EL RELOJ DE MILEI

 

Cristina dijo que tuvo la impresión de que el Presidente Milei dio vuelta “el reloj de arena”. Todos entienden esa metáfora. Me hizo recordar el cuadro célebre de Dalí sobre los relojes blandos, que acá intervino el artista argentino Navaja. ¿Eso quiere decir que comenzó el tiempo de descuento? Está por verse y depende de demasiadas cosas que son muy difíciles de discernir.

En primer lugar, de la doctrina Carville, el consultor que escribió en una pizarra de la campaña de Bill Clinton: “Es la economía, estúpido”. Ese consejo aniquiló las ilusiones reeleccionarias del primer Bush. Pero en la Argentina desquiciada de hoy, no basta con esa definición genérica. Hay que definir qué es la economía que importa, hoy y aquí.

El gobierno de los Hermanos Milei machaca con su portentoso logro de reducir la inflación a un oscilante 2 a 3% mensual. Esa es la meta que las naciones desarrolladas se fijan como resultado anual. La cifra argentina acabaría con cualquier carrera política en Estados Unidos. Acá genera una sensación de calma o alivio, en comparación con la disparada descomunal que desató el propio gobierno en cuanto asumió. Tres décadas después, Carville aconseja a los demócratas, cuya situación es aún peor que la que sufre la oposición argentina, porque Trump tiene un partido nacional que lo respalda. El consejo de Carville es: “Háganse los muertos". Que los republicanos y Trump se hundan bajo la impopularidad de sus iniciativas. ¿Funcionará allí? ¿Funcionaría aquí? Trump y Milei tienen mucho en común, y no sólo que los mismos bandidos lanzaron el memecoin del Presidente argentino y de la esposa de Trump, dato importante que deberían tener en cuenta quienes se ilusionan con un castigo en el norte para el embustero del sur. Trump acaba de anunciar la creación de una reserva estratégica de Bitcoin, y designó como director de Inteligencia Artificial y Criptozar a David Sacks, otro multimillonario sudafricano, que además asesorará al Presidente en cuestiones de Ciencia y Técnica. Trump y Milei son dos mentirosos compulsivos, que llegan a creerse sus embustes. Pero sus países representan intereses antagónicos, y sería un error peligroso confundirlos para proyectar alguna conclusión.

 

Deshonestidades

Si hablamos de la economía, el Presidente comenzó con dos deshonestidades:

  1. Dijo que sin él la inflación hubiera llegado al 17.000% en 2024. Para alcanzar esa cifra astronómica, dio por sentado que el 25,5% del IPC de diciembre de 2023 se repetiría cada mes de 2024. La inflación no se mide anualizando la cifra del peor mes.
  2. Pero además, ese 25,5% de diciembre se debió a la megadevaluación que su gobierno dispuso a pocas horas de comenzar su mandato, del 118%. El incremento de los precios al consumidor fue inmediato y persistente. Esto a su vez redujo el poder de compra de los salarios fijos, controlados por la administración que se jacta de su liberalismo. Es lo que hicieron otros presuntos liberales, Videla/Martínez de Hoz en 1976, y Menem/Domingo Cavallo en 1989. Ambos ciclos produjeron un incremento de la deuda externa y la hiperinflación. Parece brujería que esa proyección disparatada del 17.000% sea idéntica a la que hizo Martínez de Hoz en 1976.

La comparación razonable hubiera sido con el IPC del 12,8% de noviembre de 2023, última medición que puede atribuirse a la gestión del Doctor Fernández y Sergio Tomás Massa. Pero aun ese número se debe en buena medida a la devaluación del 21,8% que el FMI le impuso a aquel gobierno en agosto, inmediatamente después de las elecciones primarias. El préstamo del FMI no fue sólo para que Macrì resultara reelecto, sino para tener bien agarrado a quienquiera gobernara la Argentina por décadas. Milei enfrenta los mismos dilemas que los Kirchner, Macrì o el doctor Fernández. Lo que varía es la reacción de cada uno.

 

Carnaval de Schembart (1590).

 

Aquella devaluación fue una de las razones que explican que a Massa no le alcanzara para imponerse en la primera vuelta. En el balotaje, el apoyo Procaz a Milei volcó el resultado en favor de los libertarios, cosa que ni ellos esperaban, pero que es perfectamente lógica, por lo que ambos representan.

