Zorros en Tolhuin
Tierra del Fuego no hace nada para cancelar el proyecto del radar satelital británico
El pasado 11 de febrero se conoció que el gobierno de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur había exigido, el 2 de diciembre del año pasado. “una respuesta al Gobierno Nacional acerca de qué decisión se tomará en el caso del radar satelital instalado en esa provincia por la firma Leo Labs Limited”. Esta nueva demanda se había originado en la respuesta brindada por el jefe de Gabinete de Ministros, Guillermo Francos, quien en su Informe de Gestión 141 ante el Senado de la Nación en noviembre sostuvo que “en caso de que el Estado autorice el funcionamiento de dicho radar, se informarán tanto los responsables de controlar su funcionamiento en las jurisdicciones intervinientes, como así también se brindará un informe técnico que respalde dicha decisión”. A raíz de esto, el secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales de dicha provincia, Andrés Manuel Dachary, solicitó al director de Asuntos Satelitales, dependiente de la Secretaría de Innovación de la Jefatura de Gabinete, un pronto despacho sobre esta cuestión.
Días más tarde, el 20 de febrero, el ex ministro de Defensa, Jorge Taiana, responsabilizó al gobernador de esa provincia, Gustavo Melella, de “no haber desarmado el radar instalado por la filial británica e irlandesa de la estadounidense Leo Labs, al norte del municipio de Tolhuin”, y que “además se encargaron de ocultar el expediente a Cancillería y al Ministerio de Defensa". Agregó que “ese trámite debería haber tenido otro aval que el de Comunicaciones, pero no lo tuvo”. Explicó que dicha instalación tenía una autorización “provincial, no nacional. Es decir, la autorización de inspección de personas jurídicas, la inscripción de la empresa Leo Labs, no se hizo a nivel nacional, se hizo en Tierra del Fuego, en un trámite que fue breve. Después, la electricidad se la da la provincia de Tierra del Fuego. La fibra óptica se la da la provincia de Tierra del Fuego”. En respuesta a las palabras de Taiana, el secretario Dachary sostuvo que las afirmaciones eran “una completa mentira”.
¿Por qué Tierra del Fuego?
La provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur se ha convertido en el centro de gravedad de acciones políticas externas, internas e intermésticas, de hardpower y softpower, al menos desde principios de la segunda década del siglo XX.
En coincidencia con lo expuesto por Horacio Terribile, las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur son la llave de la estrategia británica, y agregaría que también estadounidense, para controlar el Océano Atlántico Suroccidental. Al día de la fecha, como grafica este autor, del total del territorio continental, insular, antártico, territorial y marítimo de la República Argentina, el 23% se encuentra usurpado por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (RUGB), mientras que el 36% se encuentra bajo el paraguas del Tratado Antártico y es reclamado también por el RUGB y por Chile.
Si bien el Tratado Antártico tiene una duración indefinida, el Protocolo de Madrid –que prohíbe la explotación de recursos– debe renovarse o no en el año 2048. Por ello, Estados Unidos, Canadá, RUGB, Chile y otros países han comenzado a fortalecer su presencia en el Atlántico Sur para estar en la primera fila en la disputa por los recursos naturales de dicho continente; lo cual recuerda a la emprendida, hace unos años, en el Océano Ártico.
Ahora bien, la provincia de Tierra de Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, y puntualmente la ciudad de Ushuaia, resulta estratégica para garantizar esa pole position. Tal como sostiene Matías Battaglia, si miramos “los flujos marítimos, queda claro que una sola región es la puerta de acceso: la comprendida por Tierra del Fuego”, Magallanes y nuestras islas del Atlántico Sur, usurpadas por el RUGB; (…) Ushuaia es “la ciudad con puerto más importante cercana a la Antártida”.

Asimismo, este analista destaca la relevancia que tienen el Estrecho de Magallanes, el Canal de Beagle y el Mar de Hoces para el comercio internacional.
Por otro lado, estos mismos pasos interoceánicos que constituyen una oportunidad para la Argentina son una barrera que mantiene aislado al sector oriental de la Isla Grande de Tierra de Fuego. Si bien durante la gestión de Jorge Taiana como Ministro de Defensa (2021-2023) se reestablecieron los vuelos de LADE entre Río Gallegos y Río Grande [1], la Argentina no supo o no quiso construir una infraestructura que revierta ese asilamiento geopolítico.
