El avance precipitado de la crisis construida por el gobierno nacional está golpeando aceleradamente sobre los ingresos familiares y los puestos de trabajo. Una nueva ola de despidos se está produciendo en estos días y la amenaza de que se profundice es la principal preocupación para los trabajadores y los sindicatos que pretenden representarlos. Las más variadas actividades se ven afectadas por la contagiosa plaga que hoy amenaza al conjunto de los trabajadores ocupados. El Estado y la actividad privada lo hacen al mismo tiempo y cuando así sucede la esperanza de relocalización desaparece para quienes pierden su empleo. A los despedidos de Fanazul, del INTI, de CONICET, se suman centenares de Agricultura Familiar en tandas de 300. A los de Atucha, Astilleros Río Santiago, Télam y Radio Nacional se les suman nuevos anuncios que hablan de un Estado que ajusta sin solución de continuidad.
Por otra parte se vienen las suspensiones, que en la actividad privada siempre son la antesala de los despidos. Motomel y General Motors han comenzado con un plan de suspensiones rotativas y retiros voluntarios muy incentivados, lo cual da cuenta de la caída en la producción que se repite en las otras terminales automotrices. Radio del Plata y C5N son apenas una muestra del vapuleado mundo de los medios. Si la miramos en proporción como actividad, la prensa es la que más desocupación sumó desde el inicio de la etapa. La venta de la planta de Alpargatas en Catamarca significa la caída del empleo más importante de aquella desindustrializada provincia que solo cuenta con empleo público y emprendimientos mineros. La empresa brasileña propietaria puso en venta la firma y si no encuentra interesados la cierra. La empresa avícola Criave dejó en la calle a 500 trabajadores en la localidad bonaerense de Roque Pérez. El intendente municipal José Luis Horna denunció que tanto el gobierno nacional como el provincial (léase Macri y Vidal) se han desentendido del caso mientras la empresa permanece con las puertas cerradas. En Esteban Echeverría la planta de Adidas cerró sus puertas dejando en la calle a 700 trabajadores.
Los más de 18.000 despidos ocurridos en lo que va de 2018 están distribuidos en toda la geografía nacional y sirven como muestra material cercana de lo que significa el ajuste. Este breve muestreo da cuenta de la base material que sustenta el mundo de la representación sindical. Los eternos dialoguistas pierden razones cada día en su argumento de continuar en complicidad con el gobierno de Macri esperando a que algo mejore. Algunos de ellos están sintiendo el costo de su postura. Roberto Fernández, de la UTA, deberá enfrentar una fuerte oposición en cabeza de su ex colaborador Miguel Bustinduy. El mayor exponente del vetusto sindicalismo, Armando Cavalieri, eterno secretario general de la Federación de Empleados de Comercio, hará lo propio con Ramón Muerza, el representante de Coto. Si bien son astillas del mismo palo, estas oposiciones dan cuenta de un estado de descomposición de los aparatos sindicales que ya no se puede sostener. La silbatina de los afiliados gastronómicos en la Sociedad Rural, en el día de la actividad, cuando Dante Caamaño de Luis Barrionuevo presentó en pantalla el discurso del Presidente de la Nación está denotando un humor social incontenible.
La sede del sindicato aeronáutico congregó más de 50 secretarios generales ligados al moyanismo y al MASA con el propósito de elaborar un posicionamiento para el plenario de secretarios generales del próximo 29 de agosto, exigiendo al triunvirato un nuevo paro, una convocatoria al Comité Central Confederal y un plan de lucha sostenido contra la política económica del gobierno. La semana próxima se reitera la reunión y seguramente la presión irá en aumento. Esto habla claramente de que sigue en discusión la vigencia de la triple conducción de la CGT hasta el final del mandato. La composición del encuentro por actividad habla con claridad de los gremios más afectados en materia de ajustes y despidos.
