Voucher mata educación

 

La idea de que “con un voucher (vale) van a poder ir a la escuela que quieran”, que Javier Milei presenta como solución mágica a los problemas educativos, generaría en los hechos un “caos en la oferta y demanda de educación”. Con el retiro del financiamiento estatal que subyace a la propuesta del candidato de La Libertad Avanza (LLA) “cerrarían muchas escuelas, no habría infraestructuras adecuadas y seguras” y “los programas de enseñanza y los cursos de formación docente se comprarían por Internet a modo de supermercado”. Las consecuencias de la política que promete el candidato más votado en las PASO las explicó en diálogo con El Cohete a la Luna la doctora en pedagogía Adriana Puiggrós, investigadora rigurosa y autora de libros fundamentales para los trabajadores de la educación.

La idea “del capitalismo neoliberal o tecno-capitalismo” de ver “en la educación un campo fértil para el avance del mercado”, como señala Puiggrós en su nuevo libro Por una defensa de la educación pública, argumentos para discutir con las derechas latinoamericanas, es aplicable al contexto electoral actual. Ese avance del mercado nunca estuvo ausente y nuestro país lo experimentó durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando el Estado no solamente estuvo lejos de poner alguna restricción para que los planes corporativos y empresarios no dirijan la educación, sino que fue el vehículo para su ingreso. Ahora, con Milei, la noción de Estado se pulveriza.

 

 

 

 

La propuesta de La Libertad Avanza en educación se sintetiza en una serie de puntos:

 

 

Increíble pero real, buen parte de la sociedad parece haber naturalizado esta clase de propuestas. Formular preguntas e invitar a Puiggrós a responderlas es una manera de romper con los espejitos de colores con los que Milei se presenta y pretende gobernar el país.

–¿Se podría implementar el sistema de vouchers en la Argentina o es anticonstitucional?

–En la Argentina es anticonstitucional. El artículo 5º de la Constitución Nacional dice que las provincias serán responsables de su sistema educativo y el artículo 75, incisos 18 y 19, establecen la responsabilidad indelegable del Estado en la sanción de leyes de organización y de base del sistema educativo garantizando su gratuidad y equidad.

–¿Cómo funcionó o funciona el sistema de vouchers en países que lo implementaron?

–El voucher fue una propuesta de Milton Friedman que se aplicó en muy pocos países: Chile, Suecia, Nueva Zelanda, Holanda y en los cuatro estados más conservadores de Estados Unidos. Suecia bajó significativamente su lugar en las pruebas internacionales de la OCDE desde que impuso el sistema de vouchers. Actualmente el gobierno sueco está revisando si es consecuencia de los cambios producidos por los vouchers. En Chile fueron causa de fuertes manifestaciones en su contra y actualmente está en crisis la municipalización de las escuelas y su financiamiento por esa vía.

–¿Con el voucher cada familia o estudiante podrá elegir la escuela que quiera?

–El voucher es un cheque que el gobierno entrega a las escuelas o a las familias. No es cierto que la familia pueda elegir la escuela que quiera, sino la que pueda. El monto del voucher es (teóricamente) el mismo para todos, pero está establecido el copago por parte de las familias. Entonces el valor lo fija el mercado, no hay regulación estatal, aunque ocurren privilegios para algunas escuelas privadas.

–¿La competencia entre escuelas que genera ese sistema mejora la calidad educativa?

–La competencia es el mecanismo de funcionamiento de un sistema inexistente, basado en la demanda del mercado, de los clientes (antes alumnos). Se profundizan las diferencias de estrato social de acuerdo a las posibilidades de pago de las familias, y una selección desde el mercado del nivel educativo que los chicos/as y jóvenes de cada estrato podrán alcanzar. En Chile y Suecia los vouchers se entregan a las escuelas públicas y privadas, de acuerdo al número de alumnos y el rendimiento. Las escuelas compiten para retener alumnos, lo que lleva a una baja de la calidad, porque el principal objetivo de las escuelas es tener el mayor número de alumnos inscriptos y aprobados para recibir los vouchers del gobierno; o bien los privados, para tener mejor imagen y conseguir más alumnos con copago. Entonces bajan la exigencia. Los criterios de calidad son los del mercado, no los de la cultura o la ciencia.

 

 

–¿Qué pasa si el Estado pierde presencia en el sistema educativo y solamente ofrece vouchers?

–Con el retiro del financiamiento educativo como parte de la inversión nacional y su abandono al mercado, se produciría un caos en la oferta y demanda de educación. Cerrarían muchas escuelas, no habría infraestructuras adecuadas y seguras, los programas de enseñanza y los cursos de formación docente se comprarían por Internet a modo de supermercado, los certificados, diplomas y títulos serían otorgados por empresas privadas dedicadas a ese rubro (ya existe ese tipo de empresas).

–¿Qué ocurría en el sistema de vouchers con el rol de los trabajadores de la educación?

–El rol del docente sería cada vez menor porque las familias y las escuelas podrían adquirir paquetes de programas en el mercado y luego obtener la certificación de las mismas empresas que los producen.

–¿Qué ocurre en Estados Unidos –país que admira Milei– con el sistema de vouchers?

–En Estados Unidos los vouchers son una propuesta de la derecha republicana, en tanto los demócratas y los dos grandes sindicatos de docentes (National Education Association y American Federation of Teachers) han denunciado que la propuesta ataca la educación pública como uno de los pactos básicos de la Nación, oponiéndose fuertemente.

–¿Qué hay detrás? ¿Cuál es el verdadero objetivo de Milei de implementar el sistema de vouchers?

–En la Argentina la propuesta de un sistema basado en vouchers tiene entre sus principales objetivos debilitar a los gremios docentes, rompiendo los acuerdos colectivos de trabajo. Los salarios y las condiciones laborales pasan a ser regulados por el mercado.

 

 

 

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