En definitiva, el RUGB ya tiene el control de nuestras islas en el Atlántico Sur, pero si este país junto a Estados Unidos logra tener el control de la infraestructura fueguina o impedir su desarrollo, la Argentina podría perder, de mínimo, el 36% de su territorio.
Una acción interméstica: Leo Labs Ltd.
Como hemos adelantado, la provincia está siendo sometida a acciones por parte de actores políticos externos [2] y actores domésticos, sobre todo algunos de los que quieren cambiar o afectar el Régimen de Promoción Industrial sin tener en cuenta los aspectos geopolíticos, como si estos entraran en una planilla de Excel. Pero nos interesa detenernos en el caso de acción interméstica mencionado en la introducción.
El 9 de abril de 2021, el jefe del Comando Sur, Craig Faller, visitó la ciudad de Ushuaia para manifestar su preocupación por una potencial inversión china en el puerto de Ushuaia. No fue la única visita. En abril de 2022, la jefa de ese comando, la general Laura Richardson, se reunió con actores políticos y sociales, e integrantes de las Fuerzas Armadas. Pero, sin duda, fueron más significativas las declaraciones efectuadas por esta funcionaria estadounidense en el Atlantic Council, cuando manifestó, refiriéndose a los recursos naturales de América Latina, que “tenemos (sic) el 31% del agua dulce del mundo en esta región” y que, en ese sentido, Estados Unidos tiene “mucho por hacer”.
En este contexto, la Inspección General de Justicia de Ushuaia autorizó el registro, el 4 de marzo de 2022, de las empresas Social Leolabs Limited y Leolabs Space Holdings Limited [3]. El 10 de marzo, el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, visitó la provincia y se reunió con el gobernador Gustavo Melella, el secretario Andrés Dachary y la subsecretaria de Asuntos Geopolíticos, Carolina Lavori. Tres días más tarde, la empresa anunciaba a través de Twitter que instalaría un radar en la provincia de Tierra del Fuego.
Meses más tarde, el 15 de noviembre de 2022, el subsecretario de Telecomunicaciones y Conectividad de la Nación, Mariano Lombardi, autorizó “a esta empresa para instalar y poner en funcionamiento una Estación Terrena en Banda S, así como también el uso de la órbita-espectro en donde iba a operar dicho radar para rastrear y monitorear objetos LEO (Low Earth Orbit)”, mediante la Disposición DI-2022-8-APN-DNGCUYPT#JGM.
Frente a los rumores de que se trataría de una instalación militar británica, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, solicitó a la Jefatura de Gabinete, a principios de junio de 2023, información sobre el capital accionario y actividades de la empresa. En función de esta presentación, la Subsecretaría de Comunicaciones de la Nación suspendió, ese mismo mes a través de la Disposición 14/23, la autorización que le había otorgado a Leo Labs Ltd. Pese a lo expuesto por el Ministerio de Defensa, el secretario Dachary sostuvo que “en ningún momento se presentó este proyecto con fines militares, tiene que ver con la participación de distintas instituciones del campo de la ciencia y de las comunicaciones”. Al respecto, también se pronunció el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente general Martín Paleo, quien afirmó que “la empresa Leo Labs tiene sede en California (Estados Unidos) pero está compuesta de capitales pertenecientes al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte”. Asimismo, sostuvo que dicha empresa tiene “un perfil dual (es decir civil y militar), que en la composición del directorio de Leo Labs hay ex miembros del Departamento de Defensa de los Estados Unidos y de la comunidad de inteligencia de dicho país así como también de la Real Fuerza Aérea Australiana. En efecto las 6 estaciones de radar de Leo Labs están situadas en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Portugal y Costa Rica. Los tres primeros países pertenecen al famoso acuerdo de Five Eyes que dichos Estados poseen con el RUGB y Canadá, que tiene por objetivo compartir datos de inteligencia”. Es decir, como afirmó el jefe del Estado Mayor Conjunto, y luego de explicar cómo esta instalación afectaba nuestros intereses vitales y estratégicos, la Argentina le abrió al zorro la puerta del gallinero.