Milei necesita que su tablita no se astille antes de la renovación legislativa, que insuflará aire a su jadeante gobierno. Y esto a su vez depende de que el Fondo Monetario Internacional acuda en su rescate, aumentando la deuda ya descomunal que la Argentina no puede pagar. Lo anticipó Máximo Kirchner en 2022 al negarse a aprobar el acuerdo con el organismo. Dentro de ese encadenamiento de condiciones, entre las exigencias del FMI siempre figuran tanto la devaluación como el consentimiento político y social, sin ruido ni en el Congreso ni en las calles. El diálogo de Trump con Volodimir Zelenski en el Salón Oval en el que Bill Clinton jugaba a las escondidas, debería ser materia obligatoria para gobernantes argentinos. Aquí se conocían los modos anhelantes del embajador Marc Stanley y de la generala Laura Richardson, que se derretían pensando en los recursos naturales que, confesaron, son los que el mundo necesita. Es decir, Estados Unidos. Pero el modo en que Trump exigió la entrega de los metales raros que abundan en Ucrania es para el posgrado en la materia Así es el Mundo Actual. Tómalo o déjalo.

 

Las focas apresuradas

Por eso desconcertó que la vocera del FMI, Julie Kozack, declarara que la decisión del board no depende de “una cuestión de derecho interno”. Algunas focas se adelantaron a interpretarlo como prueba de que los Hermanos Milei obtendrán los desembolsos que apetecen. Su meta ideal es de 20.000 millones de dólares, pero se conformarían con 11.000, y no harían un escándalo si solo les concedieran lo que deben pagarle al propio FMI a cada vencimiento.

 

 

En realidad, el disclaimer de Kozack desvaloriza la idea presidencial de negociar con el Fondo sin revelarle al Congreso lo que se acuerde. Esto no es lo que ocurrió en 2022 ni lo que exige la vigente Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública, de ese mismo año, que impide aumentar su monto sin permiso legislativo. Claro que Milei y Caputo alegan que la reducirán, aunque ni ellos pueden creerlo.

Es prematuro saber qué interpretación le darán a la frase de la compañera Julie (como la llamaban algunos ilusos del gobierno anterior), apoyados por los colabo legislativos, varios gobernadores, Macrì, Pichetto & adláteres. Al comenzar la semana, Milei dijo que debía cumplir con la ley, pero el jueves decidió firmar un DNU, que entra en vigencia en cuanto se publica en el Boletín Oficial y sólo puede ser derogado por los 2/3 de los presentes en cada cámara del Congreso. Kozack destacó la importancia de "un amplio apoyo político y social", pero derivó "las preguntas a las autoridades argentinas, porque es una cuestión de derecho interno".

El gobierno intenta justificar el menoscabo al Congreso, ya sea por un proyecto de ley sin los datos fundamentales, o por un decreto en las mismas condiciones. Su argumento es que no se trata de nueva deuda, sino de una refinanciación de la existente, una limpieza de los pasivos del Banco Central y un fortalecimiento de sus reservas. Pero es difícil que alguien crea que canjear una deuda intraestado por otra en la que el acreedor pase a ser nada menos que el FMI no constituye un nuevo endeudamiento externo. Es el deseo imaginario de la máquina de emitir dólares, que la Argentina ya soñó durante los años de la convertibilidad y el dicen que soy aburrido, con finales estrepitosos. Berco divulgó una frase tragicómica de un conocedor del FMI: "El que se quema con Macrì, ve un Caputo y llora". El estatuto del Fondo veda la posibilidad de utilizar sus préstamos para regular el mercado cambiario. Christine Lagarde se fastidió por la desobediencia del ministro y Macrì debió entregarle su cabeza. Tienen más paciencia ahora, considerando el insulto fácil del actual conductor de la motosierra.

Lo más claro que explicó Caputo es la urgencia que los envuelve. La conferencia de prensa de Adormi hubiera hecho las delicias del Padre Ubú.

No es más deuda— dijo.

—Pero hay que pagarla— le repreguntaron.

Claro, como toda deuda— concluyó.

 

Adormi y el padre Ubú.

