El Pueblo no lo mira por tevé

Historia de un despojo futbolístico, en el país campeón del mundo

 

Finalmente sucedió. La espléndida victoria frente a Chile y la discutida derrota con Colombia fueron los primeros partidos de la selección en eliminatorias mundialistas que, tras varias décadas, no llegaron a los hogares que sólo acceden a la Televisión Pública. La Scaloneta campeona del mundo completó un tercio de su recorrido hacia la reválida en 2026 contando entre los ausentes a Lionel Messi, Ángel di María y millones de hinchas anónimos a los que las publicidades comerciales celebran como igualmente artífices del logro.

No es novedad que los despojos de los bienes culturales suelen correr parejos con los arrebatos de otros más críticos, como la salud, la educación o la alimentación. Los campeones de América y del mundo tienen, por disposición gubernamental, hinchas de primera y de segunda.

Incumpliendo dos leyes, el gobierno de Javier Milei perjudicó en particular al interior del Interior, porque los grandes centros urbanos cuentan con repetidoras de aire de Telefé, que sí transmitió los partidos. En cambio, las porciones del territorio más despobladas únicamente accedían gratuitamente al fútbol de Messi a través de las 200 repetidoras analógicas, 90 estaciones digitales y nueve unidades transportables de la TVP. Es una consecuencia del reparto de la privatización menemista, que aseguró que la entonces ATC no disputara los grandes aglomerados con Telefé y Artear, capitales a los que no interesó la cobertura del vasto interior profundo.

Luego de la ausencia de la TVP en la emisión de los partidos ante Chile y Colombia, dos proyectos ingresaron al Congreso, por cada una de sus Cámaras: el diputado Eduardo Valdés reclamó que se requiera al Ejecutivo que en forma urgente garantice las transmisiones, mientras que la senadora María Carolina Moisés propuso declarar la preocupación de la Cámara Alta por los incumplimientos.

 

La selva sin ley

La ausencia de la Scaloneta en la pantalla de la TVP ya se había producido durante el gobierno de Alberto Fernández, cuando el canal estatal no transmitió el amistoso frente a Estonia en que por primera vez Messi hizo cinco goles ni la Finalissima intercontinental ante Italia, en que el equipo albiceleste anticipó el logro que alcanzaría en Qatar.

Como informó entonces El Cohete, ninguno de los dos partidos estaba comprendido dentro de los que la ley 25.342 obliga a llevar a todo el territorio nacional. Sancionada por el Congreso bajo la presidencia de Fernando de la Rúa, en octubre de 2000, esa ley involucra a los encuentros de la escuadra albiceleste en los Mundiales, cada edición de la Copa América y los Juegos Olímpicos.

La obligación legal fue desoída por el actual gobierno al no disponer los cotejos frente a Chile y Colombia en la señal estatal, dado que la instancia de eliminatorias forma parte de campeonatos ecuménicos en que lo habitualmente conocido como Mundial es oficialmente su fase final.

Bajo la presidencia de Fernández, en cambio, se emitieron todos los partidos comprendidos en la legislación próxima a cumplir un cuarto de siglo. Sin embargo, no se dio equivalente cumplimiento a otra más joven, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) sancionada en 2009. Al no aplicarse plenamente aquellos trozos que sobrevivieron a la poda de Mauricio Macri, el acceso de la población al derecho de ver a su representativo de fútbol mayor masculino fue precario en cuanto a su andamiaje normativo de base.

Los recortes y reformulaciones que Macri imprimió por decretazo no eliminaron de la LSCA el instrumento de la declaración de evento “de interés relevante” o “de trascendente interés público” a ser incluidos en televisación para todo el territorio a partir de una lista que debe ser elaborada anualmente. La responsabilidad primaria es de un Consejo Federal al que el DNU 267/2015 del macrismo cambió la composición, favoreciendo el peso de los privados, pero sin variar esa función.

