Olímpicos

Entre los boicots de los ricos y la emoción de los más pobres, ¿qué dejan los Juegos?

 

Los Juegos Olímpicos de París 2024 son los primeros post pandemia. Desde Buenos Aires, los más cercanos fueron los de Río de Janeiro 2016, aunque en 2018 tuvieron lugar aquí los de la Juventud, con los que el empresario Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino, apuntaba a candidatear a Buenos Aires como sede para 2032, como adelantara Gabriela Massuh en Una fiesta inútil - El Cohete. Para ello habilitaron negocios inmobiliarios descriptos hace un año por Eva Koutsovitis y Jonatan Baldiviezo.

En aquel 2016, también se disputaron los Juegos de Invierno donde, por casos de dopaje, Rusia fue suspendida para los JJOO de Tokio, postergados por la pandemia hasta 2021. Allí, aunque no se permitió ni pabellón ni himno rusos, sus 335 atletas se camuflaron bajo el manto de un Comité Olímpico Ruso, lo que hizo reír a nuestro columnista Felipe Bonacina (Tocate una de Tchaikovsky - El Cohete).

Su readmisión fue propiciada en enero del año pasado por el Comité Olímpico Internacional (COI), pero el Comité Olímpico Ucraniano blandió la posibilidad de no ir, a la que se sumaron 35 países, entre ellos Estados Unidos, máxima potencia deportiva. Recién a fin de año, informaron a rusos y bielorrusos que podrían ir siempre que no apoyasen la invasión de Ucrania, ni revistaran como soldados, ni llevasen banderas, ni compitieran en equipos. Sólo 15 pasaron esos filtros.

Otro aliado de Estados Unidos que superó los pedidos de exclusión fue Israel, tras las masacres en Gaza que incluyeron la destrucción de la oficina del Comité Olímpico Palestino y la muerte de su entrenador de fútbol.​ Por eso la bandera israelí fue abucheada, en cuanto apareció por el río Sena, y silbado su himno en el partido de fútbol, manifestaciones silenciadas por la televisión.

(Fuera de los JJOO, en el País Vasco, ciclistas israelíes fueron recibidos con banderas palestinas.)

Hay boicots desde 1936, cuando los JJOO se disputaron en Alemania, aunque los nazis negociaron con el Comité de Estados Unidos, que asistió, pero bloqueó la participación de judíos, antes de ser testigos de la grata bofetada a la “superioridad aria” que les propinara Jesse Owens, el afrodescendiente que se alzó con cuatro oros, récords olímpicos y el gesto amistoso más recordado de tales encuentros universales.

La enorme significancia de aquellas proezas puede escapársele a las nuevas generaciones de lectores, pero no a las de los atletas. París fue testigo de esas continuidades cuando jugadores de tenis de mesa coreanos se fotografiaron juntos en el podio que premiaba al Norte y al Sur con plata y bronce.

Ya en Seúl 1988, Corea del Norte había presionado para realizar una edición conjunta, pero el COI planteó que debían abrir la frontera intercoreana. El Norte optó por el boicot, al que adhirieron Albania, Etiopía, Cuba y Nicaragua.

 

Corea del Norte y Corea del Sur.

 

 

Odiosos

Muhammad Abdallah Kounta fue suspendido por haber posteado incitaciones al odio, que la ministra de Deportes calificó de “tan chocantes como inadmisibles”, en especial hacia Israel.

Kounta borró sus mensajes. “Estoy contra los genocidios y cualquier racismo o injusticia”, se disculpó a medias.

La Federación Francesa de Atletismo no se pronunció sobre el caso, sino sobre “declaraciones de deportistas”, en referencia a mensajes homófobos publicados hace diez años por Hugo Hay, competidor en París 2024. “(FFA) condena que los atletas hayan aprovechado la fiesta olímpica para exponer sus ideas, algunas de las cuales constituyen un delito”.

