No es cierto que Marcelo Villegas esté en pánico ni enfrentado con sus compañeros porque le reprochan tanto silencio. Al menos así dicen en el entorno de María Eugenia Vidal. “Eso no es así, es lo que dice (el diario) La Nación. Vaya a saberse, operando para quién –y agregan--: fuego amigo.” La Comisión Bicameral de Inteligencia del Congreso citó a Villegas para el miércoles 3 de febrero. Ya había sido citado una vez, pero no fue porque dijo que estaba siendo investigado en la causa penal. La declaración de Julio Conte Grand en la Bicameral del jueves pasado le dio a la Bicameral un nuevo motivo para llamarlo: cuando le preguntaron y repreguntaron por la reunión del Bapro, terminó diciendo que quien tenía que responder era Villegas. En tanto, hubo revuelo de última hora por una nota bastante amañada de Daniel Santoro en el diario Clarín.
Escribió sobre Hernán Cassasa, un comisario y contador de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. La Comisión Bicameral le tomó declaración a partir de una presentación del ex jefe de gabinete de Daniel Scioli, Alberto Pérez. Pérez se presentó como damnificado por los espías y pidió una investigación sobre su causa. Ofreció este testigo. La Comisión lo llamó, lo que dijo Cassasa se difundió en distintos medios, pero Santoro lo presentó como testigo estrella de Leopoldo Moreau y totalmente trucho. Cassasa no es testigo estrella y lo que dijo fue tan poco importante y flojo para el oficialismo que los diputados buscaron una y otra vez en la audiencia ver si aportaba algún dato. Lo mismo dijo ayer Cristian Ritondo en una entrevista en la que terminó desmintiendo al propio Santoro: “No lo presentó el oficialismo”, dijo en el programa Dato sobre Dato de Milenium. Ritondo integra la Bicameral, y es diputado jefe del bloque de Cambiemos. En la misma entrevista, Ritondo agregó: A Cassasa “lo presentó el delincuente de Alberto Pérez. Lo presentó y la medida que tomó la Comisión, estuvo bien. (Pérez) es una persona que se siente afectada por los servicios de inteligencia y hay un comisario que sabe lo que pasó. La Comisión dijo que venga a declarar. Y eso, la verdad que no está mal, está bien”. También dijo que el testigo era un trucho, incluso para el mismo oficialismo, que “la verdad, cuando respondió preguntas, (el oficialismo) lo descartó porque se dio cuenta de las barbaridades que dijo que este señor, que nos odiaba a nosotros, que era militante peronista”.
Conte Grand y Villegas
Apenas llegó, el Procurador vio videos. Le mostraron el del Banco Provincia en la parte en la que se habló del acuerdo con el sistema de Justicia para denunciar a Juan Pablo Medina, incluida la Procuración. Su presencia representó para los integrantes de la Bicameral una victoria política. Conte Grand se había negado a asistir en una primera llamada, pero ahora lo hizo. No podía negarse. El llamado tuvo acuerdo de los catorce integrantes del organismo, incluido el PRO, producto de un consenso motorizado por el bloque oficialista y la presidencia de Leopoldo Moreau. Algunos dicen que se presentó porque era lo que más le convenía: desobedecer la cita de un organismo del Congreso podía transformarse en otra mancha para el juicio político. Hábil declarante, al comienzo tomó un mal camino. Sobre el video, primero dijo que eran reuniones con empresarios de las que había todo el tiempo. Luego corrigió y habló de mafia sindical. Los diputados le dijeron que ahí no estaban hablando de la mafia sindical, sino de la otra mafia y así terminó diciendo que Villegas era el que debía hacerse cargo y explicar. Eso dio pie a la cita de esta semana.
Hubo preguntas sobre la foto del almuerzo con Mauricio Macri. También sobre una entrevista con Carlos Pagni en la que habló de la UOCRA Bahía Blanca y una entrevista con Marcelo Bonelli en la que dijo que Hugo Moyano debía estar preso. Sobre la foto con Macri, los diputados le dijeron que no objetaban amistad sino que el Procurador de la Provincia se siente con un procesado por un cargo muy grave como el espionaje ilegal. Fue una de las pocas cosas que reconoció, dijo que había sido un error y que no debió haberlo hecho. Sobre Bahía Blanca, explicó que el fiscal tenía un problema porque los empresarios no se presentaban a declarar y no podía avanzar en la causa. Los diputados le preguntaron si en ese caso, en vez de apuntar contra el gremio como lo hizo, no era más lógico iniciar un sumario al fiscal por no avanzar con la causa. Sobre Moyano, no pudo decir nada. El dato más saliente de la declaración surgió, sin embargo, de un equívoco: reconoció sin que nadie pregunte que estuvo dos o tres veces en la Agencia Federal de Inteligencia, AFI. La Bicameral ni siquiera tenía ese dato y tampoco existen registros de sus visitas. Lo dijo cuando le preguntaron por su teléfono encriptado. Dijo que fue a buscarlo a la AFI y se lo dieron en una reunión. Le preguntaron cuántas veces estuvo. Y dijo, dos o tres veces. Hoy se sabe que uno de los libros de visitas de la AFI desapareció cuando Gustavo Arribas dejó La Casa, era el libro que correspondía a su piso y por el que hay un sumario. Tal vez su nombre estaba ahí. Tal vez no lo registraron. Cada avance de una causa, cada revisión, vuelve a mostrar más nombres en esas entradas y La Casa bombeando el corazón paralelo de la Rosada.
La Bicameral y la causa judicial van a ritmos distintos. El juez federal Ernesto Kreplak está reconstruyendo la línea de tiempo que parte desde el 15 de junio de 2017 con el encuentro en el Bapro y sigue con el expediente administrativo que recogió las cartas de los empresarios y luego entró al expediente judicial. Una pregunta pendiente es quién ordenó la colocación de las cámaras: ¿fue la gobernación? ¿Lo hizo para asegurarse el testimonio de los empresarios que en otras ocasiones arreglaban con el gremio, tal como dice Villegas en el video? ¿Fue la AFI en secreto? Esta semana declaró en La Plata la empleada del Banco que cargó la reserva de la sala en la agenda del sistema. La reserva se había hecho primero por dos días y luego se extendió. Ella era la persona que reservaba o liberaba de acuerdo a los pedidos. Le llegaban por correo electrónico, y esos correos hoy son parte de la investigación. Casi al final de la declaración, le preguntaron por qué puso la palabra "Gobernación" en uno de los correos de esos días.
—¿Puede interpretarse como una indicación específica respecto del origen de la orden? —preguntó César Albarracín, abogado del Pata Medina.
—Suelo ser muy precisa en este tipo de cuestiones —dijo ella—, y sobre todo en un caso así, en el que tuve que suspender reuniones a dos gerencias. Así que seguramente, si en mi mail indiqué que desde la secretaria de presidencia del banco me habían dicho que el pedido venía de Gobernación, es eso lo que me comunicaron cuando me llamaron por teléfono para pedirme la disponibilidad del salón.
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