SIN CAMISAS NEGRAS NI CACHIPORRAS

 

Roberto Saviano, escritor conocido en todo el mundo por Gomorra (diez millones de ejemplares vendidos), escribió en las redes sociales el 26 de septiembre, al día siguiente de la victoria electoral de la derecha en Italia: "Leo mi nombre como tendencia en Twitter porque les votantes de Meloni me invitan a irme del país. Estos son avisos y esta es la Italia que nos espera. Ya están haciendo una primera lista negra de enemigos de la patria, a pesar de los que decían que el fascismo es otra cosa”.

El cuarto gobierno de Berlusconi cayó el 16 de noviembre de 2011 y fue sucedido por once años de gobiernos técnicos, de gran coalición, pactos notariales y unidad nacional. El nuevo triunfo de la derecha del mes pasado, ¿es un retorno al veintenio fascista de Benito Mussolini?  ¿O algo ya visto en el otro veintenio, el de Silvio Berlusconi? Para colmo, sigue en combate, fue reelegido senador a los 86 años, luego de haber cumplido las condenas judiciales, y su Forza Italia es el tercer partido de la coalición de derecha, después de Fratelli d'Italia y Lega.

Otro escritor, Antonio Scurati, ha abordado el tema varias veces en los últimos meses. Premio Strega en 2019 por M, el hijo del siglo, primer capítulo, traducido en 44 países, de una trilogía de novelas sobre el auge y la caída de Mussolini. Entrevistado por el diario La Repubblica el 13 de agosto, argumentó: Giorgia Meloni “no abjura del fascismo, solo de algunos aspectos violentos, pero el fascismo es también una cultura política. Y una jefa que viene de esa historia debe distanciarse de ella. En cambio, Meloni está exactamente en la estela de Mussolini, más que en el lado del fascismo en el del populismo. El oportunismo acrobático, la disposición a negar, a abjurar, fue una de las características más eficaces del Duce en su ascenso al poder”.

 

 

 

Reiteró y profundizó ese concepto el 17 de octubre en la transmisión televisiva Propaganda Viva, por el canal de televisión La7: “Creo que la democracia es siempre una lucha por la democracia, que la historia es siempre una lucha por la historia, que no todas las batallas se ganan pero que vale la pena seguir dándolas. Me reprocharon haber hablado de esta derecha como de un retorno del fascismo: nunca lo dije, nunca lo pensé. Llevo años escribiendo estas novelas para contar lo que era el fascismo, nunca he temido un retorno del fascismo histórico, en su forma tradicional: temí que el populismo rampante y triunfante pudiera reactivar algunas características de la política de Mussolini, que a mi juicio no solo fue el fundador del fascismo sino también el inventor del liderazgo populista. Durante mucho tiempo miramos en la dirección equivocada, denunciando el regreso de los camisas negras, como si esperáramos que de la noche a la mañana los escuadristas tocaran a nuestra puerta con sus cachiporras. Esto no podía suceder y no sucederá. El gobierno de Giorgia Meloni no será un regreso del fascismo, pero esto no debe hacer que dejemos de preocuparnos y sigamos luchando por la democracia madura, la democracia parlamentaria, la democracia no autoritaria. Estamos acostumbrados a pensar en la democracia como un roble, pero la democracia se parece mucho más a la vid, una planta frágil: si la has cuidado, puedes beber el delicioso vino de la democracia”. Y otra vez: “No, las camisas negras no volverán, el riesgo que corremos es que la primera mujer que gobierne Italia cuestione el derecho al aborto. Meloni está en continuidad con Mussolini porque el Duce, incluso antes del fascismo, fue el inventor del populismo”.

Por otro lado, Ignazio La Russa, uno de los principales exponentes del partido de Giorgia Meloni Fratelli d'Italia, ex ministro de Defensa en el gobierno de Berlusconi IV de 2008 a 2011, recién elegido presidente del Senado (que en Italia es el segundo cargo de el Estado tras la Presidencia de la República), el 18 de septiembre, pocos días antes del triunfo electoral, pronunció estas palabras en televisión: “Todos somos herederos del Duce si lo entendemos como herederos de aquella Italia”. También en el programa de periodismo en profundidad Otto e mezzo, el director del diario Il Fatto Quotidiano, Marco Travaglio, explicó el 2 de octubre: "Giorgia Meloni no puede fingir estar sorprendida de que algunos de sus candidatos, administradores locales, peces chicos y medianos, siempre jueguen y trafiquen con herramientas muy parecidas a las esvásticas o que se entreguen a la propaganda fascista”.

 

 

 

 

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