Política o negocios

En el Conurbano, el peronismo dialoguista habla del precio a vender sus terrenos a los anti K

 

Un reciente negocio inmobiliario revela lo difuso de la relación entre peronismo y antiperonismo en el Conurbano, en lo que constituye sólo un ejemplo de lo que sucede en otros niveles del país, como el caso del senador descubierto con más de un quinto de millón de dólares.

En Berazategui, esta semana, se constataron episodios que permiten una lectura muy diferente de la que construyen los grandes medios. Por un lado, el fin de semana pasado Máximo Kirchner visitó el distrito para la inauguración de un local, acto al que no fue invitado el sempiterno jefe comunal Juan José Mussi. Por el otro, este viernes, su bloque de concejales motorizaba un negocio que beneficia al clan Caputo.

La familia Caputo maneja los negocios de Mauricio Macri y Javier Milei y está sindicado como el origen del dinero para comprar las mesitas de luz en la carpintería de quien integraba la banda de “los Copitos” que quisieron matar a Cristina Fernández de Kirchner.

Los entendimientos entre los Caputo y los justicialistas de Berazategui han sido denunciados desde hace un lustro, la novedad es un negocio inmobiliario con la aprobación del Deliberante este viernes.

 

 

¿Qué Caputo?

La familia Caputo es muy amplia. El más influyente de ellos es Nicolás, “Nicky”, socio de Mauricio Macri, amigos desde que compartieron la escuela. Su primo es Luis Andrés “Toto”, ex presidente del Banco Central y ministro de Economía de la Nación con Macri​ y con Milei. Sobrino segundo de ambos es Santiago Luis, asesor presidencial.

Otros primos de Nicky y Toto son Hugo y Flavio, quienes fundaron Caputo Hnos. S. A., dedicada a desarrollos inmobiliarios como edificios o barrios privados. Admiten haber aportado a la campaña del PRO, según datos del libro de Esteban Rafele y Noelia Barral Grigera, El Otro yo (Planeta, 2017, p. 214).

Flavio y Hugo son los representantes legales de Pueblos del Plata, como consta en los expedientes presentados ante la Municipalidad de Berazategui. Los hermanos socios son Rosario, Marina, Florentina y Bautista Luis Caputo Castex.

El mayor, Bautista, vecino de Boulogne, egresado del St. Andrew’s Scots School como bachiller en Administración de Negocios, cofundó Chef Patisserie (2017) mientas estudiaba en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), de donde salió en 2020.

La menor, Rosario, también cursante en la Escuela de Administración y Negocios del St. Andrew’s, presentó una tesis más “idealista”: sustituir las bolsas de plástico en las principales cadenas de supermercados a través del “sponsoreo” de nuevas bolsas. Luego hizo marketing para Uber en Madrid y, desde hace tres años, en Inco Desarrollos Inmobiliarios, para no desentonar con la familia.

Todos son socios del emprendimiento que incluye a los inmuebles de los fideicomisos Villalobos, Magallanes, Sebastián Gaboto y El Cano.

 

 

Plan canje

Los primos de los Caputo comprarán un kilómetro de calle a bajo precio y a cambio de la cesión de un par de terrenos.

La operación consta en dos despachos de Comisiones del Concejo Deliberante al que tuvo acceso este medio; lleva las firmas de ediles que responden al intendente justicialista Juan J. Mussi.

El despacho 14 de la Comisión de Obras y Servicios Públicos contempla aceptar la cesión de Caputo Hnos. de un par de superficies por 37.014,80 m² y 24.466,50 m² como reserva para equipamiento comunitario.

El despacho 22 de la Comisión de Presupuesto refiere a la compra de la calle por parte de Hugo Luis Pascual Caputo, representante del Fideicomiso Pueblos del Plata, en Hudson, Berazategui. “Se trata de una prolongación de calle sin apertura y sin uso” actual; sería la 184 entre 55 y 63, perpendicular al camino hacia la costa.

La venta se hará sobre la tasación del Banco Provincia: 285 millones de pesos por una superficie de 25.868,25 m². O sea, once millones por hectárea.

Los precios de propiedades en la zona pueden consultarse en la red, donde rondan los 100.000 dólares.

 

Captura de pantalla.

 

 

La indignación por este “diezmo” motivó un amplio rechazo difundido en la prensa independiente que incluyó voces tanto de parte de la oposición política como de entidades ambientalistas que convocaron a una movilización ciudadana sobre el Municipio, habida cuenta de que los votos de 15 sobre 24 concejales otorgan una mayoría automática al mussismo y torna estériles los debates en el Deliberante.