El Ministro de Trabajo Jorge Triaca sigue con el disciplinamiento económico a los sindicatos que luchan. Ahora es el turno de ATE al que pretende multar con 220.000 pesos por el no acatamiento de una conciliación obligatoria hace dos años atrás. Aún no pudo resolver legalmente la de camioneros y aplica otra multa acompañada de un allanamiento a la sede de ATE Avellaneda. La fiscalía interviniente dejó constancia escrita de que en el procedimiento no habían encontrado ningún certificado trucho. La política de ajuste genera conflictos y el Ministerio de Trabajo sólo los enfrenta con represión y persecución. En esta clave se puede prever el futuro inmediato. La fortaleza autoimpuesta por el gobierno se manifiesta en no ceder ante ningún reclamo de los trabajadores. Sancionar, perseguir, intervenir, es la escalada que impone la autoridad de aplicación a la dirigencia sindical que no es adepta. Lo mismo sucede con los abogados laboralistas, los jueces del trabajo y los fiscales que enfrentan sus decisiones políticas, llámense despidos, suspensiones o rebajas salariales.
En la ciudad de la Plata son cuarenta los edificios escolares afectados por la negligencia planificada del gobierno de Vidal. Los sindicatos del Frente de Unidad Docente y ATE marcharon para exigir que se declare la emergencia educativa. La movilización de los maestros reclamando por la seguridad en las escuelas llegó hasta la Dirección General de Cultura y Educación. Fueron miles los manifestantes y nula la respuesta oficial. La presidenta del bloque de diputados de Unidad Ciudadana, Florencia Saintout, denunció que “uno de cada cinco establecimientos educativos no está en condiciones de prestar el servicio escolar.” Los mártires de Moreno sobrevuelan el reclamo de los maestros bonaerenses y la gobernadora que hizo de la confrontación el eje de su estrategia, no cede a ningún reclamo. El postergado paro del Frente de Unidad Docente por 72 horas está al caer mientras que el gobierno sigue sin dar señal alguna de negociar.
Los profesores universitarios continúan con su plan de lucha y el segundo semestre sigue sin comenzar. El alto nivel de acatamiento en el mundo académico habla de una dirigencia en diálogo permanente con sus bases para sostener la lucha y de la miserable oferta salarial del ministerio de Educación de la Nación. Este grado de agitación institucional que genera el oficialismo es incompatible con sus ambiciones reeleccionistas. No hay un solo gesto oficial que dé una respuesta al acumulado de demandas sociales y laborales. La metáfora de la leña y el fuego parece haberse encarnado en el cotidiano político de nuestra patria.
El acampe de los portuarios sigue vigente y la conducción sindical ha aceptado a pedido de los empresarios ampliar la tregua obteniendo a cambio que los CEOs de las multinacionales que operan el puerto asistan a la audiencia citada. Cuando esto sucede es que las definiciones están golpeando la puerta. Nada hace prever que la voluntad de lucha de los portuarios demostrada tantas veces en la historia del movimiento obrero vaya esta vez a ser la excepción.
En la Agencia Télam la justicia ha ordenado nuevas reinstalaciones. La última habla de 12 despedidos a reincorporar. Hernán Lombardi y Rodolfo Pousá pasaron por el Senado imponiendo la prohibición de que el Sipreba pudiera presenciar la audiencia. Repitieron los dichos de la cámara de Diputados. Su gestualidad despectiva hacia los trabajadores y su pobreza argumental son el reflejo de la difícil situación que está pasando la Agencia Oficial y que muestra como signos vitales la persistente permanencia de los trabajadores en sus turnos y puestos de trabajo sin que importe la presencia intimidatoria de patovicas y filmaciones después de más de cincuenta días.
Más de veinticinco mil cordobeses respondieron a la convocatoria de la multisectorial en defensa de la Epec (Empresa provincial de la Energía) integrada y estatal. El apoyo a la larga lucha del Sindicato de Luz y Fuerza (de este proceso venimos dando cuenta todas las semanas), muestra una fortaleza tal, que pone en duda la posibilidad del gobernador Schiaretti de concretar el desguace y la tercerización de ese servicio provincial. Todos los sectores del sindicalismo cordobés estuvieron presentes así como muchas delegaciones de la Federación que los nuclea a nivel nacional.
El mundo del trabajo está tan inestable como el financiero, la economía en su conjunto y el gobierno. La medida de la existencia y la profundidad de una crisis se pueden verificar mirando las fábricas, el transporte, los puertos y los comercios. Ninguno está funcionando con normalidad ni más calmo que dos meses atrás. Los ataques permanentes del gobierno a las organizaciones sindicales están acelerando el fenómeno. Por primera vez desde 1983 una crisis de esta magnitud está sucediendo en un gobierno sin arraigo en la política. Hay una sola certidumbre en medio de tantas incertezas: así, esto no dura.
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