El planero y la industria del juicio
La otra cara del vocero impoluto Manuel Adorni
Cada semana, cuando suele hablar en público, el tono de Manuel Adorni adquiere ribetes dramáticos. El vocero se escucha hosco, inflexible. Milei quería en su puesto a una famosa, Marina Calabró, y después de que rechazara la oferta sacó de la galera a uno de los que más lo habían entrevistado sin ser periodista. Fue una sorpresa. Adorni alguna vez contó que “llegó a los medios de casualidad” después de escribir en un blog personal, de allí un productor lo llevó a colaborar en una radio del interior y finalmente amplió su carrera hacia otros medios. En su “rol” como periodista entrevistó en varias oportunidades a Milei, y fue uno de los primeros en hacerlo luego de la victoria obtenida sobre Sergio Massa en el balotaje del 19 de noviembre. Tuvo, entonces, su merecido premio en una escalada piramidal.
En términos ideológicos Adorni simpatiza con el partido liberal porteño Republicanos Unidos, espacio liderado por el diputado Ricardo López Murphy. Sin embargo muchos se preguntan, en uno de los veranos más encendidos que se recuerden de los 40 años de democracia, de dónde salió el vocero que representa enfáticamente a Javier Milei en las ruedas de prensa de Casa Rosada. Hay quienes, por otra parte, lo observan como si todavía fuera un perfecto desconocido. “Analista y consultor económico. Docente universitario. Esposo y papá. Conferencista. Vocero presidencial”, dice su escueta presentación en Instagram y en X, donde es muy activo: allí lo conocen por repetir frases célebres como “no hay plata”, caballito de batalla por excelencia del colosal ajuste.
Otros que solían seguirlo dicen que, tras asumir en su cargo, Adorni mostró un perfil diferente al que mostraba en sus redes sociales, en especial en X, donde hacía posteos provocadores, cargados de humor ácido, y se declaraba a favor de la “grieta” con dardos constantes contra el kirchnerismo y frases como “el nivel de devastación cultural es astronómico” o “pobrismo total”. Lo cierto es que el ahora acérrimo libertario tuvo un pasado peronista que pretende ocultar. Criado en La Plata, allí se sabe que simpatizó con las huestes del ex intendente Pablo Bruera, el mismo que dijo en un tweet que asistía a evacuados pero estaba de vacaciones en Brasil durante las inundaciones que dejaron al menos 89 muertos en la ciudad en 2013, y que hoy está siendo investigado por la Justicia como parte de una asociación ilícita que pedía coimas.
El 4 de febrero de 2012, Manuel Adorni escribió: “Que vuelva Menem”. En julio de 2022, en plena corrida cambiaria, fue criticado por un tuit en el que incluyó la foto de un billete de 100 dólares comparando la suba del tipo de cambio con los desaparecidos durante la última dictadura militar: “Estos si son 30.000. Fin”. Poco de todo eso está en el archivo de sus viejos tweets: hizo borrón y cuenta nueva y ahora sólo dejó su “presente político”.
El portavoz oficial irrumpe en la Sala de Conferencias de la Rosada con el filo de un lenguaje seco. Ha dicho, en menos de dos meses: “El que corta, no cobra”, “si no votan la ley, claramente entienden que el ajuste va a ser mayor para todos”, “son espasmos de una casta sindical en retirada”, tildó de golpista de reposera a Pepe Albistur y le contestó al diputado y líder de La Bancaria, Sergio Palazzo, diciendo “no fui macho de Twitter ni soy un osito de peluche”.
Por sus destrezas en la retórica digital, fue premiado como “twittero del año” por la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas (APTRA). En el discurso que dio al agradecer el galardón, dijo: “Yo sí quiero grieta. Yo sí quiero a los delincuentes, a los corruptos, a los chorros, a todo lo que no le hace bien a la Argentina, de un lado y a la gente de bien del otro”. Entre los tuits que fueron galardonados: “Gorila: dícese de la persona que trabaja todos los días para poder vivir un poco mejor, pero que aporta más de la mitad de lo que gana en impuestos para poder mantener un Estado inviable. Además quiere eliminar planes sociales a piqueteros y vagos. También se lo llama facho. Fin”.
Pero Adorni no es sólo puro presente y futuro libertario: es de los que quiere eliminar un pasado que no le favorece. Según documentación oficial que acercó una importante fuente a este medio en identidad reservada, la cual surge de un cruce entre ANSES, el Poder Judicial, legajos laborales, redes sociales, AFIP y boletines oficiales, se revela que Adorni tiene, como comúnmente se dice, “varios muertos en el placard” que lo contradicen en todo su discurso. Nada es más cercano para cualquier persona que una suma de contradicciones, la cuestión es que los libertarios no se la permiten bajo ningún modo en su juego de a todo o nada, perfección o condena, gloria o martirio.
Primer mojón: hace unos años Adorni ganó un juicio laboral. Primera contradicción: su prédica en contra de lo que los libertarios llaman “la industria del juicio” sería incompatible con tal suceso. Así lo explica el informante: “Está en contra de los derechos laborales, pero cuando era ‘peronista’ hizo uno por muchísimo dinero. Están los autos donde se puede ver hasta los giros de dinero. O sea, los demás son todos ‘negros juicieros’, ¿y por casa cómo andamos?”.
