100 a 1, la proporción del terror israelí
La inteligencia artificial elige y ejecuta los blancos militares y los daños colaterales
Por cada dirigente de Hamás abatido, el Ejército de Israel se cobró la vida de un centenar de civiles inocentes, utilizando para ello un sistema de Inteligencia artificial propenso a los errores, informaron los portales israelíes +972 y Local Call. El vocero del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, dijo que estaban estudiando el caso. El nombre +972 está inspirado en el código telefónico internacional que Israel comparte con los territorios palestinos ocupados. Es un sitio de izquierda creado por cuatro escritores israelíes en 2010. Se publica en inglés. Local Call es un sitio de periodismo ciudadano, que se difunde en hebreo. Según la investigación conjunta que realizaron, un oficial de la inteligencia militar dijo que las Fuerzas Armadas (que se identifican con el anacrónico nombre de Fuerzas de Defensa de Israel, impuesto cuando el país era un pobre enclave campesino rodeado de una multitudinaria población hostil, y no una potencia militar, con capacidades misilísticas y nucleares), dijo que esas víctimas civiles fueron bombardeadas en sus casas, como primera opción. "Es mucho más fácil bombardear la casa de una familia. El sistema está diseñado para buscarlos en estas situaciones", dijo.
Esto relativiza la exigencia del gobierno de Estados Unidos de que Israel garantice la precisión al elegir los blancos en Gaza, como condición para continuar su gigantesca ayuda militar. Israel utiliza dos sistemas de inteligencia artificial que reemplazan a los humanos en la elección de los blancos y la decisión de abatirlos. Uno de ellos se llama Gospel, es decir Evangelio, que selecciona docenas de edificios y estructuras para que los militares los derriben. El otro, denominado Lavender, también ha desempeñado un papel en la matanza de al menos 32.975 palestinos por parte de Israel desde octubre. A diferencia de Gospel, "Lavender marca a las personas y las pone en una lista de asesinatos", informó Yuval Abraham de +972.
Coincide con estas revelaciones la conclusión de Human Rights Watch que investigó el ataque israelí a un edificio de departamentos en octubre, en el que murieron al menos 106 civiles. No se encontró ninguna evidencia que dentro del edificio hubiera alguna actividad militante. Se trató de un evidente crimen de guerra, dijo la organización internacional.
El periodista Abraham habló con seis oficiales de inteligencia israelíes que sirvieron en las Fuerzas Armadas durante el actual ataque de Israel a Gaza y que tuvieron "participación de primera mano en el uso de Inteligencia Artificial para generar objetivos a ser asesinados, de los cuales siempre se supo que el 10% no eran en absoluto miembros del ala militar de Hamás."
El sistema fue diseñado para marcar a los operativos militares sospechosos de Hamás y la Jihad Islámica Palestina como posibles objetivos de bombardeo. Pero los militares no fijaron "ningún requisito para comprobar minuciosamente por qué la máquina tomó esas decisiones ni para examinar los datos de inteligencia en bruto en los que se basaron".
Antes de bombardear las casas de presuntos miembros de grupos armados, los oficiales de inteligencia hicieron una breve evaluación de los datos para determinar que el objetivo seleccionado por la Inteligencia Artificial era un hombre y no una mujer.
"Un ser humano tuvo que [verificar el objetivo] durante sólo unos segundos", dijo una fuente identificada como B. al +972. "Al principio, hicimos comprobaciones para asegurarnos de que la máquina no se confundiera. Pero en algún momento confiamos en el sistema automático y sólo comprobamos que [el objetivo] era un hombre; eso fue suficiente. Toma mucho tiempo saber si alguien tiene voz masculina o femenina".
"En esta etapa, se invertían 20 segundos en cada objetivo y eran decenas por día", añade B. El sistema "ahorró mucho tiempo. Si [el operativo] aparecía en el mecanismo automatizado y comprobaba que era un hombre, habría permiso para bombardearlo, previo examen de los daños colaterales". Si Malvinas fue la primera guerra misilística, el exterminio de Gaza es la primera aterradora aplicación de la Inteligencia Artificial.
Todas las fuentes del reportaje reconocieron que el sistema era propenso a errores. Por ejemplo, si el objetivo hubiera entregado su teléfono, que Lavender utilizó para identificar a los sospechosos de Hamás y la Yihad Islámica en Palestina, a "su hijo, su hermano mayor o simplemente a cualquier hombre", dijo B., "esa persona sería bombardeada en su casa con su familia. Esto sucedió a menudo. Estos fueron la mayoría de los errores causados por Lavender".
En las primeras semanas de la guerra, las Fuerzas Armas de Israel "dependían casi por completo de Lavender, que marcó a 37.000 palestinos (y sus hogares, con familiares potencialmente dentro) como objetivos".
Los oficiales de inteligencia le dijeron a Abraham que las Fuerzas Armadas "no estaban interesadas en matar a agentes [de Hamás] sólo cuando estaban en un edificio militar o participando en una actividad militar", a pesar de las persistentes afirmaciones de Israel de que sólo atacan instalaciones militares y otras infraestructuras no civiles. "Por el contrario, la primera opción fue bombardearlos en casas, sin dudarlo", dijo un oficial identificado como A. a +972 y a Local Call. "Es mucho más fácil bombardear la casa de una familia. El sistema está diseñado para buscarlos en estas situaciones".
Como resultado de la dependencia militar de Lavender, escribió Abraham, "miles de palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños o personas que no participaron en los combates, fueron aniquilados por los ataques aéreos israelíes, especialmente durante las primeras semanas de la guerra. "
La investigación también encontró que, según dos de las fuentes, las Fuerzas Armadas establecieron que "por cada joven agente de Hamás que Lavender marcara, estaba permitido matar hasta 15 ó 20 civiles", un enfoque sin precedentes por parte de Israel a los llamados "daños colaterales".
