Magnicidio y simpatía por el diablo

La música que escuché mientras escribía

 

En su insultante pulla contra Lali Espósito, el Presidente Javier Milei dijo que no la escuchaba porque prefería otra música. Mencionó la ópera Un baile de máscaras y a los Rolling Stones. Verdi comenzó a componer la música de Un ballo in maschera en 1857. Su título originario era Gustavo III, y representaba el asesinato del Rey de Suecia en 1792 durante un baile de disfraces. Nápoles que la había encargado la prohibió, por considerarla parte de la lucha por la independencia italiana de la escuela austríaca. Perdón, del imperio austríaco.

Luego de muchos cambios y negociaciones, incluyendo el título, que pasó a ser La vendetta, estuvo lista para su estreno  en enero de 1858. Pero en ese momento se produjo un intento de asesinato en París del emperador Napoleón III, por parte de varios italianos. Los censores napolitanos volvieron a prohibirla. Recién pudo estrenarse en Roma al año siguiente, ya con su título actual, pero luego de una completa modificación del escenario y de los personajes. En vez del Rey Gustavo III, el protagonista pasó a ser el gobernador de la colonia británica de Boston, el conde Warwick.

Aquí podés ver y escuchar la versión cantada por Luciano Pavarotti, en  la puesta en escena de la Ópera de San Francisco,  en el Teatro Municipal de Bolonia, en febrero de 1989.

 

En mayo de 1969, un año antes de que el actual Presidente argentino naciera, el director de cine Jean-Luc Godard estrenó en París la película Uno más uno, que luego pasó a llamarse Simpatía por el diablo, el nombre del tema que los Rolling Stones ensayan durante la filmación. Un año después del alzamiento juvenil de mayo de 1968, la película exaltaba la contracultura occidental. El poster de lanzamiento, que ilustra esta nota, explica el fastidiado comentario que le dedicó Andrew Hussey en The Guardian: "Una serie de piezas fijas, un guiso incoherente de situacionismo y otras cosas de los sesenta. Los Panteras Negras ejecutan a vírgenes blancas; un librero lee en voz alta fragmentos de Mein Kampf a hippies maoístas; en la escena final, el cadáver ensangrentado de una guerrillera urbana es elevado al son de la banda sonora de los Stones mientras el propio Godard corre de un lado a otro como un Jacques Tati demente ondeando banderas rojas y negras".

 

 

Más tarde, el mismo crítico reevaluó su juicio.  La postura política de Godard es una tontería, pero la película es "una gran obra: una instantánea de un mundo lejano y perdido donde la música rock sigue siendo una fuerza redentora y revolucionaria", escribió. Ya le parecía "a la vez ridícula y sublime, una poderosa cristalización de un momento en el tiempo en el que todo el mundo occidental parecía dispuesto a abrirse y lanzar algo extraño y nuevo". Godard dijo que se proponía "subvertir, arruinar y destruir todos los valores civilizados". Pero no tuvo mucho éxito.

Un par de años antes, en 1966, Godard había filmado a Marianne Faithful (que acaba de morir, a sus 78 años) cantando a capella el primer gran tema de Mick Jagger, As Tears Go by (que quiere decir las lágrimas pasan) comienzo de una relación volcánica. Aún no había cumplido los veinte años.

 

Lo que podés ver aquí es el ensayo de los Stones filmado por Godard.

 

 

Si la próxima vez que lo entrevisten, El Pelado de Crónica o Jony Goldfarb le preguntaran si conocía esta historia, es casi seguro que Milei respondería que sí, porque no hay nada que ignore, salvo algunas cuestiones básicas de la economía.

 

 

 

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