Feliz Navidad

La música que escuché mientras escribía

 

Aunque se originaron en Italia y España, los villancicos de Navidad hoy tienen mayor arraigo en Estados Unidos, donde la religiosidad está más presente que en los países latinos. Junto con el arbolito y el pavo, forman parte de una tradición que ha resistido otros profundos cambios sociales.  Se repite que el mejor álbum con canciones navideñas es el que Vince Guaraldi grabó para la versión televisada de La Navidad de Charlie Brown, el personaje de Charles M. Schulz en la tira Peanuts. 

La historieta se publicaba en diarios de todo el mundo desde mediados de la década de 1940, pero recién en 1965 la cadena Columbia la animó. Tuvo un éxito que nadie había previsto, y otro tanto ocurrió con la banda sonora de Guaraldi, nacido en 1928, en San Francisco. El productor Lee Mendelson, que preparaba el documental Un chico llamado Charlie Brown, escuchó al trío de Guaraldi, según el crítico Matt Draper mientras cruzaba el puente Golden Gate en un taxi. Guaraldi compuso y grabó la música. El documental no se emitió, pero cuando otro must de la Navidad gringa, como Coca-Cola, decidió patrocinar un programa especial en diciembre, Guaraldi retomó la tarea y le puso música a Charlie Brown, Lucy, Linus y Snoopy, el pichicho que duerme y filososofa sobre la vida, de espaldas sobre el techo a dos aguas de su cucha, en la que no recuerdo haberlo visto adentro. Completaron el trío el bajista Fred Marshall y el baterista Jerry Granelli. El melancólico Charlie Brown se interroga por el sentido de su vida, en la que siempre fracasa en todo lo que emprende.

Vince Guaraldi.

 

El compositor y youtuber Charles Cornell no vacila en sostener que La Navidad de Charlie Brown es "el mejor álbum navideño de todos los tiempos” y también el álbum de jazz más vendido de la historia después de Kind of Blue de Miles Davis y John Coltrane. Esta afirmación, reproducida por el sitio Open Culture, es dudosa. Ambas dignidades son disputadas por la Navidad Blanca de Bing Crosby y por Take Five, de David Brubeck. Pero estas son anécdotas irrelevantes.

Guaraldi conocía sus limitaciones, pero también sus dones. "No creo ser un gran pianista, pero me gustaría ser capaz de gustarle a la gente, tocar melodías bonitas y llegar al público", dijo en 1958. Vaya si lo logró.

 

 

Hay cierto acuerdo en que su mejor tema de la serie no está en el disco original sino en otro posterior, que también podés escuchar aquí.

 

 

Guaraldi terminó un show en California y se desplomó, abatido por un infarto masivo, el 6 de febrero de 1976, a sus apenas 47 años. Aquí se avecinaba una pesadilla.

 

 

 

 

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