Armadurías o industrialización

El Estado puede y debe tomar el liderazgo de los procesos de innovación tecnológica

 

Nuestro país necesita avanzar su industria, complejizando la producción mediante la fabricación local de productos de alto valor agregado y localizando en el país la mayor cantidad de eslabones en el encadenamiento productivo. Para lograrlo es necesario seleccionar un modelo de desarrollo adecuado.

 

El modelo de la Inversión Extranjera Directa (IED)

La localización de cadenas productivas no es posible cuando las que se instalan en el país son fábricas que importan diseños, ingeniería de producto, ingeniería de producción, bienes de capital, insumos y bienes intermedios. La instalación en el país de una fábrica, filial de una empresa transnacional (ET), es usualmente presentada como un paso importante en nuestra industrialización; sin embargo, en la mayoría de los casos, se trata de armadurías con sus encadenamientos productivos de aguas arriba localizados en el exterior.

Estas armadurías se instalan en nuestro país por algunas de las siguientes razones:

  • acceso preferencial a nuestro mercado interno, compitiendo con las industrias nacionales preexistentes y con ventaja por su mayor modernidad tecnológica;
  • mano de obra menos costosa que la de sus países de origen;
  • energía menos costosa que la de sus países de origen;
  • insumos nacionales menos costosos que los de sus países de origen;
  • estímulos para las exportaciones desde la Argentina.

Las armadurías que son filiales de las ET realizan sus inversiones en equipos en sus países de origen e importan esos equipos en nuestro país.

Un caso típico es la propuesta de una empresa australiana de instalar en el sur producción de hidrógeno verde; de haberse concretado el proyecto, los electrolizadores y los generadores eólicos iban a ser importados y nuestro país hubiese terminado exportando el viento patagónico.

En general en estas ET las utilidades remitidas a sus países de origen son importantes, salvo en los años en que se implementaron restricciones a la remisión de utilidades. En la Figura 1 graficamos para el período 2005-2023 las utilidades de las ET, las utilidades reinvertidas y las remitidas al exterior. En suma, durante esos 19 años las filiales de las ET remitieron al exterior un 47,5% de sus utilidades. Pero eso no es todo: deben imputarse también las divisas que se fueron por el generalmente tramposo intercambio de bienes y divisas al interior de las corporaciones industriales multinacionales, que nuestra legislación no puede impedir [1].

 

Figura 1 Utilidades reinvertidas y remitidas (en millones de USD). Datos del BCRA [2].

 

Como resumen de esta sección podemos escribir sobre la IED:

 

Tabla 1 Ventajas y desventajas de la IED.

 

 

El modelo de desarrollo peronista

Los procesos de complejización industrial involucran: altas inversiones, elevados plazos de recupero de las mismas, alto nivel de riesgo de no recupero ya que se trata de trabajar sobre la frontera tecnológica, inversión en la contratación de personal de I+D y de ingeniería. Esto normalmente excede las posibilidades de empresas privadas nacionales, en general pymes.

El Estado nacional y las empresas productivas que controla pueden y deben tomar el liderazgo de los procesos de innovación tecnológica que llevan a la complejización industrial y que se basan en encadenamientos productivos locales, tantos como sea posible, tal como se hizo durante los gobiernos de Perón, Néstor y Cristina Kirchner.

Lo característico del modelo de desarrollo peronista [3] fue la formación de redes productivas, lideradas por empresas de tecnología controladas por el estado (INVAP, Y-TEC, VENG, CNEA, etc.) con el apoyo del sistema nacional de ciencia y tecnología (SNCyT) compuesto por las universidades nacionales, CNEA, CONICET, CoNAE, etc.

Se trata de identificar, en primera instancia, casos posibles para ser desarrollados localmente, no necesariamente fáciles de desarrollar, y hacer una evaluación del esfuerzo económico necesario en cada uno de ellos y de los riesgos tecnológicos involucrados; en cada caso, identificar lo no desarrollable localmente y por lo tanto con precio en divisas, identificar las importaciones a sustituir y evaluar las exportaciones a concretar. Esto, para cada caso identificado, conducirá a un balance de divisas, que es el primer ítem a ser tenido en cuenta.

En Y-TEC hemos realizado ejercicios de este tipo con lo que llamamos “sustitución inteligente de importaciones”. Mientras la sustitución de importaciones al estilo tradicional es hacer ingeniería inversa de un ítem a sustituir y tratar de fabricarlo aunque sea algo peor y más caro (en moneda local), en la “sustitución inteligente de importaciones” incorporamos I+D, ingeniería de producto y de proceso adaptado a las necesidades y posibilidades locales con la participación intensiva del SNCyT; transferimos tecnología a pymes productoras apoyándolas durante las primeras pruebas industriales (pilotos). Un desarrollo típico comienza en los laboratorios (escala de gramos), continúa en las plantas piloto (escala en kilogramos) y culmina en los pilotos en entornos industriales.

Un ejemplo representativo de esta metodología es el de la planta de celdas para baterías de litio construida en La Plata por la cooperación entre Y-TEC, CONICET y UNLP. El esfuerzo de desarrollo ya se extiende a todo el encadenamiento productivo que es necesario establecer para producir las celdas.

En Vaca Muerta y en los oleoductos y gasoductos que transportan los hidrocarburos se están desarrollando también muy importantes sustituciones inteligentes de importaciones.

  

Los ejemplos internacionales

Es fundamental señalar que el modelo que hemos planteado en la segunda sección, en el cual el Estado asume un rol de centralidad en los emprendimientos tecnológicos innovativos, tiene sus antecedentes en países de alta industrialización, por ejemplo en Estados Unidos.

En The Break Through Institute se presenta una revisión histórica de los procesos de innovación tecnológica que contribuyeron al liderazgo tecnológico de los Estados Unidos, comenzando por George Washington, que impuso criterios de intercambiabilidad a los fabricantes locales de armas de fuego. El informe analiza las siguientes tecnologías: agricultura, ferrocarriles, industria de la aviación, motores a reacción, microchips, informática personal, internet, GPS, energía nuclear, combustibles sintéticos, energía eólica, energía solar y biotecnología. Se muestra que todos ellos fueron desarrollos tecnológicos impulsados por y desde el Estado.

En Mazzucato & Semieniuk [4] se analizan las tecnologías que se sumaron para conformar los productos Apple (IPhone, IPad, IPod) y se muestra que todas ellas fueron desarrolladas bajo el liderazgo y la participación directa de las agencias gubernamentales de los Estados Unidos. Además, en la misma referencia se demuestra que las agencias del gobierno estadounidense están presentes en todas las etapas de los procesos de innovación tecnológica, desde la investigación básica hasta el despliegue tecnológico final.

 

 

 

 

[1] V. Grondona, «Fuga de capitales IV Argentina, 2014. La manipulación de los precios de transferencia» CEFID-AR, 2014.
[2] M. Duarte, Comunicación privada, 2023.
[3] E. Dvorkin, ¿Qué ciencia quiere el país? Los estilos tecnológicos y los proyectos nacionales, Buenos Aires: Colihue, 2017. Y E. Dvorkin, «Sistemas nacionales de innovación tecnológica en paises altamente industrializados y en desarrollo», Realidad Económica, vol. 329, pp. 91-104, 2020.
[4] M. Mazzucato y G. Semieniuk, «Public financing of innovation: new questions». Oxford Review of Economic Policy, vol. 33, nº 1, 2017.

 

 

 

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