 

 

 

La inflación real

Desde mediados del año 2024, el INDEC elevó al gobierno un trabajo de actualización de los ponderadores que se emplean para medir el costo de vida. El nuevo esquema aumenta la incidencia sobre el índice total de las tarifas de servicios, que estaba subvalorado respecto de su impacto en los gastos de personas y familias.

La práctica de funcionarios de gobiernos anteriores era salvaje. Bajaban los precios que se informaban controlando con culatas armados lo que el personal volcaba en sus pantallas. Medían en pocos comercios predeterminados o asignaban valores teóricos a ciertos bienes. La actual gestión, en cambio, maneja correctamente una balanza que está mal calibrada, por lo que sus registros no coinciden con la percepción de los consumidores. Esto se comprueba con las grandes caídas en la venta de carne, leche y yerba, consumos esenciales que nadie sacrifica en forma voluntaria. Al mismo tiempo, vuelve a crecer la deuda de las familias que aprovechan los Black Fridays y los Cyber Mondays para exponer sus tarjetas a las góndolas de alimentos y bebidas. Endeudarse por un asadito es descender un círculo más en el infierno y no puede terminar bien. Otro tanto para el fuerte incremento de personas que duermen en las calles y la precarización en el mercado de trabajo.

Durante los años de fuerte crecimiento a partir de la hondonada de 1998 a 2001, los mayores precios históricos de la soja y una administración estricta permitieron los superávits gemelos y una recuperación del salario que, de todos modos se detuvo cuando llegó a su mejor registro previo. El toqueteo de los precios por el INDEC y la intimidación de quienes debían registrarlos parecía no importar demasiado. Pero esa práctica viciosa deslegitimó la palabra pública, y en cuanto el ciclo económico apuntó hacia abajo, contaminó al sistema político que lo había permitido. Cada ministro de Economía, desde Roberto Lavagna hasta Amado Boudou, trataron de desembarcar al artífice de esa estafa. Pero eso recién fue posible en 2013, cuando el ministro Axel Kicillof le demostró a CFK que las cifras de comercio exterior que le presentaba la secretaría no coincidían con las reales, en diciembre de 2013. El daño ya estaba hecho, y fue una de las razones por las que Maurizio Macrì llegó a la presidencia dos años después. Por contarlo en detalle, blogueros sin principios ni valores acaban de postular mi fusilamiento, porque le hice más daño al peronismo y al país que Videla (sic).

La inflación oficial entre noviembre de 2023 y octubre de 2024 fue del 160%. Pero de haberse aplicado los ponderadores actualizados por Lavagna, hubiera sido de 20 puntos más, con un total de 180%. Aunque los funcionarios y las gestiones son diferentes, hay coincidencias. Lavagna despidió a la directora nacional de Estadísticas y Precios Analía Calero. Otro de los ardides oficiales es el cálculo de los salarios en dólares, escala en la que los trabajadores argentinos han progresado. Pero como los aumentos salariales han estado por detrás de los precios, su poder adquisitivo ha disminuido. El gobierno también se vanagloria de haber incrementado las jubilaciones y las asignaciones. Eso es cierto, y forma parte de las condiciones del FMI para impedir o atenuar el estallido, pero esa carrera comienza desde el segundo subsuelo y aun no permite ver la luz de la Planta Baja. Después de escribirlo, reparo en que no fue por casualidad. Centenares de miles de clientes de Edesur en la Capital Federal y el gran Buenos Aires llevan días sin energía eléctrica, con sensaciones térmicas superiores a los 40º, primero sin luz y cuando se prolonga, también sin agua.

 

 

El síntoma chirriante

El gobierno reaccionó con desconcierto cuando la primera firma de Manuel José García-Mansilla Baring como comisionado del Poder Ejecutivo en la Corte Suprema de Justicia fue para negarle la licencia extraordinaria como juez federal a su pretenso colega Ariel Lijo, quien pretendía conservar su asiento en Comodoro Py mientras despachaba en el cuarto piso del Palacio de Tribunales. El decreto que designó a ambos en comisión hasta la finalización del actual periodo ordinario de sesiones del Congreso tiene extensos fundamentos difíciles de rebatir, por más antipático que sea quien los adopta y la argucia que utilizó. La Constitución señala un modo específico de designación de los jueces, a propuesta del Poder Ejecutivo y con acuerdo del Senado. Y los miembros de la Corte no son empleados del gobierno. Pero sí lo son del Estado. El artículo y el inciso de la Constitución sobre el nombramiento en comisión comprende tanto a jueces como a diplomáticos y militares, que sin embargo también tienen procedimientos constitucionales de designación. La Constitución no autoriza el nombramiento en comisión, solo si la vacante se produce durante el receso. La doctrina, escrita por el hasta hoy insuperado comentarista de la Constitución Joaquín V. Gonzalez, afirma que basta con que permanezca sin cubrir durante el receso, aunque se haya producido antes.