A principios de agosto de 2023, un informe elaborado con “aportes brindados por INVAP S.E, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCO), la Dirección Nacional de Contralor de Material de Defensa y la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar del Ministerio de Defensa”, concluyó que debía procederse a “la cancelación y suspensión definitiva a la instalación y puesta en funcionamiento de la Estación AGSR de Leo Labs en la localidad de Tolhuin (…) reiterando que la autorización se dispuso sin que se haya consultado de manera previa al Ministerio de Defensa, ni la Cancillería Argentina”. Esta decisión fue comunicada oficialmente a la provincia por el secretario de Telecomunicaciones y Conectividad, Mariano Lombardi, el pasado 23 de septiembre de 2023.
Finalmente, la diputada nacional Agustina Propatto, de Unión por la Patria, realizó un pedido de informes en julio de 2024, donde argumenta que “la publicación Space News informó el pasado 17 de julio que Leo Labs proporcionará al Proyecto Tyche del Comando Espacial del Reino Unido un servicio de seguimiento y monitoreo del espacio. Este proyecto consta de un pequeño satélite, construido por Surrey Satellite Technology Ltd., que forma parte del proyecto ISTARI del Ministerio de Defensa del Reino Unido. ISTARI es un programa de 1.000 millones de dólares dirigido a establecer una constelación de satélites de inteligencia, vigilancia y reconocimiento de órbita baja (…) Esta información fue confirmada (…) por el CEO de la empresa, Tony Frazier, que anunció que Leo Labs se enorgullecía en apoyar al Comando Espacial del Reino Unido y al ministerio de Defensa del Reino Unido en este importante paso hacia el desarrollo de la primera constelación de satélites del Reino Unido en órbita terrestre baja, destinado a realizar inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Esperamos actuar como un socio de misión fundamental para el Reino Unido y sus aliados en esta y futuras misiones, permitiendo la seguridad y protección continuas del espacio”.
Pese a todo lo expuesto, el gobierno de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur no ha tomado hasta la fecha ninguna medida concreta para cancelar dicho proyecto. Si bien la provincia sigue requiriéndole al gobierno de Javier Milei que indique cuál es el criterio a seguir, esto es un sinsentido en tanto que son conocidas públicamente las posiciones en materia de política exterior. Si el gobierno provincial se excedió en sus incumbencias al inscribir en la Inspección General de Justicia a la empresa, es la que debe ejecutar lo dispuesto por el Estado Nacional el 20 de septiembre y afrontar las consecuencias.
No sos vos, soy yo
Luego de un intento de asalto a un banco y la posterior toma de rehenes en 1973, el psiquiatra Nils Bejerot acuñó el término “síndrome de Estocolmo”, a raíz de las siguientes declaraciones de una de las secuestradas en relación a su secuestrador: “Confió plenamente en él, viajaría por todo el mundo con él”.
Como señalábamos hace unas semanas, no solo hay que cargar las tintas sobre los militares, que avalan y promocionan el alineamiento con Estados Unidos, como hizo el actual jefe del Estado mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Xavier Isaac, al defender la compra del F-16. Aunque actores políticos y sociales de la Argentina, aun en nuestro profundo sur, pronuncien palabras que suenen muy bonitas, avalan en los actos el alineamiento de la actual política exterior.
Habiendo Estados Unidos atacado nuestras Islas Malvinas en 1831, apoyado a Gran Bretaña en 1982, habiéndose impreso miles de títulos con supuestos apoyos de ese país a la política económica de Menem, De la Rúa y otros, resulta increíble que nos sigamos abrazando o inclinando a nuestro secuestrador. No son solo Estados Unidos y el Reino Unido de Gran Bretaña, también somos nosotros.
[1] Este vuelo dejó de operar en septiembre de 2024. Ver aquí.
[2] Ver también Clarín, Zona Militar, Red Global y Perfil.
[3]Salvo cuando se indique, la fuente es Moreno Calderón, Luciano (2023). Crónica de un radar británico en Tierra del Fuego. Ushuaia: Pal´Sur. Disponible aquí.
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