"Una proporción de 20 civiles asesinados por cada objetivo equivale aproximadamente al 95% de muertes de civiles", le dijo el empresario francés Arnaud Bertrand.
Por cada alto funcionario de Hamás atacado, el ejército autorizó el asesinato de más de 100 civiles. Las fuentes de +972 y Local Call dijeron que los cálculos de Lavender sobre los objetivos eran precisos sólo el 90% de las veces, es decir que "se sabía de antemano que el 10% de los objetivos humanos previstos para el asesinato no eran en absoluto miembros del ala militar de Hamás", escribió Abraham.
Una fuente defendió el uso de Lavender por parte de los militares, diciendo que no valía la pena invertir "mano de obra y tiempo" en analizar si un joven militante sospechoso es un objetivo legítimo. "En la guerra no hay tiempo para incriminar a todos los objetivos", afirmó el oficial de inteligencia. "Así que estás dispuesto a aceptar el margen de error que implica el uso de Inteligencia Artificial, arriesgándote a sufrir daños colaterales y a la muerte de civiles, y a arriesgarte a atacar por error, y a vivir con ello".
Si bien los daños colaterales han sido durante mucho tiempo una realidad en los conflictos violentos, las partes están obligadas por el derecho internacional humanitario que establece que deben distinguir entre civiles y combatientes.
Alex Hanna, director de investigación del Distributed Artificial Intelligence Research Institute (DAIR) , dijo que el informe ilustra el posible "futuro de la guerra de IA" para Estados Unidos y otros países poderosos. Bertrand sugirió que el informe "inquietante" recordaba la masacre metódica del pueblo judío por parte de los nazis durante el Holocausto. "Es un exterminio industrializado", dijo Bertrand, "como no hemos visto desde... ya sabes cuándo".
El ecocidio
Israel no sólo está exterminando a la población civil palestina. También ha emprendido la destrucción generalizada de las tierras de cultivo y la infraestructura agrícola de Gaza. Esto equivale a un "acto deliberado de ecocidio", según una nueva investigación que utiliza imágenes satelitales para evaluar la magnitud del daño, realizada por el grupo de investigación Forensic Architecture (FA) , con sede en Londres. Las fuerzas terrestres de Israel (incluidos tanques y otros vehículos militares) han avanzado sobre más de la mitad de las granjas y huertos de Gaza, fuentes de alimentos críticas.
Comparando imágenes satelitales, FA encontró que aproximadamente el 40% de la tierra de Gaza que anteriormente se utilizaba para la producción de alimentos ha sido destruida por las fuerzas israelíes. Según la investigación, casi un tercio de los invernaderos de Gaza han sido demolidos.
"En total, Forensic Architecture ha identificado más de 2.000 sitios agrícolas, incluidas granjas e invernaderos, que han sido destruidos desde octubre de 2023, para ser reemplazados a menudo por movimientos de tierra militares israelíes", dijo el grupo. "Esta destrucción ha sido más intensa en la parte norte de Gaza, donde el 90% de los invernaderos fueron destruidos en las primeras etapas de la invasión terrestre", escribió Jake Johnson en el sitio Common Dreams. "No sorprende, entonces, que el norte de Gaza esté experimentando condiciones de hambruna, con la mayor parte de la población allí en riesgo inminente de morir de hambre a medida que las fuerzas israelíes impiden el flujo de asistencia humanitaria y continúan su incesante campaña de bombardeos".
Un panel de expertos convocado por Stop Ecocidio Internacional ha definido el ecocidio como "actos ilegales o sin sentido cometidos con conocimiento de que existe una probabilidad sustancial de que esos actos causen daños graves, generalizados o de largo plazo al medio ambiente".
El ecocidio está oficialmente reconocido como delito en al menos 10 países, entre ellos Francia, Ecuador, Rusia y Ucrania. A principios de esta semana, el Consejo Europeo adoptó nuevas normas que incluyen una disposición que penaliza los actos considerados "comparables al ecocidio".
El análisis de FA sostiene que el último ataque militar de Israel a la Franja de Gaza y el ataque intencional a la agricultura del enclave es "una dimensión crítica de la campaña genocida de Israel", alimentando un desastre tanto humanitario como ambiental.
"Las granjas e invernaderos seleccionados son fundamentales para la producción local de alimentos para una población que ya se encuentra bajo asedio desde hace décadas", afirmó el grupo de investigación. "Los efectos de esta destrucción agrícola sistemática se ven exacerbados por otros actos deliberados de privación de recursos críticos para la supervivencia palestina en Gaza".
"Estos actos incluyen la hambruna bien informada, catastrófica y provocada por Israel que continúa en Gaza, la obstrucción de la ayuda humanitaria destinada a Gaza, la destrucción de infraestructura médica, la destrucción irreparable de otras áreas de infraestructura civil, incluidas panaderías, escuelas, mezquitas, iglesias y sitios de patrimonio cultural", añadió el grupo.
El Presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, le dijo a Al Jazeera que la Unión Europea debería discutir la continuidad de su relación estratégica con Israel si la Comisión Europea determina que Israel ha violado el derecho humanitario en Gaza. Y en Londres, The Guardian informó que 600 abogados, entre ellos tres ex miembros de la Corte Suprema de Justicia, firmaron una carta advirtiendo que el gobierno británico está violando el derecho internacional al continuar su exportación de armas a Israel.
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