola actividad investigativa por parte de los Fiscales del caso, el Tribunal Superior de Justicia de la provincia dictó una sentencia absolutoria a los 15 policías y funcionarios políticos involucrados en el crimen. A pesar de los pedidos de la querella, Sobisch nunca fue citado, y menos imputado, más allá de ser mencionado en el juicio a Poblete como el autor intelectual y de haber tenido control permanente del operativo represivo en todas sus etapas.

Nunca renunciamos a insistir con nuestro reclamo de Justicia Completa. Así, en febrero de 2017 nos presentamos acompañando a Sandra, única querellante en la Causa, ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para apelar la sentencia absolutoria y nos acompañaron como Amicus Curiae (amigos del tribunal) la CTERA, la Internacional de la Educación (IE), la Comisión de la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, el CELS y el INECIP.

La Queja ante la Corte se fundó alegando que el crimen de Carlos fue una grave violación a los Derechos Humanos y que por tratarse de un delito de Estado no debían aplicarse los plazos de un delito común y menos aún no ser investigado.

El 7 de marzo pasado conocimos la decisión de la CSJN que hizo lugar al Recurso de Queja presentado, resolvió dejar sin efecto la sentencia absolutoria y ordenó dar nuevo tratamiento. Todo esto en una votación por unanimidad.

Teníamos razón: el asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba constituye una grave violación a los derechos humanos y cómo eso debe ser tratado. Nuestra insistencia y nuestra tozudez como colectivo, la valentía y el coraje de Sandra y el acompañaminto incondicional de las entidades de base de CTERA, de las organizaciones nacionales e internacionales de trabajadores y de los organismos de DDHH, han logrado este paso importante en procura de Justicia.

Las palabras del querido Eduardo Galeano cuando escribió que "no hay impunidad que sea eternamente impune", adquieren relevancia y justifican largamente el sentido de nuestra lucha.

El próximo 4 de abril, a 12 años del crimen, estaremos en las calles de toda la Argentina exigiendo al TSJ neuquino, una vez más, justicia para Carlos, por Camila, por Ariadna, por Sandra y por cada compañero y compañera que fueron reprimidos por esa orden irracional e imperdonable impartida desde el corazón mismo del poder político de la provincia de Neuquén.

 

Sonia Alesso, Secretaria General de CTERA - Marcelo Guagliardo Sec Gral ATEN
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