El suceso se remonta a cuando Adorni trabajó en blanco como administrativo de MAPEMFI SA (Concesionaria Renault) hasta que fue despedido. Inició un juicio laboral demandando a Renault Argentina SA, Plan Rombo SA y Centro Automotores SA, lugares donde nunca trabajó. “Esa es una maniobra clásica de ‘negros juicieros’ donde se busca ‘apretar’ a la concesionaria por vía indirecta. Renault y Plan Rombo les dicen ‘arreglame a este que no tengo nada que ver o te saco la marca’. Si bien no es algo ilegal, se hace siempre sabiendo el efecto extorsivo que tiene”, explica la fuente, quien dice que Adorni se llevó un muy buen arreglo “gracias a la industria del juicio”, cerca de un millón de pesos en septiembre de 2017, en épocas en que el dólar oficial estaba entre 16 y 17 pesos.
“En definitiva, el juicio laboral tramitó ante la Justicia Nacional del Trabajo, la que ahora se ha pronunciado varias veces contra el DNU es la misma que falló a su favor en su momento. O sea, cuando la necesitó era buena y servía, pero ahora que es ‘de la casta’ salió a denostarla”, acota el informante sobre el accionar del vocero. De acuerdo a su información, Adorni fabricó su juicio, o sea que se “auto-despidió” para cobrar las multas por estar “algún período en negro” o por “diferencias salariales”, o sea que las leyes laborales que hoy quiere eliminar las usó todas en su favor.
Respuesta de Renault Argentina S.A., a la que demandó “solidariamente” cuando trabajaba en una concesionaria:
“Conciliación” final. Adorni desiste de su demanda a Renault y Plan Rombo, y la concesionaria MAPEMFI lo indemniza por un millón de pesos, en tiempos en que el sueldo de un empleado de comercio rondaba los 17.000 pesos:
¿De dónde salió este hombre de declaraciones injuriosas que goza de poner “Fin” a cada tuit como si fuera el último en tener la palabra? Verdadero mensajero de los hermanos Milei, que truenan amenazas sobre el apocalipsis que sobrevendría si sus deseos presidenciales no se convierten en órdenes legislativas, el vocero enaltece la entronización del gran empresario como héroe máximo del sistema para debilitar al Estado y sus capacidades regulatorias. Claro que cuando al Estado le toca repartir a “gente de bien” la cosa parecería estar bien. Segundo mojón del vocero: eso parecería pensar para sus adentros, porque no casualmente a nombre de su mujer tramitó –y consiguió– una línea de crédito con el Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC) con una excelente tasa y financiación en pesos a 30 años.
Como columnista de Infobae, donde se proclamó abierto defensor del libertario y sus ideas, publicó su último texto el 24 de noviembre pasado y lo tituló: “Un Presidente distinto, para una Argentina distinta”. En la columna, escueta y pobre en análisis, Adorni arremetió contra los gremios, los movimientos sociales y los partidos de izquierda, “aquellos que escapan a la ley viviendo del esfuerzo de aquellos que producen, se esfuerzan e intentan salir adelante: la sociedad no parece estar más dispuesta a profundizar una decadencia”.
Tercer mojón: cobrar una asistencia social cuando no se la necesita. ¿No era eso algo de vago, de los que viven del esfuerzo ajeno, de los decadentes y oprobiosos?
El dato escandaloso tiene que ver con su esposa, Bettina Julieta Angeletti, con quien se casó en 2013 y tiene dos hijos. A pesar de ser empleada en relación de dependencia, monotributista en la categoría más baja y directora de una sociedad “fantasma” con su marido, ella cobra dos asistencias sociales. “Son Asignaciones Universales por Hijo (que se duplicó el mes de enero) por sus dos hijos. Si los planeros son lo peor que existe, ¿qué pasa en casa que su propia esposa cobra? No lo dice nadie en particular, está en los datos de ANSES”, confirma la fuente.
La sociedad “fantasma” es la empresa AS Innovación, que actualmente tiene CUIT inactivo, tiene el mismo domicilio que su casa, no factura y como tal se desconoce su actividad.
Amplía el informante: “Si su esposa es empresaria, monotributista y además trabaja en relación de dependencia para el campo, ¿qué hace entonces cobrando AUH? Cuando es sabido que cualquier persona que registre el mínimo ingreso, incluso mujeres separadas que sólo porque el padre figure en la AFIP no las dejan cobrar, porque tiene ingresos declarados. Digamos que no cierra por ninguna parte”.
Adorni posa como un personaje recto y digno, de los que predican con el ejemplo. Tanto su padre en el Banco Provincia como su madre siempre tuvieron empleos públicos en La Plata. “Ahora se erige como liberal libertario, anti-industria del juicio, que cuando pudo la usó y cobró muy bien, y anti-planeros, y los tiene en su propia casa”. El mismo Adorni dijo que “cobrar un plan sin necesitarlo era despreciable”.
Nombrado como una de los cien personajes más influyentes por la revista Noticias, esta semana Adorni volvió a ser tendencia de Twitter, donde, enojado por los contratiempos del debate sobre la Ley Ómnibus, anunció: “Claramente va a haber un ajuste mayor a las provincias”. Un usuario de la misma red social comentó su estilo hosco e inflexible al término de una de sus conferencias de prensa: “Le preguntan a Manuel Adorni por el Parque Nacional Los Alerces. Cero respuestas. No sabe qué contestar. No dice qué está haciendo el Estado para combatir el incendio. No sabe el estado contractual de los brigadistas. No sabe cómo va la investigación”. Como remate, el hermano del vocero fue designado asesor en el Ministerio de Defensa, con una remuneración mensual que supera los dos millones y medio de pesos, al mismo tiempo que se cancela la equiparación salarial con las fuerzas de seguridad que había dispuesto el ex ministro Jorge Taiana.
En tiempos de discursos de odio, sobre-información y pos-verdad, en las mismas aguas donde supo conquistar la confianza del Presidente, nadie parece resistir un archivo. Adorni, del lado de la gente del bien.
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