Artículo e inciso variaron varias veces de número pero nunca de contenido. La jurisprudencia lo avala. Comienza con el primer Presidente constitucional, Justo José de Urquiza, que designó en comisión a todos los jueces de la Corte. La nómina de Presidentes que cubrieron vacantes de jueces federales con ese método no excluye a ninguna bandería política. Lo hicieron Salvador María Del Carril, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento, Nicolás Avellaneda, Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Julio Argentino Roca, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Hipólito Irigoyen, Marcelo Torcuato de Alvear, Agustín Pedro Justo, Juan Domingo Perón, José María Guido, María Estela Martínez de Perón, Raúl Alfonsín, Carlos Saúl Menem y Maurizio Macrì. Faltan, claro, los gobernantes de facto, y tres radicales, Roberto Ortiz, Arturo Frondizi y Arturo Illia.

Específicamente en la Corte Suprema, designaron comisionados los Presidentes Urquiza, Del Carril, Mitre, Avellaneda, Juárez Celman, Pellegrini, Figueroa Alcorta y Macrì. La propia Corte admitió en 1990 la designación como jueces nacionales de comisionados del Poder Ejecutivo y lo ratificó en 2016.

Lo que Macrì y Milei aprovecharon fue la reforma de 1994, que ignoró los cambios en las comunicaciones y el receso. Tanto el núcleo de coincidencias cuanto la Convención Reformadora mantuvieron el texto vigente cuando el Congreso sólo sesionaba cinco meses al año (desde el 1º de mayo hasta el 30 de septiembre). En cambio ahora, las sesiones ordinarias se extienden por nueve meses (del 1º de marzo al 30 de noviembre). Los senadores ya no viajan en galeras o sopandas que necesitaban entre uno y dos meses para llegar desde Tucumán hasta la Capital. En el siglo XX aprendieron a volar y nadie tarda más de tres horas, de modo que las sesiones extraordinarias pueden extenderse hasta pocos días antes del nuevo periodo ordinario. Así ocurrió este año y los Hermanos Milei usaron esos tres días de receso para enviar a sus comisionados a la Corte. Nadie diría que actuaron de buena fe, pero ese camino estaba bien señalizado desde hace 171 años.

En su Tratado de Derecho Constitucional, Horacio Rosatti advirtió que ese mecanismo para la designación de jueces “genera una situación de provisoriedad que no se compatibiliza con la seguridad jurídica”, dada la limitada temporalidad en el cargo. Agregó que no queda claro si el Poder Ejecutivo podría proponer otro candidato mientras dura el mandato temporal del juez en comisión, lo que indefectiblemente pone al juez designado en un lugar de precariedad para el ejercicio de sus funciones constitucionales. Con un argumento similar, García-Mansilla Baring dijo ante el Senado que no asumiría en esa condición, aunque precisó que es una potestad del Poder Ejecutivo. Es decir, se trata de un enchastre pringoso, pero no está prohibido, como muchos creíamos antes de estudiarlo. El gobierno recrimina al Senado por haber retenido ambos pliegos durante casi un año, sin aprobarlos ni rechazarlos, consecuencia de la ostensible crisis de la representación política, sin la cual no se hubiera encaramado a la presidencia un cómico de la televisión, como su ex amigo Zelenski. Tenían el número para rechazarlos, pero no lo hicieron. Estas observaciones son tan antipáticas como necesarias para enfrentar con mejores chances de éxito a un gobierno arrollador, al que no pueden dejársele resquicios para avanzar. Se trata de una generalizada degradación institucional de la que Milei es apenas el síntoma más chirriante.