 

 

 

A lavar los platos

Aunque hay menos, aún se cuelan mensajes retrógrados, como el de una comentarista de TyC Sports (“rumana por donde se la mire”, dijo de una rubia) o el del británico Bob Ballard: “Sabes cómo son las mujeres... mirando a su alrededor y maquillándose”; fue retirado de la retransmisión de Eurostar.

Contra los prejuiciosos, se presentaron seis científicas:

  • Adriana Ruano Oliva (Guatemala) nutrióloga, medalla de oro en tiro al plato.
  • Gabrielle Thomas (Estados Unidos), neurocientífica, cursa una maestría en epidemiología; ganó tres oros como velocista.
  • Anna Kiesenhofer​ (Austria), doctora en matemáticas, triatleta, duatleta y ciclista; tiene un oro de Tokio.
  • Bryony Page (Reino Unido), bióloga y gimnasta de trampolín, se llevó un oro.
  • Charlotte Hym (Francia), hace skateboarding; su tesis aborda el impacto de la voz materna en el neurodesarrollo de recién nacidos.
  • Louise Shanahan (Irlanda), física cuántica, investiga nanocristales de diamante para medir propiedades de células.

Más difícil fue contrarrestar la campaña contra la boxeadora Imane Khelif, a quien trataron de hombre, y a media docena más de atletas a quienes criticaban por sus cuerpos. Siete deportistas de élite que tuvieron que justificar, explicar o defender por qué su cuerpo es como es (msn.com)

LGBTQ

Según el sitio Outsports, las personas declaradas homosexuales sumaron más medallas que en ediciones anteriores y, de haber conformado un equipo, habrían terminado en 7° lugar con 43 (Japón ganó 45). El “Equipo LGBTQ”, como los denominó, quedó por delante de los países que criminalizan la homosexualidad. Brasil fue la delegación del continente con más LGBTQ.

 

Latinoamérica

El subcontinente vio alterados sus rendimientos debido a cuestiones políticas, según algunos analistas.

Por caso, México viene de una interna entre la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte versus la Federación Mexicana de Natación por irregularidades en el manejo de fondos, lo que afectó a los deportes acuáticos, si bien obtuvieron plata y bronce para Osmar Olvera y Juan Celaya.

Su representativo de natación artística fue desmerecido por Ana Guevara, titular de la CONADE, que les retiró la beca, las llamó “deudoras” y sostuvo que “le daba igual si vendían tupperware o calzones”. Salieron a vender de todo para conseguir fondos. Tras 28 años de ausencia, cautivaron a París y quedaron séptimas.

 

 

Al menos la gimnasta mexicana Alexa Moreno recibió una sorpresa: Barbie lanzó una muñeca inspirada en ella.

Venezuela, objeto de sanciones económicas, no rindió como en Tokio cuando conquistaran cuatro medallas, además de no contar con Yulimar Rojas, la lesionada campeona olímpica en Triple salto.

De 20 países hispanoamericanos, 12 ganaron medallas. Aunque si se consideran todos los Estados al sur del río Bravo, éste es el orden del tablero de 206 naciones (Fuente: Conteo de medallas - olympics.com)

20° Brasil: 3; 7 y 10

32° Cuba: 2; 1 y 6

49° Ecuador: 1; 2 y 2

52° Argentina: 1; 1 y 1

55° Chile: 1 y 1

55° Santa Lucía: 1 y 1

59° República Dominicana: 1; 0 y 2

60° Guatemala: 1; 0 y 1

62° Dominica (Antillas): 1 oro

65° México: 0; 3 y 2

66° Colombia: 0; 3 y 1

74° Panamá: 1 plata

80° Granada (Antillas): 2 bronces

80° Puerto Rico: 2 bronces

84° Perú: 1 bronce

 

Rebecca Andrade, reverenciada por la mejor del mundo.

