La quebrada de Jujuy
Números de la deuda provincial, tras dos mandatos de Gerardo Morales
La provincia de Jujuy suele permanecer fuera del radar de los grandes medios de comunicación y la gravitación en el radicalismo de su saliente gobernador, Gerardo Morales, no lo llevó más allá de la precandidatura a Vicepresidente de la fórmula que encabezaba Horacio Rodríguez Larreta. Tras la derrota en la interna de Juntos por el Cambio y sin la posibilidad de una segunda reelección, Morales deberá volver al llano por primera vez desde el 10 de diciembre de 1989, cuando asumió como diputado provincial.
Las consecuencias de sus gobiernos se sentirán en la provincia, pero son poco atendidas por la agenda publicada. Aunque su formación académica transitó las ciencias económicas, el contador Morales ha sido poco afecto a profundizar en esa materia, y en general se concentró en su contraparte: la faceta represiva, plasmada en la reforma constitucional que el gobernador se propuso dejar como legado. Tan pronto como comenzó su primera gestión, en 2015, su correligionario Ernesto Sanz explicó la persecución contra la Túpac Amaru y su principal referente, Milagro Sala: con ellas enfrente, dijo, Morales no podría gobernar.
Finalizando los ocho años que iniciaron entonces, el saldo económico de la provincia ilustra sobre el alcance de aquella frase. Jujuy tomó fuertes endeudamientos en dólares, ya debió reestructurar vencimientos impagables y en los próximos años dependerá de la benevolencia de acreedores extranjeros y de las transferencias del Estado nacional, que representan el 85% de sus ingresos.
Frente a un Javier Milei que propone incluso la aventura inconstitucional de eliminar la coparticipación y una Patricia Bullrich a la que enfrentó en internas recientes, se comprende por qué la mejor opción para Morales puede ser resucitar su vieja cercanía con Sergio Massa, que despierta recelo a un lado y otro de la famosa grieta. Su vicegobernador, Carlos Haquim, suscribió a fines de septiembre un documento de rechazo a la propuesta de Milei. Haquim proviene del peronismo, pero la gestión representada en su rúbrica fue la única entre 18 firmantes encabezada por el radicalismo.
A su vez, la derivación de la deuda contraída en un ajuste de la economía jujeña pueden explicar –acaso mejor que cualquier teoría porteñocéntrica– por qué en las primarias presidenciales de agosto la fórmula integrada por Morales quedó en su propio territorio por debajo de Milei, que duplicó sus votos, y casi igualada con Massa. La localía sólo le sirvió para batir con comodidad a Bullrich.
El caso jujeño
El domingo 24 de septiembre, El Cohete abordó el tema del endeudamiento de los Estados subnacionales y reseñó algunos de los análisis más relevantes aportados por el libro Debates actuales sobre dinámica y reestructuraciones de deuda pública desde la Argentina, de reciente aparición. La obra supera el examen académico del tema, y se revela como un insumo para pensar la política argentina y las pujas distributivas de los próximos años.
Uno de los capítulos está destinado a estudiar el ciclo de endeudamiento jujeño, revelando la dinámica de crecimiento, el destino de los fondos y la composición de sus acreedores. Su autor, Gastón Remy, es docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Jujuy.
Su trabajo señala que 2021 había cerrado con un stock de deuda provincial de 94.000 millones de pesos u 875 millones de dólares, al cambio de entonces. Equivalía al 87% de la recaudación calculada para ese año. Ya para 2019 Jujuy se encontraba entre las provincias que evidenciaban peor relación entre deuda e ingresos, según calculó para entonces el Centro de Economía Política Argentina. Remy lo compara con el último dato disponible del Producto Bruto Geográfico, que mide el movimiento económico de un territorio: en 2017, el endeudamiento jujeño equivalía al 23,5% del PBG.
En ese mismo año, mientras Mauricio Macri promediaba su presidencia y Morales transitaba su primer gobierno, la provincia dio su gran salto de deuda: el 62% del total corresponde al crédito internacional tomado para la construcción del parque solar Cauchari.
La inversión se concretó y el complejo ya está produciendo energía y aportándola al sistema interconectado nacional, por lo que Remy encuentra “un sesgo de endeudamiento con carácter productivo, a diferencia de los endeudamientos durante la década del ‘90”, cuando nuevos créditos financiaban el pago de los anteriores. El caso jujeño también se distancia de su correligionario mendocino y de la bicicleta que puso a pedalear Macri.
No obstante, el destino de los créditos no diluye la necesidad de explorar los factores problemáticos. Entre otros, las condiciones de toma de deuda, la capacidad de pago y las fuentes para hacer frente a los vencimientos, con las consecuencias previsibles para los sectores populares.
Horóscopo chino
La deuda pública jujeña está conformada principalmente en dólares, con lo que el stock en pesos crece con cada devaluación de la moneda nacional. A esa composición contribuyó fuertemente un crédito otorgado por el Eximbank of China, por algo más de 331 millones de dólares. Eximbank es un acrónimo, ya que el nombre completo es The Export-Import Bank.