Hay antecedentes. Como ya se relatara aquí, la administración Mussi era coimeada por los empresarios que promovían desarrollos inmobiliarios en las grandes extensiones de campo que tiene el último anillo del Conurbano limítrofe con la capital bonaerense. Tal fue la admisión autoinculpatoria de uno de sus protagonistas: el presidente del Deliberante, Ruben Aicardi, quien en 2005 le dijo a este periodista (y ratificó en sede judicial en la causa 256.522) que los “emprendedores” le habían pagado más de 100.000 dólares cada uno para “agilizar” la sanción de las ordenanzas que permitieran hacer negocios, dinero que se repartía a medias entre el entonces ministro duhaldista y la totalidad de ediles que daban su aprobación (varios de ellos, “opositores” a los que el mussismo les financiaba sus internas partidarias, como sigue ocurriendo).

Con el avance de la tecnología, la ciudadanía pudo cotejar en Internet los documentos que lo permitieron, pero tal posibilidad se vio obliterada en los casos más sensibles: las ordenanzas 4807/13 para Pueblos del Plata, y la 4933/13 para Crystal Lagoons, resultan “objeto no localizado” en donde deberían estar.

Según un estudio, el Centro de Investigaciones Urbanas y Territoriales, “en el eje metropolitano norte se verifican las mayores transgresiones al ordenamiento territorial; Berazategui replica ese escenario en el eje metropolitano sur”.

La movilización popular contra estos atropellos acorraló a Mussi al punto de justificarse en que eran cosas de su hijo, el intendente Patricio. Sin embargo, Mussi padre era el presidente del Deliberante que votaba tales emprendimientos. Mussi había sido ministro de Salud y Ambiente entre 1994-2002; fue secretario de Ambiente de la Nación de 2010 a 2013; diputado provincial desde entonces, periodo en el que fue titular de la Comisión de Ecología; hasta que en 2017 pasó a presidir el Deliberante. Dos años después, regresó a la Intendencia. Tras su asunción, en diciembre de 2019, prometió en su discurso que detendría las obras en Hudson que perjudicaban el ecosistema al punto de inundar barrios humildes donde el agua no podía escurrir bien debido a la ocupación de los humedales. Mussi renovó su mandato en 2023, oportunidad en la que fustigó a los ambientalistas que “se oponen a todo”. En ningún periodo cumplió aquella promesa.

 

 

¿Kirchnerista?

La oposición política mete a todos en la misma bolsa, de acuerdo a su comprensible lógica electoralista. Sin embargo, los lectores exigentes aspiran a una lectura más precisa.

Con el ascenso del kirchnerismo, hace dos décadas, los Mussi jugaron en contra de Cristina Fernández, cuando en 2005 Patricio fue primer candidato local de la lista que la enfrentaba con Hilda “Chiche” Duhalde. En el municipio que administran desde 1987 les cerraron las puertas en tres locales que el Frente para la Victoria había señado para realizar un acto con la entonces primera dama. Para futuros acuerdos en pos de confeccionar la lista de diputados, Mussi era uno de los tres negociadores duhaldistas.

En el reciente conato de interna en el PJ, la pretendida lista de Ricardo Quintela incluía entre sus candidatas a Salomé Pereyra, actual concejala mussista.

 

Mussi y Salomé (1995). Archivo La Guillotina.

 

“Salo” Pereyra había pasado de empleada municipal a concejala por primera vez en la década del ‘90, es de las pocas mussistas beneficiadas con dos periodos legislativos.

Su distrito, junto con la Avellaneda de Jorge Ferraresi, fueron los dos primeros en que sus Deliberantes apoyaron la candidatura de Ariel Lijo para la lejana Corte Suprema de la Nación.

Ferraresi viene de romper los bloques peronistas de Quilmes y Lanús, con intendencias kirchneristas. No es el caso de Berazategui, donde se mantienen unidos, en línea con los llamados de Mussi a la unidad.

Sin embargo, Máximo Kirchner no come de ese anzuelo. Así quedó evidenciado en su visita al distrito cuando no pasó desapercibido que el presidente del PJ provincial no invitara al titular del PJ local.

Tampoco en Esteban Echeverría, donde Máximo se abstuvo de invitar al intendente Fernando Gray, un caso más comprensible por tratarse –hace años– del único jefe comunal en rechazar que un Kirchner presidiera el justicialismo.

El discurso del líder camporista en Berazategui apuntó contra los modelos de negocios, como el de las Cámaras que apoyan un proyecto de “ficha limpia”, cuando sus empresarios tienen “balances sucios”. Esa es la dicotomía entre quienes aspiran a usar las herramientas partidarias y estatales ya para beneficiar al pueblo, ya para beneficiarse del comercio de los bienes del pueblo. En síntesis: política o negocios.

 

 

 

 

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