 

Sorpresas te da la vida

El próximo episodio puede producirse si el Senado les niega el acuerdo a Lijo y García-Mansilla Baring, según concurrentes proyectos de UxP y del radical mutante Martín Lousteau y la Procaz pero sin exagerar Guadalupe Tagliaferri. En tal caso, Lijo seguiría en su juzgado de primera instancia, pero el gobierno entablaría un conflicto de poderes por García-Mansilla Baring. Sostiene que la designación del comisionado es atributo exclusivo del Presidente y que con prescindencia de la opinión de otros poderes, permanecerá allí hasta la conclusión del periodo ordinario de sesiones. El Senado, en cambio, afirmará que un juez cuyo acuerdo fue rechazado no puede seguir un día más en el cargo e insiste en la propuesta inicial de José Mayans: que se retiren ambos pliegos y se abra una negociación más amplia, que incluya otras vacantes, como la Procuración General, la Defensoría del Pueblo y centenares de juzgados. Es lo que sugiere la Constitución al requerir mayorías ampliadas que obligan a conversar porque nadie puede lograrlas con sus propias fuerzas. La paradoja actual es que el gobierno más débil legislativamente, embiste como si fuera un semi-remolque que no quiere ni oír de negociaciones. Sólo contempla la compra de algunas voluntades y la sumisión de otras.

Para que nadie se olvide que esto es la Argentina, en cuanto asumió su comisión, García-Mansilla Baring se unió a los otros dos jueces nombrados por decreto, Rosatti y Carlos Fernando Rosenkrantz, para rechazar la licencia extraordinaria solicitada por Ariel Lijo. Le informaron que si él también quiere ser comisionado, debe renunciar como juez. La mayúscula sorpresa del gobierno afectó sobre todo a quien lo eligió como candidato y le ofreció la comisión, Santiago Caputo, un operador hábil entre bambalinas pero cuyas limitaciones quedan cada vez más expuestas en público. El humor de quienes no lo quieren lo han reducido a un Gago del Kremlin, al que se le ve todo.

 

 

David Szauder. El Gago del Kremlin.

 

Del mismo modo se tiende a reducir el episodio a la pugna con Ricardo Lorenzetti, el patrocinador de Lijo, con cuya ayuda se ilusionaba con volver a vivir como presidente de la Corte, el pedestal al que cree tener derecho vitalicio. Esas intrigas existen, pero tan o más importante es la influencia de los intereses corporativos sobre el nuevo bloque hegemónico en la Corte. García-Mansilla Baring es un académico que preside la carrera en la Universidad Austral, del Opus Dei. Pero además, desde hace una década es director ejecutivo de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH), que integran las principales empresas del sector. En el Estudio Liendo & Asociados, atiende a una vasta cartera de clientes corporativos. Su caso es gemelo al Rosenkrantz, que fue decano de Derecho de San Andrés y tuvo entre sus clientes al Grupo Clarín, La Nación, YPF, Panamerican Energy, Claro, Arisco, Unilever, la Rural Predio Ferial de Palermo, McDonald’s, las cerveceras 3Anheuser-Busch InBev, Quilmes y Grupo Modelo, IRSA, las petroquímicas Dow y Cuyo, las empresas de medicina prepaga Total, Itoiz, Antártida, Galileo, Cruz Blanca, IMA y Buen Ayre, la minera canadiense Oromin, entre otros. En sus primeros años en la Corte se excusaba cuando el caso concernía a alguno de esos clientes, pero manipulaba el resultado influyendo en los secretarios de la Corte. Después de dos años resolvió no volver a excusarse.

En 2022, refutó la frase atribuida a Eva Perón, “donde hay una necesidad nace un derecho”. Lo que está documentado es que el 25 de julio de 1949, ante la Asamblea del Movimiento Peronista Femenino, Eva dijo que “la injusticia social fue la consecuencia inmediata de ese Estado que dice apoyarse en la libertad porque cada cual es libre para apropiarse del esfuerzo ajeno y las masas tienen la triste libertad de morirse de hambre, de miseria y de desolación. El capitalismo, que se fortaleció hasta lo infinito con el concepto liberal de una libertad que cada día tenía más características de libertinaje, vivió ajeno a la distribución humana de la riqueza”.

Rosenkrantz impugnó esa “fe populista”, porque revela “insensibilidad al costo. No puede haber un derecho detrás de cada necesidad porque no hay suficientes recursos para satisfacer todas las necesidades”. Por entonces, Milei proponía la venta de órganos.