El préstamo se destinó a cubrir el 85% de la inversión necesaria para la construcción del parque solar. El total se completó con el llamado “bono verde”, un título público emitido por la provincia en Wall Street. Su alta tasa de interés y el cronograma de vencimiento obligaron al Estado jujeño a pactar una reestructuración en marzo de 2021.
Ambas fuentes de endeudamiento explican el incremento del peso de las entidades bancarias y los títulos públicos sobre el conjunto de acreedores.
En el caso del empréstito del banco chino, las cláusulas repetían el esquema impuesto por el imperialismo inglés entre fines del siglo XIX y principios del XX, tal lo describió Raúl Scalabrini Ortiz: se estableció que los bienes de capital y servicios necesarios para la construcción del parque debían ser de origen chino, al igual que los estándares a observarse y la legislación bajo la que se regula e interpreta el acuerdo.
Esas concesiones se revelan problemáticas dado el interés internacional que sobrevuela a las reservas de litio del norte argentino. No sería preocupante si la deuda contraída fuese fácilmente pagable.
Lo contrario asoma como una amenaza, porque la reforma constitucional de 1994 colocó bajo la órbita de cada Estado provincial el dominio originario de los recursos naturales de su territorio. El modelo de contrato de préstamo elaborado por el gobierno de Macri, y oficializado en el decreto presidencial 922/2017, incluyó dentro de los “bienes inmunes” a los enmarcados en el artículo 235 del Código Civil y Comercial, pero no a aquellos que detalla el siguiente, entre los que se encuentran los yacimientos minerales. La Argentina aún no tiene una legislación que proteja a los de litio como bienes de interés público, propuesta que en mayo de este año formularon diputadas y diputados del Frente de Todos.
Años luz
El gran interrogante es si el parque solar de Cauchari permitirá con su producción hacer frente a las deudas contraídas para construirlo, tal como afirmó el gobierno provincial. Morales llegó incluso a calcular que con la renta que se obtendría se construirían 258 escuelas.
Con la renta de #Cauchari construiremos 258 escuelas en toda la provincia.
Tenemos la firme convicción de que la clave es invertir en educación para generar un futuro mejor para las próximas generaciones.#MásEducaciónMásFuturo pic.twitter.com/Zem1xdtNqy
— Gerardo Morales (@GerardoMorales) February 10, 2021
Coincidentes con el análisis que Juan Enrique Giusti compartió en julio en El Cohete, los números que reconstruyó Remy desalientan el entusiasmo oficial. Si bien los ingresos brutos de su primer año completo de producción superaron a los vencimientos de intereses del crédito para su construcción, a partir de 2023 –transcurridos los 60 meses de gracia estipulados en el contrato– comenzarían a computarse los correspondientes al capital, con lo que el resultado se revertiría ampliamente.
Incluso cuando el parque alcance su máximo nivel posible de productividad, una hipótesis atravesada por serias dudas, no alcanzaría para hacer frente a los vencimientos. Tampoco puede esperar grandes variaciones en los precios de la energía que vende, porque su único comprador es la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) y la tarifa es fija.
La construcción de las escuelas de las que habló Morales, a su vez, se planificó mediante endeudamiento con la Corporación Andina de Fomento.
Clave de sol
El economista de la UNJu –quien además es concejal de la capitalina San Salvador, por el PTS-FIT– describe tres fuentes a las que ha recurrido el gobierno provincial para asegurar los pagos comprometidos. Una de ellas, la producción del parque solar Cauchari, ya se ha demostrado insuficiente. Las otras dos revelan riesgos ciertos para la población jujeña:
- la toma de nuevo endeudamiento para pagar el anterior o la generación de la llamada “deuda flotante”, con el atraso de los pagos del Estado provincial a proveedores; y
- el ajuste en la masa salarial del sector público, por vía de paritarias cerradas por porcentajes de incremento por debajo de los índices inflacionarios de cada periodo, una práctica que se evidencia desde 2018:
En el mejor de los casos, podría darse una sucesiva serie de reemplazos de deuda, que empujarían el problema hacia adelante, a costa de conformar una bola de nieve.
El efecto de las dos vías de búsqueda de superávit fiscal en base a recortes velados o explícitos puede ser devastador para la población norteña, por los salarios y puestos de trabajo que se verían directa o indirectamente afectados. Estimarlo sirve para comprender la utilidad que el gobierno provincial observó en el disciplinamiento sobre la Túpac Amaru, como mensaje ejemplificador sobre cualquier intento de protesta social. La destrucción de algunas de sus obras de mayor peso simbólico no se explica sólo en una revancha clasista en igual terreno, sino también en la material necesidad de borrar la evidencia de construcciones realizadas sin un fenomenal endeudamiento público provincial.
Mientras tanto, durante el gobierno de Alberto Fernández los recursos coparticipables recibidos por Jujuy crecieron por encima de la inflación. Una realidad que podría interrumpirse después de diciembre de este año, según el resultado electoral. Si así fuera, se agregaría un factor más a una situación de por sí en tensión: la primera garantía de pago del endeudamiento contraído es la que involucra a ese ítem de ingresos, que de forma constante supera el 80% de los totales de la provincia.
El sol seguirá saliendo y el parque al que alimenta existe. Por delante quedará una continua puja distributiva para determinar quién y cómo lo pagará.
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