 

Las tres medallas de oro para Brasil fueron mérito de mujeres: en Gimnasia Artística, Rebeca Andrade, quien además ganó dos de plata; en Judo, Beatriz Souza; en Voley de playa, Ana Patricia y Duda. Andrade, criada en una favela, se convirtió en la máxima atleta del país e inspira a miles de nenas que buscan salir de la pobreza.

 

El surfista brasileño Gabriel Medina, por Jerome Brouillet.

 

Los oros para Cuba los trajeron Erislandy Alvarez Borges (boxeo) y el mejor luchador clásico de la historia, Mijaín López, primero en ganar dorados olímpicos en cinco justas consecutivas, luego de lo cual ofrendó sus botines a la lona en anuncio de su retiro.

 

Mijaín López se retiró tras su quinto oro consecutivo.

 

El oro de Ecuador fue para Brian Pintado por su marcha de 20 km. Con el bronce en halterofilia, Neisi Dajomes se consagró la primera doble medallista de su país.

El de Argentina lo trajo un cordobés en bicicleta, José Torres Gil, ya famoso como “Maligno”, rey del Ciclismo BMX freestyle. El país ganó plata en Vela con Majdalani/Bosco y bronce en Hockey sobre césped. Además, Diana Taurasi declaró: “Siempre llevo abajo la camisa de Argentina; gano esta medalla por los dos países”, tras lograr su sexto oro en seis olimpíadas –récord– al arrebatarle a Francia la final (67-66). Otro argentino, Julio Velasco, compartió el oro del equipo de vóley femenino que entrenó para Italia.

Para Chile lo ganó Francisca Crovetto Chadid en Tiro al plato.

Julien Alfred dio su primera medalla olímpica a Santa Lucía, una isla con 180.000 habitantes.

Marileidy Paulino, en los 400 metros, se convirtió en la primera dominicana dorada.

Adriana Ruano halló en el foso olímpico oro para Guatemala, por primera vez, y fijó un récord olímpico en su especialidad de tiro.

De la inhallable isla antillana de Dominica salió Thea LaFond, capaz de un Triple salto dorado.

Salvo los de Cuba, Ecuador y Argentina, todas son mujeres.

Una ganadora del oro en Tokio, Camacho-Quinn, con su nuevo bronce se convirtió en la primera deportista de Puerto Rico en ambos sexos con dos medallas.

Detrás de cada quién hay historias, como la del colombiano Jeison “Gokú” López, que se la rebuscaba vendiendo dulces en las calles, sin poder competir por cuatro años debido a la sanción que siguió a una polémica por dopaje. De nuevo en carrera, con las pesas, levantó una medalla de plata.

No obstante, la pobreza no es exclusividad del subcontinente.

 

Si halla miseria, que no se note

Neeraj Chopra (India) y Arshad Nadeem (Pakistán) venían de competir por quién lanzaba más lejos la jabalina. El pakistaní entrenó ocho años con la misma, hasta que ya no pudo repararla; sin apoyo de la Federación, inició una colecta en mayo; la mayor ayuda la recibió de su rival.

Dos meses después, el favorito Chopra, ganador del oro en Tokio 2021; rompió su marca en París… pero fue superado ante el récord alcanzado por el competidor al que ayudó, un sorprendido pakistaní que lloró de rodillas en la pista su único oro y el primer campeonato olímpico en atletismo conseguido para su país.

 

Naciones en conflicto, hermanadas en las pistas.

 

 

Nadie es profeta en su tierra

El Equipo Olímpico de Refugiados por causas políticas se conformó en pos de generar conciencia. Debutó en Río 2016 con diez atletas; a Tokio fueron 29 y, en París, participaron 36 de once países (quince, iraníes). Entre ellos, el venezolano Edilio Francisco Centeno Nieves (refugiado en México) practicante de Tiro, y los cubanos Fernando Dayan Jorge Enríquez (en Estados Unidos) para Piragüismo en esprint (remo conjunto en un kayak o canoa) y Ramiro Mora Romero (en Gran Bretaña) para Halterofilia (pesas).