Las nutridas impugnaciones a Lijo incluyeron cajoneo de causas, negocios que lo habrían enriquecido y bajo nivel académico, y provinieron de los grandes medios y de las asociaciones civiles que no se preocuparon por los conflictos de intereses entre los jueces de la Corte y el poder económico. Todo lo contrario.

Entre las preocupaciones de los Hermanos Milei sobresalieron en estos días las publicaciones de los principales medios internacionales de negocios, como Bloomberg, Forbes, el Wall Street Journal y también el New York Times, que despellejaron a la pareja presidencial por su asociación con conocidos delincuentes y aventureros para el lanzamiento del memecoin o shitcoin Libra. Entre quienes ridiculizaron a Milei estuvo la editorialista sobre América Latina del Wall Street Journal, Mary Anastasia O’Grady. Visitante frecuente del país, su principal referente aquí es Alberto Benegas Lynch, el padre de Bertie, quien suele ayudarla a organizar su agenda y ordenar sus ideas. Benegas Lynch ha escrito un par de libros en los que condena sin escatimar adjetivos los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura. Hace tiempo que no opina sobre la marcha del gobierno.

Milei lo citó como “nuestro gran prócer” en 2021. En enero de ese año, Mauricio Novelli y Jeremías Walsh crearon N&W, Professional Traders, un sitio web de capacitación en trading y manejo de criptoactivos. A los dos socios se sumaron como capacitadores Mijail Popov y Javier Milei. Las capacitaciones eran sólo para aprender a ser traders. Así lo explicó Milei:

 

Hace cuatro años Milei se ofrecía como capacitador en aquello que ahora dice desconocer.

 

Milei se incorporó a N&W como capacitador, pero su relación con la plataforma tomó un giro inesperado cuando en noviembre de 2021 lanzó su propia colección tokens no fungibles (NFT), titulada "La Nueva Era Liberal". Entre estos activos digitales: "Revolución Libertaria" y "Javier Milei Edición Limitada: Diputado".

El NFT "Revolución Libertaria", creado en septiembre de 2021 y alojado en la plataforma OpenSea, fue promovido como una herramienta de financiamiento para su campaña a diputado nacional. Sin embargo, a pesar de su lanzamiento, la plataforma indica que no ha generado ganancias.

Por otro lado, "Javier Milei Edición Limitada: Diputado" fue anunciado por el propio Milei en su cuenta de Instagram el 15 de noviembre de 2021, un día después de su elección como diputado nacional. En la descripción del activo, Milei aseguró que esta pieza era "única e irrepetible" y contaba con su "aval y firma". No obstante, al igual que "Revolución Libertaria", tampoco registró ingresos.

La conexión de Milei con N&W Professional Traders se mantuvo a lo largo del tiempo, con la plataforma promoviendo su imagen y ofreciendo cursos en los que participaba como instructor. Publicaciones en redes sociales y archivos de la página web confirman su relación con el sitio, a tal punto que desde N&W se promocionó el lanzamiento de sus NFT.

Un colaborador del Cohete descubrió esta semana la extensión y las características del vínculo de Milei con Mauricio Novelli, que era el intermediario entre eventuales inversores y la familia presidencial. O para decirlo con la lengua franca de Elisa Carrió, con la cajera del topo del Estado, ambos marginales según ella.

Mi conclusión provisoria es que ni el repunte de la inflación previsto para febrero y marzo, ni las actuaciones legales aquí y en Estados Unidos por la historieta del memecoin, ni la introducción de uno o dos jueces por la ventana de la Corte Suprema de Justicia, ni el decretazo tendiente a ocultar las condiciones del nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario, acelerarán en forma decisiva el reloj de Milei. Tampoco parece posible, ni deseable, un juicio político que colocara al frente del gobierno a Victoria Villarruel. La movilización popular en las calles, masiva y no por cuentagotas, no por tal o cual atropello oficial, sino por hartazgo hacia su crueldad e ignorancia y por la acentuación de su incipiente pérdida de aceptación colectiva, podrían lograrlo. La pregunta sin respuesta es cuán cerca o cuán lejos estamos de ese momento.

 

 

 

La música que escuché mientras escribía.

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 8.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 10.000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 15.000/mes al Cohete hace click aquí