Tras la modificación, el Consejo nunca volvió a constituirse, ni durante el gobierno de Macri ni con su sucesor. Por eso el último listado de eventos de interés relevante que oficializó el organismo está fechado en diciembre de 2015 y detalla la agenda del año siguiente. Sucesivas disposiciones derivaron las responsabilidades hasta anclar en la Jefatura de Gabinete, que en el último año de la presidencia de Fernández confeccionó un listado que incluía los encuentros contra Panamá y Curazao, en que la Selección estrenó el título mundial en el país, y “todo partido amistoso nacional e internacional” que disputase en 2023. No sucedió lo mismo para el año siguiente.

Como advirtió la Coalición por una Comunicación Democrática en julio de 2022, avanzado ya el gobierno de Fernández, durante su presidencia “la agenda en pos de una comunicación más democrática ha quedado empequeñecida o rezagada entre las prioridades políticas”.

 

Victorias y cachetazos

Pocos meses después, la TVP se anotó un logro relevante: la emisión de 32 partidos del Mundial de Qatar, incluyendo el inaugural y los siete que el combinado argentino volvió a jugar después de ocho años. La medición de audiencia rozó los 40 puntos en la final y estuvo cerca de doblar los obtenidos por la señal de cable TyC Sports, que también puso en pantalla el desenlace del Mundial. Ningún encuentro de la Selección bajó de los 30 puntos de encendido y en todos el canal público prevaleció sobre el privado, con quien se distribuyó el resto del fixture. Las imágenes llegaron incluso a los 313 tripulantes del rompehielos Almirante Irízar.

Esos datos de encendido fueron incluidos por Radio Televisión Argentina Sociedad del Estado en un informe que también incluyó el detalle de los montos de inversión y los ingresos por venta de publicidad. De acuerdo a ese documento, la inversión –aprobada por unanimidad por el directorio integrado por el Frente de Todos, el radicalismo y el PRO– sumó:

  • 8 millones de dólares por los derechos de emisión de 32 partidos, una cifra similar a la desembolsada cuatro años antes para Rusia 2018; y
  • otros 2.247.274,99 en la producción integral.

En materia de ingresos publicitarios, otro informe oficial especifica que

  • medida en dólares, trepó a casi 12 millones, contra poco más de 5 de Rusia 2018;
  • la cantidad de anunciantes del sector público se incrementó de cuatro a nueve, pero aun así no superó el 12% del total y poco más que ese porcentual en la cantidad de segundos sobre el total de los vendidos; y
  • el número de anunciantes privados pasó de 50 a 67, incluyendo al principal servicio de cadetería, aerolíneas, empresas alimenticias y de comunicación, automotrices, entre otras.

La comparación con Rusia 2018 debe tener en cuenta que, en esa oportunidad, el equipo argentino quedó eliminado en octavos de final y en consecuencia disputó poco más de la mitad del tiempo previsto para el certamen.

Más allá de eso, el balance de la TVP tras el Mundial de Qatar demuestra que incluso en la fría materia económica resulta posible hacer rentable una transmisión que asegure el acceso del conjunto de la población. El argumento del déficit perece ante una realidad que confirma que los privados que pugnan por los derechos televisivos del fútbol no son filántropos que apuesten a pérdida.

Más verosímil que eso resulta la hipótesis de que, anunciada la intención de privatizar la ex ATC, se pretenda previamente reducir su valor. La enajenación del canal oficial no pudo ser conseguida por Carlos Menem, incluso cuando entonces la señal no contaba con la robustez de que la dotaron luego los años kirchneristas. Mientras tanto, para alborozo de los privados, la TVP ha renunciado a competir por la audiencia y las telenovelas extranjeras desprestigian su pantalla sin generar trabajo local.

El despojo de ese capital público coincide con el de los bienes culturales de que se ven ya alejados millones de habitantes, mientras la ministra Patricia Bullrich persigue a jóvenes hackers que desde la web piratean las transmisiones. El cachetazo que sacó de miles de hogares a la selección concentró menos atención que el del Dibu Martínez a la cámara tras la derrota con Colombia, pero tuvo –y amenaza seguir produciendo– efectos mucho más nocivos.

 

 

--------------------------------

Para suscribirte con $ 1000/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 2500/mes al Cohete hace click aquí

Para suscribirte con $ 5000/mes al Cohete hace click aquí