El sudanés Jamal Abdelmaji Eisa Mohammed cruzó durante tres días a pie el desierto desde Egipto hasta Israel, donde obtuvo protección como refugiado. En París, llegó a encabezar su maratón, lo que para este sufrido pintor de casas era todo un logro.

Quien sí ganó fue Cindy Ngamba, la primera refugiada en alcanzar una medalla, la de bronce en boxeo, luego de ser desplazada por Atheyna Bylon, de Panamá.

 

 

Otros casos, menos forzados, son igual de conmovedores.

Como el de Winfred Yavi, quien entre los 14 y los 16 años intentó entrar al equipo de Kenia, pero quedaba tercera o cuarta cuando sólo elegían a dos. A los 20, aceptó competir por Bahréin. A los 24, corrió 3000 metros con obstáculos y le pasó por encima a sus compatriotas. Con 8:52’67’’, no sólo se llevó el oro, estableció un récord olímpico.

 

Yavi, la alegría no es sólo brasileña.

 

Sifan Hassan, nacida en Etiopía hace 31 años, fue puesta por su madre en un avión, a los 15, como refugiada hacia Amsterdam. Con pasaporte de Países Bajos, ganó competencias mundiales: terminó quinta en Río y sacó dos oros y un bronce de Tokio.

En París, llegó tercera en 5.000 y 10.000 metros el viernes a la noche, por lo que le quedaban 35 horas de recuperación antes del maratón mañanero del domingo, último día, cuando era tradición que cerraran los hombres. Sumó 62,195 kilómetros y sus 2:22’55’’ establecieron un récord.

Una hora y media después, llegó la última, Kinzang Lhamo, única mujer del pequeño Bután, con sólo tres atletas. “Mi país no me envió a 5000 millas para comenzar la carrera –dijo–, me enviaron para terminarla”.

Ya con el oro, para la ceremonia final, Hassan eligió usar el hijab cerca de Emmanuel Macron, presidente del único país que prohíbe a sus atletas usarlo. Así se despedía el atletismo en la Ciudad Luz.

 

 

Lo destacado

Entre estadounidenses, los tres oros de la gimnasta Simone Biles suman 7; Kevin Durant, el más laureado del baloncesto con cuatro doradas, y la nadadora Katie Ledecky, con sus primeros puestos en pruebas de fondo (800 y 1500 m) que igualan los nueve de la gimnasta Larisa Latýnina (Ucrania).

Por parte de los europeos, los futbolistas españoles Fermín López Marín y Alex Baena equiparan al francés Albert Rust, únicos en ganar Eurocopa y Oro Olímpico en un mismo año.

Por Francia, Léon Marchand (natación), con 4 oros más un bronce, y Teddy Riner (judo) quien logró dos oros en su quinta justa olímpica, para sumar cinco.

Armand Duplantis (Suecia) batió el récord de salto con pértiga en 6.25 metros.

La jinete Isabell Werth (Alemania) es la primera deportista en ganar oro y medalla en general en siete JJOO.

Novak Djokovic (Serbia), con el oro que le faltaba, logró el Golden Slam de tenis.

Otro tenista, ya de mesa, es Ma Long, el chino más laureado de la historia con seis doradas al ganar el oro por equipos.​

La piragüista Lisa Carrington (Nueva Zelanda), con tres oros, suma ocho.

Esas estadísticas serán menos recordadas que la emoción ante cada ocasión en que la camaradería se impone a la competencia egoísta. Sobre ello habló este mes la nieta de “Luz” Long, el alemán que ante los ojos de Hitler abrazó a Owens, el afro al que ayudó y por el que resultó vencido. Julia Kellner-Long le dijo a France-Presse que aquella historia aún inspira y sigue dando “esperanza”.

 

 

 

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