Las escuelas recuerdan a sus mártires
En el Día Mundial del Maestro, una escuela pública homenajeó a su patrono, asesinado en 1975
Este viernes 5 de octubre, en el Día Mundial del Maestro, una escuela pública homenajeó a su patrono, Guillermo José Barros, asesinado en 1975.
La escuela 21 del Distrito Escolar (D.E.) 19, en Villa Soldati, fue el último establecimiento porteño en tomar el nombre de una víctima de la peor reacción del siglo.
El 16 de febrero de 1975 Guillermo había acudido a una cita en un bar, donde fue secuestrado.
Era delegado en la escuela 27 de Lugano (actual 10, del D.E. 21), a la vez que estudiaba sociología en la Facultad. Era secretario de Prensa de la Asociación Unificadora de Educadores de la Capital (AUDEC, “de cuyos directivos sólo uno sobrevivió”, según el docente José Forni), integrada a la recién creada CTERA.
Menos conocida era su militancia en Palabra Obrera.
Cuatro días después, su cuerpo torturado fue hallado en San Isidro, pero como había salido sin documentos, quedó en la morgue hasta tanto se le identificara. Eso ocurrió el día de su 23º cumpleaños, 19 de marzo.
El reclamo de justicia, en el cementerio de Chacarita, tronó en la voz del secretario general de CTERA, Alfredo Bravo, quien se preguntó: ¿Dónde estuvo aquellos cuatro días?
“Fue visto por un preso en Coordinación Federal”, reveló el hermano, Osvaldo Barros, ante El Cohete.
Barros inauguró la lista –según el Ministerio de Educación porteño– de 108 maestros desaparecidos, cifra que según los docentes, llegaría a “más de 400 secuestrados, desaparecidos y asesinados en la ciudad”, o 600 en el país.
“En el 25º aniversario del golpe, durante un acto en la 5, pensamos recordar a los maestros caídos”, rememoró Forni. Empezaron con Carlos Alberto ‘Cacho’ Carranza y Eduardo Vicente, por quienes en 2004, a propuesta de Vilma Ripoll, la Legislatura sancionó las leyes 883 y 884 para nombrar las escuelas 20 (D.E. 19) y 2 (D.E. 21). La 21 logró el de Barros por ley 1946, del 27 de abril, a treinta años del golpe. Al mes siguiente, el ministro Alberto Sileoni descubrió una placa que recuerda al docente desaparecido Miguel Andrés del Valle en la escuela 2 (D.E. 18) que ya tenía nombre. Así continuó el cuidado de la memoria durante las administraciones kirchneristas, pero generó tensión con el cambio en la Capital: hacia marzo de 2010, en un listado oficial de vacantes, a las escuelas Carranza y Vicente les desaparecieron los nombres, lo que motivó que la Asociación Docente Ademys denunciara: “‘Tamaño olvido’ está relacionado con la política de Macri de ataque a trabajadores y pueblo”. Al año siguiente, la comunidad de la “Maestro Guillermo José Barros” –frente a la estación Fátima del Premetro– subió a las redes un video con estos casos, todos de zona sur.
La entonces directora Susana Balán –quien eligiera la fecha del Patrono en 2007–, regresó esta semana para el acto en que entonaron el Himno en versión folklórica, cantaron a María Elena Walsh y disfrutaron de quienes se disfrazaron de dragón para acompañar una de Víctor Heredia junto al emocionado director Pablo Villarreal, quien presentó las ilustraciones de los alumnos sobre las fotos del maestro-patrono: “Intervenirlas –explicó– es darles vida”.
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